Hablemos de discapacidad primero
Discapacidad. Se refiere a impedimentos, limitaciones de actividad y restricciones de participación por causas somáticas corporales o cerebro mentales. La discapacidad es la interacción entre personas con un problema de salud (por ejemplo, parálisis cerebral, síndrome de Down, depresión, resultantes de cualquier enfermedad) y factores personales y ambientales (por ejemplo, actitudes negativas, transporte y edificios públicos inaccesibles y apoyo social limitado).
Se calcula que en Guatemala uno de cada diez personas, tiene algún grado de discapacidad ya sea congénito o adquirido. A pesar de esa situación, el país tiene pocos datos sobre tipos y las personas con discapacidad, sobre su origen (se estima que en las corporales los accidentes de tránsito juegan papel importante) lo que las hace menos visibles en las políticas públicas y muchas veces las deja con poco o ningún acceso a servicios básicos de salud, educación, trabajo, entre otras áreas.
Por “discriminación por motivos de discapacidad” se entiende cualquier distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad, que tenga el propósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, en los ámbitos político, económico, social, cultural, civil o de otro tipo. Incluye todas las formas de discriminación, entre ellas, la denegación de ajustes razonables
¿Algo qué destacar?
Si: la mayoría de las personas con discapacidad viven en condiciones de pobreza, de todo tipo de pobreza, y reconociendo a este respecto, la necesidad fundamental de mitigar los efectos negativos de la pobreza en las personas con discapacidad.
Qué debe hacer el sistema de salud:
Esta aseveración tiene dos contextos: el clínico y el salubrista. Pero el hacer de ambos, parte de un principio establecido por la constitución de la República: Todas las personas tienen derecho a alcanzar la mejor salud posible. El requisito previo es tener igualdad de acceso a intervenciones que promuevan la salud y a la mejor atención posible al igual que la prevención y rehabilitación, para no caer en condiciones lamentables. Hoy en día, hay muchas personas que no ven cubiertas sus necesidades de atención como muestran algunos pacientes de la pandemia por Guillain Barré y muchos niños, jóvenes, adultos y ancianos, que padecen de algún trastorno incapacitante congénito o adquirido, somático y mental.
¿Qué significa discapacidad en términos de salud?
Algo que ha sido comprobado en todas las latitudes y grupos humanos: las personas con discapacidades somáticas, psicológicas, mentales y cognitivas, tienen una salud peor y se ven especialmente afectadas por la desigualdad de actitudes, valores y atención hacia ellos. A pesar de que existen muchas asociaciones privadas para atender favorablemente a individuos con enfermedades incapacitantes y necesidades complejas de atención y salud, estas resultan en la actualidad ante la cantidad de afectados insuficientes en sus coberturas y prestaciones.
Por otro lado, y de acuerdo a la epidemiología, la mala salud autoinformada, es 10 veces más común entre las personas con discapacidad, en comparación con el resto de la población. Pero también existen diferencias entre sexos, ya que un porcentaje menor de mujeres con discapacidad, califican su salud como buena en comparación con los hombres con discapacidad. Y un fenómeno al que se le presta poca atención, la salud dental también es peor entre las personas con discapacidad. También toman medicamentos para la depresión con más frecuencia, padecen diabetes en mayor medida y suelen tener sobrepeso y enfermedades cardiovasculares. Esto, a su vez, conduce a un mayor riesgo de muerte.
Todas las enfermedades incapacitantes son importantes, aunque por lo visible y lo dramático que resulta, es la detección tardía del cáncer lo que más impresiona, esta resulta dramática y angustiante, dado que su tratamiento tiene más consecuencias económicas y sociales. Al tenerse retardo de su detección, eso predice complicaciones mayores efectos secundarios y costo de tratamientos y sus secuelas. Pero en realidad esto puede observarse en todas.
Qué debe hacer el sistema de salud
Desde hace mucho tiempo, se sabe y se esgrime tanto por el sector político como el social, que el punto de partida nacional y privado de atención a incapacidades, descansa sobre un valor ético, que es que la necesidad de atención del individuo, que debe tener como base la priorización y que la persona con mayor necesidad debe tener prioridad.
En varios ámbitos y especialmente donde priva discriminaciones e inequidades, las personas con discapacidad corren el riesgo de retrasar el diagnóstico y, por tanto, el tratamiento, lo que conduce a una mayor mortalidad por diversas enfermedades, en comparación con el resto de la población, pues además en lo laboral son explotadas y poco tenidas en consideración. No hay programas estandarizados y específicos de detección de casos por parte del SNS.
Existen muchas alternativas en este campo que deben atenderse. Por ejemplo, una mujer en silla de ruedas ante la necesidad de una mamografía, el equipo de rayos X para realizarla no se puede usar, lo que significa que a las mujeres que utilizan sillas de ruedas se les ofrecen otros métodos de examen alternativos y menos fiables. Lo mismo se refiere a la detección de cambios celulares en el cuello uterino, donde las sillas ginecológicas a menudo no están disponibles y son difíciles de utilizar para las mujeres con grandes problemas de movilidad. También es bien sabido que las mujeres con discapacidad intelectual, a menudo reciben un diagnóstico tardío de su enfermedad y, por tanto, un riesgo mucho mayor de mortalidad por esa enfermedad.
Vemos el mismo patrón en la atención sanitaria en su conjunto. Las personas con enfermedades mentales graves, por ejemplo, tienen una mayor tasa de mortalidad por enfermedades, pues se les suele tildar de Locos y sin remedio incluso por sus cercanos y sus vecinos. El analfabetismo en salud no permite detectar a tiempo enfermedades que pueden ser controladas y atendidas y vivir mejor y con mejor pronóstico.
Qué debe mejorarse
Formularse un programa nacional amplio al respecto. Hay dos cosas a considerar en ello: el Derecho funcional igualitario y centrado en la atención a la persona incapacitada, demanda de un cambio a favor del discapacitado dentro de todos los niveles de atención de la sociedad y en el de salud su consideración dentro de todos los niveles: primario secundario y terciario poniendo los ojos en que constitucionalmente y éticamente, todas las personas en todo el país necesitan el mismo acceso a diagnósticos y tratamiento al igual que protección para brindar el mejor bienestar y evitar eventos adversos. Entonces el sistema de salud debe crear importantes condiciones para el derecho a igual salud.
Solo a manera de ejemplo. Dentro del nivel de atención primaria, es necesario que la atención incluya las necesidades de quienes corren el riesgo de quedar excluidos. Existe para ello de parte de la Convención de las Naciones Unidas, mandatos sobre los derechos de las personas con discapacidad. Esto significa que el Estado no sólo se debe comprometer a proporcionar la misma atención y ofrecer las intervenciones necesarias especialmente debido a la discapacidad funcional, sino también a hacer un seguimiento de que esto realmente suceda y tanto en detección como atención y seguimiento, nuestro nivel primario es deficiente.
Además de la medición, atención y el seguimiento, la sociedad debe tomar conciencia de que la debida atención a los discapacitados es sumamente importante para fortalecer e impulsar la implementación de las metas de la Agenda 2030 como parte integrante de las estrategias pertinentes de desarrollo sostenible y por otro lado se ha reconocido que la discriminación contra cualquier persona por razón de su discapacidad, constituye una vulneración de la dignidad y el valor inherentes del ser humano.
En resumen
La toma de conciencia sobre este tema de parte de sociedad civil y gobierno es importante. La transformación del entorno que evita la participación plena y efectiva del discapacitado en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás es un derecho.
Partiendo de lo anterior, es tarea del SNS fortalecer dentro de su hacer la atención a los discapacitados. a las personas con discapacidad las cuales, en nuestros medios sociales, siguen encontrando barreras para participar en igualdad de condiciones con las demás en la vida social y se siguen vulnerando sus derechos humanos en todas partes: el hogar, el trabajo, las calles. Para ello se hace necesario y adquiere vital importancia, la cooperación estatal y social, para mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad. Es de hacer notar que, en todas partes del mundo, las mujeres y las niñas con discapacidad, suelen estar expuestas a un riesgo mayor, dentro y fuera del hogar y a violencia, lesiones o abuso, abandono o trato negligente, malos tratos o explotación, lo cual señala la necesidad de incorporar una perspectiva de género en todas las actividades destinadas a promover el pleno goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales por las personas con discapacidad. Ya existen contenidos a satisfacer que se han resumido así
La atención del discapacitado es tarea de todos y beneficia a todos.