Por GISELA SALOMON
DORAL / Agencia AP

El comediante asegura que cada vez le resulta más difícil hacer humor en su Venezuela natal. Y aunque los chistes ya no le fluyen a borbotones, está empecinado: va a seguir hablando, va a continuar con sus tiras satíricas, aun cuando tenga que esperar algo de tiempo para poder arrancar risas de experiencias que para algunos sectores de la población resultan dolorosas.

_America18_1«Cada vez es más difícil sacar humor de esas situaciones, pero siempre hay, y me imagino que nosotros hemos agudizado un poco el sentido para encontrar risas de ahí», expresó el popular humorista de Radio Rochela y la serie animada «La isla presidencial» en una reciente entrevista con The Associated Press.

«Lo que hemos hecho últimamente es dejar pasar el tiempo antes de contar chistes de algo, porque son cosas tan desagradables que duelen durante un tiempo. Sólo a la distancia se ven indoloras», añadió.

A manera de ejemplo dijo que aún no ha podido hacer chistes sobre las protestas callejeras de estudiantes y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Venezuela; y que le tomó varias semanas hasta que los hizo sobre la escasez de papel higiénico y las dificultades para encontrar alimentos en su país.

«No he podido hablar de eso, ni hasta ahora he encontrado nada gracioso que pueda hacer reír con eso», manifestó Lovera refiriéndose a las protestas de estudiantes y opositores que comenzaron en febrero, en contra de la elevada inflación, el desabastecimiento y la delincuencia.

Los incidentes han dejado 43 muertos, 878 heridos y más de 2.500 detenidos, de los cuales 74 permanecen arrestados, según la Fiscalía General.

Lovera, de 52 años, ha hecho las voces del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y el actual mandatario Nicolás Maduro en la tira satírica de dibujos animados «La isla presidencial», que puede verse por Internet.

Aunque sus programas de radio y televisión no han tenido un tinte político, sí es crítico del gobierno en sus presentaciones en vivo y en «La isla presidencial», donde se incorporan temas de actualidad y se emplea la táctica del humor negro.

El cómico, que actualmente está de gira por Estados Unidos con su obra «La piñata latinoamericana», comenzó su carrera en la radio venezolana en 1981 y un año después desembarcó en la televisión. Ha participado en obras teatrales de comedia ligera y ha tenido programas online, como «Emilio.Combo», con rutinas estilo Seinfeld.

La grabación de su programa «Misión Emilio», una comedia familiar transmitida desde 2011 por la televisora privada Televen, se canceló a principios de este año cuando no le renovaron su contrato alegando razones económicas, aunque el canal aún repite los capítulos viejos una vez a la semana.

El público venezolano sólo puede ver lo más reciente de Lovera por Internet, o más bien escucharlo, en los breves episodios de entre cuatro y seis minutos de «La isla presidencial», donde ha dado voz a numerosos presidentes de la región, entre ellos el colombiano Juan Manuel Santos, la chilena Michelle Bachelet, el uruguayo José Mujica y el brasileño Luiz Inacio «Lula» da Silva.

«La isla presidencial» es una tira animada realizada a manera de parodia en la que los presidentes (cuyas voces hace todas Lovera), dan un viaje en crucero y tras naufragar van a parar a una isla desierta.

La trama de la serie, a la que se puede acceder vía YouTube desde 2010, se concentra en las aventuras y desventuras de esos mandatarios mientras luchan por la supervivencia en la isla. Es en estas luchas afloran las características de los gobernantes, fuertemente satirizados. La tercera temporada de la serie comenzó a emitirse a principios de este año.

Lovera, quien ha llevado sus espectáculos en vivo por gran parte de Latinoamérica, asegura que a pesar de que a veces siente temor por ser abiertamente opositor y crítico del gobierno de Venezuela, seguirá con su trabajo porque existe un público que lo apoya, tanto de opositores como de simpatizantes.

En una extensa entrevista en un restaurante de esta ciudad aledaña a Miami, comentó que hasta los empleados del gobierno se le acercan cuando lo ven para fotografiarse con él. En una oportunidad, incluso un delincuente que le apuntaba con un arma en el pecho lo dejó ir sin robarle cuando se percató de que era Lovera.

Con semblante serio mientras almorzaba (sólo sonrió un par de veces en la entrevista, que duró más de una hora), el humorista destacó que nunca ha dejado de hablar ni de expresarse, aunque reveló que en ciertas oportunidades se autocensura para evitar perjudicar a personas inocentes.

«Si tengo toda la intención de decir las cosas del gobierno, pero puedo alcanzar a gente que está trabajando en el gobierno que no tiene la culpa, me autocensuro», manifestó Lovera, quien suspendió actuaciones en su país en febrero debido a la inseguridad nocturna.

Aun así, su compromiso es expresarse, reiteró.

«Nosotros no hemos dejado de hablar en Venezuela, nunca. Siempre hemos tratado de hacerlo. Recibimos las consecuencias de eso a diario. El problema es que el gobierno censura disimuladamente», expresó.

Lovera, conocido también como «el hombre de las mil voces», dijo que nunca ha recibido una amenaza directa de ningún funcionario del gobierno, pero que es objeto de censura encubierta. Como ejemplo, mencionó que tiene prohibida la entrada en hoteles administrados por el gobierno, sea para actuar o para hospedarse; y dijo que es sometido a investigaciones del organismo recaudador de impuestos.

«Esto es sistemático, constante, y la orden es multar a como dé lugar», manifestó Lovera, quien no reveló el monto de las multas que ha tenido que abonar alegando que le causaría problemas.

«Hay más consecuencias. No tenemos trabajo en televisión, a mí no me renovaron el contrato, a (Luis) Chataing (otro popular presentador y humorista venezolano) lo sacaron. Lo primero fue el cierre de Radio Caracas Televisión, yo tenía apenas 23 años allí cuando lo cerraron. Estaba a prueba para ver si quedaba fijo», dijo con su típica ironía.

El ministerio de Turismo de Venezuela, que administra los hoteles bajo la órbita estatal, no respondió los pedidos de entrevistas de la AP. Tampoco lo hizo el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria, más conocido como SENIAT.

«Lamentablemente esto es común. Le afecta a él (a Lovera) y a otros artistas y humoristas», explicó el analista político y de comunicación Andrés Cañizales, de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, refiriéndose a las consecuencias mencionadas por Lovera. «Se trata de mecanismos de censura y discriminación sutiles, que no tienen un rostro visible».

Cañizales dijo que Lovera «era un personaje incómodo», no por lo que hacía en la televisión sino por sus presentaciones en vivo, «donde aparece un elemento político».

«Es un costo que el canal no decidió asumir», indicó. «El canal tenía pendiente la renovación de la licencia y eso fue un mecanismo del gobierno para presionarlo y lograr cambios en la programación y la línea» editorial, aseguró el experto, y dijo que Televen aún transmite los capítulos viejos para cumplir con una ley que exige a las televisoras tener programación propia.

La habilitación administrativa de Televen fue renovada el 8 de septiembre del 2013 por cinco años, de acuerdo con el canal.

El gerente general de Televen, Leonardo Bigott, dijo a la AP que el canal no renovó el contrato a Lovera por motivos económicos.

«En razón de los bajos resultados obtenidos en la preventa 2014, donde tuvimos una disminución neta de clientes del 39%, lo cual impactó negativamente los ingresos», dijo Biggot al explicar los motivos de la decisión en un correo electrónico. Indicó que los costos operativos y de producción fueron recortados, y el mercado publicitario decreció por la situación económica que atraviesa el país.

Bigott aseguró que Televen «no recibió presiones de ningún tipo para no renovar el programa Misión Emilio».

Lovera, mientras tanto, dijo que le costó mucho hacer la voz de Chávez para «La isla presidencial».

«Yo no lo había hecho ni quería hacerlo. Era un bloqueo mental», dijo el humorista, y explicó que tuvo que hacerlo porque los productores de la tira querían que una sola persona hiciera la voz de todos los personajes.

Aunque él nunca recibió en persona quejas de ningún presidente, tanto Chávez como Maduro hablaron de Lovera públicamente.

Mientras Chávez quiso aparentar que no lo conocía, Maduro indicó que no era «ni tan bruto ni tan gordo» como el personaje de la tira cuya voz hacía Lovera.

Chávez, recordó Lovera, dijo: «‘Un tal Lovera, que dicen que es humorista …’ ¡Tenía 30 años viéndome y se hacía el que no me conocía! Maduro, en cambio, dijo, ¿Vieron ‘La isla presidencial’? ¡Como un fan número uno!».

«Cada vez es más difícil sacar humor de esas situaciones, pero siempre hay, y me imagino que nosotros hemos agudizado un poco el sentido para encontrar risas de ahí».

«Lo que hemos hecho últimamente es dejar pasar el tiempo antes de contar chistes de algo, porque son cosas tan desagradables que duelen durante un tiempo. Sólo a la distancia se ven indoloras».

«Si tengo toda la intención de decir las cosas del gobierno, pero puedo alcanzar a gente que está trabajando en el gobierno que no tiene la culpa, me autocensuro».

«Nosotros no hemos dejado de hablar en Venezuela, nunca. Siempre hemos tratado de hacerlo. Recibimos las consecuencias de eso a diario. El problema es que el gobierno censura disimuladamente».

«Hay más consecuencias. No tenemos trabajo en televisión, a mí no me renovaron el contrato, a (Luis) Chataing (otro popular presentador y humorista venezolano) lo sacaron. Lo primero fue el cierre de Radio Caracas Televisión, yo tenía apenas 23 años allí cuando lo cerraron. Estaba a prueba para ver si quedaba fijo».

«Hay más consecuencias. No tenemos trabajo en televisión, a mí no me renovaron el contrato, a (Luis) Chataing (otro popular presentador y humorista venezolano) lo sacaron. Lo primero fue el cierre de Radio Caracas Televisión, yo tenía apenas 23 años allí cuando lo cerraron. Estaba a prueba para ver si quedaba fijo».

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