Martín Banús
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La primera pirámide se descubrió por accidente en el año 2001.
Todo comienza cuando un grupo de geólogos liderado por el candidato de Ciencias Técnicas, profesor adjunto Vitaly Anatolevich Gohom, estableció en el sur de Crimea, la presencia de aguas termales. Buscaba también un terreno para la perforación de pozos de agua, cerca de Sevastopol. La ausencia de agua pura y potable es un viejo problema en Crimea, razón por la cual este grupo fue comisionado para la búsqueda y detección de fuentes subterráneas de agua. Por casualidad, la expedición científica detectó una radiación de “ultra-alta frecuencia”, cerca de la superficie de la Tierra. El receptor registraba dicha frecuencia en un radio de 100 metros, y la expedición se topó con la presencia de un objeto misterioso. Así fue como comenzaron a cavar…
A los 9.5 metros de profundidad, los investigadores llegaron a una losa, que estaba cubierta por una capa grasienta. Al romperla hallaron en su interior una cavidad que se adentraba hacia abajo… Era como una cavidad de entrada cilíndrica. Se descolgaron a una profundidad de aproximadamente 38 metros. En ese momento, explican, comenzaron a darse una serie de problemas como continuos deslizamientos de tierra y rompimiento sucesivo de los cables de descenso. Ante esta situación los investigadores decidieron dejar de momento la excavación, y ya no continuaron su descenso hasta el fondo, como era su deseo… No tenían el equipo adecuado para hacerlo.
Poco tiempo después, ya verificados todos los datos descubiertos, se encontró que la construcción tenía forma de una pirámide regular, con aristas cortadas. Su altura era de 45 metros y la longitud de la parte inferior, de 72 metros, que por cierto, representan la misma relación entre base y altura de 1:1.6, que corresponde a la relación o proporción «de oro», de la Gran Pirámide de Guiza, y de todas las demás pirámides descubiertas hasta hoy.
Después del primer descubrimiento, en el año 2002, otros científicos fueron buscando otros posibles vestigios en los alrededores, siempre guiándose por la radiación emanada desde el subsuelo. Pronto encontraron con más de seis pirámides. Estas estaban ubicadas en una secuencia y orientación concreta, lo que facilitó su descubrimiento: La primera pirámide está en el fondo del mar cercano Foros; la segunda está en el área de Balaklava; la tercera está cerca de Cabo Fiolent; la cuarta está enterrada aún, cerca de la estación Sebastopol-Tovarniy; la quinta se encuentra cerca de la primera carretera Kamishovoe. Las otras dos pirámides se encuentran, por razones que se desconocen, a varios kilómetros de este lugar, pero todo esto evidencia que los constructores antiguos pertenecían a una civilización muy desarrollada, según Vitaly Goh, jefe del grupo de investigación de Sebastopol.
Estas siete pirámides de Crimea, parecen formar parte de una estructura de centros de energía a nivel del planeta, que sería imposible describir por razones de espacio, pero que conforman una especie de red, cuyos puntos de intersección están, entre otros muchos, en el centro de Europa, en Stonehenge en Inglaterra, con las pirámides del Tibet, incluso con las que se especula que existen hundidas cerca de la Isla de Pascua., repetimos, entre otras muchas.
En el verano de 2012, las pirámides de Crimea fueron investigadas por científicos de diferentes países. Todos ellos fueron de la opinión que se trataba de un descubrimiento único. Las pirámides subterráneas fueron escaneadas con diferentes dispositivos y, como resultado de dicha búsqueda avanzada y sostenida, en el complejo de Crimea se han encontrado ya 37 construcciones megalíticas. Veintiocho de ellas forman un gran rombo, muy cerca al pueblo Krasniy Mak. En medio de este rombo, está la pirámide central, la número 29, de 56 metros de alto (la altura de un edificio de veinte pisos). Aparte, otras de siete pirámides forman un pequeño rombo adicional interno, en los alrededores de Yalta, en cuyo centro, a su vez, se encuentra la pirámide 37.
Los miembros del grupo de investigación efectuaron un análisis comparativo de las pirámides de Crimea y las de Egipto en Guiza y han confirmado que los antiguos egipcios y los constructores misteriosos de Crimea, utilizaron prácticamente los mismos materiales.
Extraordinariamente, la radiación emitida por las pirámides captada por sensores especiales, suponen los estudiosos, es porque en su construcción fueron utilizados metales como el cobre, el aluminio (¡!) y el plomo, mismos que debidamente interrelacionados y conectados, en contacto con la arcilla pueden formar un excelente semiconductor de frecuencia, que podría transformar la energía… Dicha energía debió utilizarse, dicen, “…para realizar algunas operaciones de insospechada importancia…”
La pirámide de Crimea descubierta por V. Gohom, tiene un orificio en su parte superior que es truncada, similar a una pirámide maya, pero de aspecto más parecido a las de Egipto, pues no son escalonadas. Es hueca por dentro y se cree que una criatura desconocida de entre 1.30 y 1.40 mts., está enterrada bajo sus cimientos…
Aunque se desconoce qué civilización construyó estas 37 pirámides, se concluye que se trató de una, cuyos conocimientos y desarrollo tecnológico era muy, muy alto.