Si identificamos los intereses fundamentales detrás de las posiciones adoptadas por ambas partes y comprendemos las necesidades subyacentes, podemos encontrar soluciones creativas para satisfacer a las partes. Entendiendo que posición significa tener una postura, actitud o modo donde alguien o algo está puesto. Por ejemplo, si estamos hablando en términos médicos, se usa la palabra posición anatómica para describir una postura de referencia estándar que se utilizará para vivir la ubicación y las relaciones con las estructuras anatómicas del cuerpo humano. Menciono esto tan complejo únicamente para explicar que una posición es un hecho adoptado que normalmente enfrasca al que la adoptó y no le permite moverse de ahí.
Mientras que cuando hablamos de intereses, hacemos referencia a la afinidad o inclinación de una persona hacia una situación u otra. En sicología, un interés puede ser la representación cognitiva de una necesidad, de tal manera que nos mueve a realizar una determinada acción. Es el comportamiento motivado por una meta apetecible.
En términos de negociación, como lo he mencionado antes, el interés es el objetivo de lograr la meta, aunque también puede ser una necesidad o miedo. En fin, aquí lo importante es definir qué es inter-subyacente, es decir, qué es lo que realmente hay detrás de un interés. Por ejemplo, si yo manifiesto interés por la compra de una bicicleta, el vendedor me va a preguntar por qué quiere la bicicleta, para qué quiere la bicicleta, ya que dependiendo de “para qué” o “por qué” la quiero es el tipo de bicicleta que me va a ofrecer. Cuando le explico que la bicicleta la quiero para trasladarme a hacer ejercicio con el fin de bajar de peso y así poder competir, como parte de mi negocio o simplemente por diversión: ese es el verdadero interés. Al final, si yo quiero comprar una bicicleta para bajar de peso, mi interés no es la bicicleta sino bajar de peso.
Todas esas definiciones académicas o de diccionario, o del método de Harvard sobre “negociación” nos definen en teoría una postura y un interés. A mí me interesa definir en este caso un poco sobre qué es lo que nos está pasando y, por lo tanto, definir cuál es el verdadero interés. En este caso, el verdadero interés está en mantener el sistema democrático y representativo de nuestro sistema republicano. Ese sistema donde la población a través del voto delega el poder, y muy especialmente, garantizarnos que cada cuatro años (porque antes eran cinco) después de las reformas constitucionales tengamos a personas diferentes representándonos y representando nuestros intereses. Eso se llama transición. Que nosotros, los constituyentes, los teóricos, los verdaderos políticos, velamos por que se lleve a cabo la transición. Ese es el tema más importante; tema que finalmente se cumplió porque a pesar de que hoy amanecimos con una resolución de la Corte de Constitucionalidad que obliga a elegir una nueva junta directiva en el Congreso de la República; sin embargo, la juramentación del presidente y la vicepresidente del día 14 se mantiene, garantizando así el interés de llevar a cabo la transición y evitando que una persona o un grupo de personas se queden ostentando el poder más de lo que legalmente les corresponde, se mantiene.
Para nosotros, los constituyentes, el interés siempre estuvo en defender la Constitución, en defender el sistema, aunque el interés fuera poder decir que la Constitución funcionó. Todo lo que no previmos, de todos modos no se pudo dañar el sistema, pues siempre el enfoque fue evitar que regresáramos al pasado donde nadie respetaba la ley y donde con acciones perversas habían relevos y no había necesidad de acudir a la judicialización de la política para declarar que hubo fraude, pues era un descaro la forma en la que se detenía la creación de los partidos políticos, la forma en la que no se dejaba que funcionaran, la forma en la que se eliminaban a los líderes del país y la forma en la que se llenaban las urnas a mano, aunque no importara que aparecieran más papeletas que votantes o más votos que habitantes.
Hoy podemos decir con satisfacción que las personas electas tomaron posesión, que el presidente y la vicepresidenta fueron parte de una transición, porque, aunque se deban repetir las elecciones de Junta Directiva del Congreso, no es suficiente para revertir el proceso de juramentación que se dio el 14. Tenemos que hablar sobre qué fue lo que pasó y cómo evitarlo y tenemos que estar claros de que esto no se va a detener ahí, porque los intereses subyacentes de quienes no han querido que los ganadores de las elecciones asuman, los tienen en una posición inflexible que evita cualquier tema de negociación, ya que como también hemos mencionado anteriormente, su verdadero interés no está en la política.
NO SE VALE que no vean el capítulo de esta semana de ROBERTO ALEJOS PODCASTS en compañía de Aquiles Faillace donde explicaremos qué pasó el 14, qué pasó en el Congreso, qué pasó en la juramentación… y vaticinamos lo que podría pasar y que actualmente está pasando. La Corte mandó a repetir las elecciones, una decisión que tomó en un amparo provisional, tema que también habrá que discutir a fondo, ya que ahora resulta que los amparos provisionales se convierten en definitivos, se dan instrucciones para hacer… y con eso, el tema se queda sin materia. Hablamos allí de lecciones aprendidas importantes para tomar en cuenta.
YA ES HORA de que esto se detenga ¿no creen? Ya no podemos seguir judicializando este tema, si bien debemos entender que cualquier proceso penal que sea iniciado tiene que llegar a su fin, no significa detener la transición y evitar que las personas que fueron electas ejerzan su función ahora que ya tomaron posesión de sus cargos. Esto es porque el tema al que tenemos que darle mucha importancia es la formación y capacitación y evitar así que la desinformación nos lleve a posiciones que no permitan la negociación para alcanzar los verdaderos intereses subyacentes.