Por JULIE PACE,
WASHINGTON
Agencia AP

Si bien esa postura es acorde con la aversión de muchos años de Obama a los enredos militares, se produce en un momento en el que se cuestiona la eficacia de sus opciones preferidas y hay indicios de que algunos en el gobierno están dispuestos a tomar medidas más robustas.

En el conflicto entre Rusia y Ucrania, Obama ha dependido en gran medida en las sanciones económicas coordinadas entre Estados Unidos y la Unión Europea para tratar de alterar los cálculos del presidente ruso Vladimir Putin.

Aunque la Casa Blanca puede reclamar el crédito por infligir algo de daño en la economía de Rusia, Putin parece simplemente ponerse cada vez más agresivo, y los funcionarios ucranianos acusan a Moscú de enviar dos columnas militares a cruzar la frontera el jueves.

Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama advirtió que Rusia probablemente enfrentará a más sanciones de Occidente por cuenta de sus provocaciones continuas. Pero no ofreció ninguna señal de que estuviera considerando algo fuera del ámbito de las sanciones y descartó explícitamente la posibilidad de una intervención militar.

«No estamos tomando medidas militares para resolver el problema de Ucrania», dijo Obama.

El presidente autorizó ataques aéreos limitados a principios de este mes para perseguir objetivos del grupo miliciano Estado Islámico en Irak. Pero la discusión pasó rápidamente a centrarse en si los ataques deberían extenderse a Siria, donde los milicianos tienen refugio.

Obama en un principio pareció descartar en gran medida esa opción, una decisión que no es una gran sorpresa, dada su larga oposición a involucrar a los militares de Estados Unidos en Siria, un país asolado por la guerra civil. Pero permanecer fuera de Siria se complicó después de que los extremistas anunciaron la semana pasada que habían matado al periodista estadounidense James Foley y amenazaron con matar a otros rehenes estadounidenses en Siria.

El presidente también ha tenido que lidiar con las evaluaciones de otros en su gobierno sobre la necesidad de avanzar hacia Siria. Las declaraciones más destacadas corresponden al jefe del Estado Mayor, el general Martin Dempsey, quien dijo de manera inequívoca que solo se podía derrotar al Estado Islámico si Estados Unidos perseguía al grupo también en Siria, además de Irak.

Obama dijo el jueves que estaba sopesando la posibilidad de una acción militar en Siria, pero redujo las expectativas ante cualquier sugerencia de que tal medida era inminente. Y dijo que incluso si fuera en última instancia a autorizar ataques, estos tendrían que venir acompañados de una estrategia regional más amplia que se ocupe de la agitación política en Irak y Siria.

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