Foto Empornac - Diseño La Hora / Roberto Altán

Hemos sostenido reiteradamente que todo el país ha sido víctima de los malos manejos derivados de la forma en que fue prostituida toda la institucionalidad de Guatemala para ponerla al servicio de la corrupción y esta semana hemos visto otra muestra de cómo ello termina afectando a toda la población. Los puertos, desde hace muchos años, han sido manejados de manera perversa para generar negocios que beneficien a quienes los administran (y por supuesto, a quienes los nombran), situación que sale a luz al conocer detalles del paro de labores dispuesto por un grupo de ex trabajadores de la Empresa Portuaria Nacional, Santo Tomás de Castilla.

El martes pasado se frenó el despacho de cinco buques y pone en riesgo inmediato la atención de otros 17, además de impedir el ingreso diario nada más y nada menos que de mil contenedores, con un gusto estimado de facturación de más de diez millones y medio de quetzales, según explicaron las autoridades de EMPORNAC. Si eso deja de facturar la portuaria podemos imaginar el daño que para la economía nacional significa el cierre de esas operaciones, mismo que fue dispuesto por un pequeño grupo de extrabajadores, 34 en total, cuyos contratos no fueron renovados por desempeño insatisfactorio de sus labores.

El problema es que nadie ha investigado la forma en que fueron saqueados los puertos bajo administraciones que se armaron no solo con las contrataciones de servicios sino que, lo más grave, impidiendo una correcta fiscalización para evitar contrabandos y trasiego de mercancías prohibidas como la droga, para citar un ejemplo. Los puertos fueron una viña para mucha gente que tomó el control de las principales portuarias, Quetzal y Santo Tomás de Castilla, y lo seguirán siendo porque nadie le ha entrado a la forma en que las mafias llegaron a tener el control absoluto de esa actividad vital para la economía y la vida nacional.

Pareciera que la falta de investigación de los crímenes de corrupción se limita a favorecer con impunidad a los que han lucrado con el dinero del erario, pero la verdad es que esa coraza absoluta ha servido para perpetuar los malos manejos, ya que es imposible cambiar de rumbo sin que se destapen las estructuras responsables. No es tan solo que se está beneficiando a los que gozan de protección tanto del Ministerio Público como de todo el sistema de justicia, incluyendo las más altas Cortes, sino que se garantiza la perpetuidad de las malas prácticas.

La paralización de labores en Santo Tomás de Castilla crea enorme daño a la empresa, al país y a su gente, pero hace recordar la forma en que los puertos han sido utilizados mañosamente para hacer muy jugosos negocios.

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