Marco Tulio Trejo

mttrejopaiz@gmail.com

Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Las granjas de “bots” son apetecidas por los políticos, esos “politiqueros” que no tienen valores morales, mucho menos ética y usan la tecnología para manipular a la opinión pública. Mucho se habla de los denominados “netcenters”, pero una “granja de bots” es más sofisticada y se puede identificar cuando ponemos a funcionar nuestro criterio y lógica.

Los “bots” son herramientas virtuales, líneas de código y algoritmos diseñados para que funcionen en una plataforma y sus mensajes son automatizados por la mano del hombre para que se difundan, por medio de la Inteligencia Artificial (IA), para tener resultados oscuros. El uso de los “bots” repite tareas que simulan el comportamiento humano, pero al final de cuentas el nombre esta asociado a la palabra “robot” y allí esta el secreto de toda esta “maraña”.

Los” bots” por ser robotizados carecen de creatividad, porque al final de cuentas es un ejército de cuentas activas (zombies), varias decenas o miles de perfiles falsos, en las diferentes redes sociales más utilizadas por los cibernautas guatemaltecos.

Cuando escriban en sus redes sociales, que por cierto no son un juego, y lean un mensaje agresivo, que en vez de opinar lanzan frases u oraciones con ideas absolutas, suele tratarse de perfiles falsos. Las características más importantes que hay que analizar es el nombre, que puede ser de un personaje de ciencia ficción y por lo regular tiene colgada la imagen de una mujer u hombre atractivos, para llamar la atención de los internautas.

En otros perfiles vemos dibujos animados, o paisajes, o cualquier otro personaje de los conocidos héroes de la justicia. La mayoría de veces las cuentas terminan con nombres como “julia4703winston” y a partir de ahí se identifican como “winston4517julia” o «erica93holmes9vkd». Otra peculiaridad es la fecha de activación y la cantidad de seguidores que tiene la cuenta.

Un teléfono con una SIM tiene una inversión inicial de la mensualidad y el dispositivo de Q3 mil 500 aproximadamente, pero puede funcionar con un servicio prepago, lo cual al final de cuentas resulta más barato, porque en una misma SIM, pueden duplicarse los perfiles que se van administrar y eso lo hace atractivo para ofrecer este servicio a los “clientes” que necesitan manipular la opinión pública.

Esta semana circuló información disfrazada de “noticia”, sobre una resolución de la Corte de Constitucionalidad (CC), sobre el tema de la designación de gobernadores y en donde se aseguraba que el presidente Bernardo Arévalo, había cometido irregularidades. La supuesta “noticia” quería causar malestar contra los magistrados que integran la alta corte y deslegitimizar la decisión del mandatario, pero al final de cuentas el objetivo era desinformar.

La mayoría de estas redes pertenecen a “emprendedores” entusiastas o empresas de dudosa honorabilidad, pero las más “profesionales” están patrocinadas por gobiernos de turno, partidos políticos y/o “politiqueros” que no tienen, en su mente, el más mínimo ingrediente de ética, mucho menos valores morales.

Debería de ser muy fácil poder detectar donde funcionan este tipo de “negocios, si las empresas de telefonía no pensaran en las ganancias económicas de una conexión de esta magnitud, porque en el sistema de las operadoras se puede localizar estos SIMS (teléfonos móviles), activados en una misma ubicación (misma antena), y en el mismo lapso de tiempo. Una sola persona puede administrar decenas de estas cuentas zombies: que significan lo malo.

Para verificar la información de mi artículo, me acerqué a las tiendas de los operadores de móviles y solicité que me dijeran cuantas tarjetas SIM pueden activarme y el que me atendió me dijo que las que quisiera activar, o sea que no hay límites para montar una granja “bots”. También pregunté que sí se puede monitorear, desde donde se accesa y la respuesta fue otro rotundo sí.

Una de las prácticas comunes, ya que se trata de “bots”, es llegar al equipo de los millones de usuarios que están conectados de manera que el “ciberdelincuente”, porque no se les puede llamar de otra manera a los que manipulan masas, con contenido falso desde los equipos que han programado, con lo que logran sus oscuros propósitos.

La pregunta más evidente que me hice, fue si las redes sociales saben o conocen que está ocurriendo esta situación. La respuesta después de investigar también es otro rotundo sí. Pero por eso es que se hace necesario que el Congreso de la República, en el afán de legislar para beneficio colectivo, apruebe una Ley de Ciberseguridad donde se legisle este tipo de casos y que los ciudadanos estemos protegidos por el Estado.

Incluso escuché al presidente del Congreso de la República, Nery Ramos en una declaración de esta semana que termina, donde se refirió a los “netcenters”, los cuales dice: se activaron en el momento que se promovió la aprobación de varias leyes que están en análisis y que posiblemente van a ser aprobadas por el pleno en el transcurso de las siguientes plenarias.

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