El 5 de noviembre de este año el mundo estará atento a las elecciones que se celebrarán en Estados Unidos, por mucho, las más importantes del globo ya que las decisiones de este país impactan directa o indirectamente al resto de naciones.
La arena está lista y los contendientes parecen estar ya definidos. Joe Biden y Donald Trump revivirán la disputa por la Casa Blanca de hace cuatro años, en esta ocasión con posiciones invertidas.
Ahora el demócrata es el presidente de Estados Unidos y el republicano intentará arrebatarle el poder en lo que sería un regreso histórico e inédito en la historia moderna, de alguien que pierde el poder en las elecciones y lo retoma cuatro años más tarde.
En la elección de noviembre próximo -en la que también se renovará el Congreso y se elegirá aún tercio del Senado- hay mucho en juego. La disputa Rusia-Ucrania, el conflicto de Israel-Palestina o el de China-Taiwán, son algunos de los temas que interesan al mundo.
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Sin embargo, para Centroamérica y puntualmente para Guatemala el resultado de la elección puede derivar en cambios sustanciales.
Para entender la importancia de la relación con Estados Unidos, este país es nuestro principal socio comercial, el año pasado el intercambio comercial entre ambos países sumó US$14 mil 567 millones, y los cerca de tres millones de guatemaltecos que radican en ese país enviaron en remesas, solo el año pasado, US$19 mil 804 millones.
Además, en materia de seguridad, Guatemala es parte del corredor del narcotráfico y en los últimos años también del tráfico ilícito de migrantes y uno de los principales países de origen.
Según datos oficiales solo el año pasado más de 221 mil guatemaltecos fueron detenidos en la frontera sur, pero se calcula que la mayoría que viaja de manera irregular logra ingresar y establecerse en aquel país.
Por estas razones a Estados Unidos le interesa ser un socio estratégico de Guatemala.
No obstante, como telón de fondo de los temas que interesan a Estados Unidos está la lucha contra la corrupción, tema que particularmente interesa al país y que podría tener variaciones en su abordaje, dependiendo de quien gane.
ROLDÁN: APOYO PUEDE DISMINUIR
Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación en Ciencias Socio Humanistas (ICESH) de la Universidad Rafael Landívar, teme que los republicanos no tengan claridad de que la corrupción es el motor que mueve la migración irregular hacia Estado Unidos, y que si Trump retoma la Casa Blanca en 2025 la lucha contra este problema ya no tendrá el mismo apoyo.
Precisó que el “lobby” -cabildeos- de actores ligados a la corrupción en Guatemala con actores políticos en aquel país se mantiene.
“No creo que a los republicanos les interese la migración como a los demócratas”, expuso Roldán. Más que las causas, les preocupan los efectos de los éxodos, dijo.
ANDRADE: GOBIERNO DEBE SER ÁGIL
El exvicecanciller y exembajador Luis Fernando Andrade Falla dijo que la administración de Bernardo Arévalo debe tener la capacidad de relacionarse con Estados Unidos ya sea que el gobierno sea demócrata o republicano.
“Lo que hay que buscar es que la dinámica de apoyo de parte de Estados Unidos a Guatemala y al nuevo gobierno se mantenga”, subrayó el exembajador. Remarcó en que se debe hacer un trabajo intenso y saber vender hacia dónde van las acciones que tome el país en materia de seguridad, narcotráfico o migración. “Qué nos vean como socios responsables y efectivos”, dijo.
Las relaciones con la potencia mundial no deben ser una cuestión ideológica, agregó. Si gana Trump o Biden, “seguimos con Estados Unidos”, de eso se trata la diplomacia, “de ver con quién platico, con qué senadores y a quién le voy a vender mis intereses”, expuso el exembajador.
Puso como ejemplo el Plan Colombia -2001-2016- que contó con el respaldo bipartidista de Washington y del Congreso y ese país «salió adelante».
Aunque reconoce que Trump ha sido disruptivo, Andrade explicó que los países siempre buscarán conciliar sus intereses. El republicano “siempre pondrá a Estados Unidos primero y los demás países que vean qué hacen. Pero ahí es donde hay que tener la audacia de plantear nuestros intereses y acoplarnos”, remarcó.
“Se requiere ir identificando las pláticas con los republicanos desde ya”, agregó. Hay que hacer un trabajo con el equipo de Biden, pero también con el de Trump, expuso.
En este sentido, Roldán coincidió en que el gobierno de Arévalo debe mantener el respaldo internacional, centrándose en Estados Unidos. Asimismo, cree que se debe reforzar la embajada en Washington para abordar y hacer cabildeos en temas de migración, visas de trabajo y para buscar los vínculos “con los dos partidos y las dos cámaras” del Congreso estadounidense.
Los analistas consideran que Trump tiene posibilidades de retomar el poder en las elecciones de noviembre próximo.
De momento las encuestas lo sitúan ligeramente por encima de Biden, sin embargo, todavía faltan muchos meses y las cosas podrían cambiar, coinciden.
Roldán lamenta que los liderazgos republicanos han posicionado al tema migratorio al frente del debate electoral y que el partido Demócrata «les siga el juego», y responda con una retórica y medidas antimigrantes, cuando debería, a su criterio, resaltar las bondades de la migración y el trabajo que está haciendo la actual administración para luchar contra las raíces de la migración.
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