El Congreso es la máxima organización política, pública y legislativa del Estado de Guatemala. La labor legislativa está regulada en la Constitución que tiene 39 años de estar vigente. Promulga leyes con el nombre de decretos, según su categoría para que cobren vigencia tienen que ser sancionados, rechazados o devueltos al Legislativo, por el Presidente de la República.Se norma que el Congreso, dicta leyes formales y el Presidente de la República, leyes de materia ordinarias, según su categoría.
El Organismo Legislativo, estado formado por 160 representantes elegidos por el pueblo y están sujetos a la censura pública y ejercen su mandato de acuerdo con lo que taxativamente regula la Constitución y su Ley Orgánica, que ha tenido varias reformas.
Las resoluciones del Congreso, deben tomarse con el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros que la integran, dice textualmente la Constitución. El Congreso, se reunirá en sesiones extraordinarias cuando sea convocado por la Comisión Permanente, o bien por el Organismo Ejecutivo, para conocer los asuntos que originen la convocatoria. Pueden ser reelectos, como ha sido usual en las últimas legislaturas.
El Congreso de la República, en las últimas legislaturas, no ha cumplido con el mandato que por ley, le ha otorgado el pueblo. Se han dedicado los legisladores a hacer negocios espurios y coaccionar a alcaldes, al sector privado y al Ejecutivo, para obtener beneficios económicos, dádivas y ejercer presión para que sus familiares y allegados obtengan plazas en los sectores gubernamentales. En el mal recordado expresidente Alejandro Giammattei, diputados de la UNE presionados por la dirigente de esa entidad, Sandra Julieta Torres Casanova y otros congresistas arrimados, se vendieron a esa administración y así, aprobaron leyes que no tuvieron ningún beneficio para el pueblo.
Ahora, la 10ª. legislatura ha caído en un vacío, en un desorden total. Ha retrasado la emisión y aprobación de leyes importantes, saboteando de alguna manera al actual gobierno, porque Arévalo, se ha negado a acceder al soborno que por años el Ejecutivo ha tenido con los representantes de varias agrupaciones. De esa cuenta, han rechazado iniciativas de ley, que el nuevo gobierno ha enviado al Legislativo y se niegan a acceder a una ampliación presupuestaria. Nery Ramos, un nóvel político que preside el Congreso, representante del distrito de Jutiapa, del partido Cabal, es manipulado por los legisladores corruptos que fueron reelectos y se pliega, bajo presiones, a acceder a los requerimientos de esos mal llamados representantes del pueblo y no guarda la distancia que debe tener un alto mandatario, como él.
Es prudente que el pueblo no se deje engañar por los malos representantes, que deben ser declarados no gratos por sus distritos, por esas acciones que mucho dicen de un alto representante del pueblo. Si el pueblo los eligió, deben efectivamente ser representantes de ese pueblo, y saber que es este, el que pone… pero también QUITA, lo quieran o no aceptar los diputados reelectos y corruptos que aún reciben órdenes a ultranza del expresidente Alejandro Giammattei, que es, el principal aliado de la aún fiscal general y jefe del Ministerio Público, María Consuelo Porras Argueta, fiel opositora del gobierno de César Bernardo Arévalo de León.
Diputados de varios bloques se congraciaron con exmilitares al aprobar sin mayor discusión y bajo presión de los castrenses, reformas a la Ley Temporal de Desarrollo Integral, a sabiendas que los peticionarios, fueron los esbirros que en el pasado conflicto interno, masacraron a campesinos al no plegarse a sus intereses terroristas.