Al cumplirse 103 días del plantón de digna resistencia frente a la sede del Ministerio Público de Guatemala. Agradecimiento a los 48 Cantones de Totonicapán, a las alcaldías indígenas de otros departamentos y a las Autoridades Ancestrales de los pueblos originarios, por el coraje y decisión de defender mediante acciones de resistencia no violenta, la frágil institucionalidad democrática, el Estado de derecho y el voto ciudadano.
Desafíos del Gobierno progresista entrante 2024-2028. El próximo domingo 14 de los corrientes deberán asumir sus responsabilidades las nuevas autoridades de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, electos en las votaciones generales realizadas el año pasado. En esa ocasión, la mayoría de ciudadanía guatemalteca que ejerció con libertad su derecho humano político de elegir y ser electos, escogió al binomio presidencial presentado por el partido Semilla, integrado por Bernardo Arévalo y Karin Herrera.
Los nuevos mandatarios guatemaltecos reciben un Estado cooptado por mafias criminales, ahorcado por la corrupción e impunidad. Tienen la tremenda responsabilidad de iniciar un saneamiento de la institucionalidad pública, de ser constructores de un nuevo proyecto de Nación, de enderezar el rumbo, de conducir la nave a buen puerto, crear condiciones para el desarrollo social y el progreso económico en función de cumplir con el deber del Estado de procurar el bienestar común, así como recuperar imagen y prestigio internacional, que el país ha perdido. No cabe duda que tienen una difícil y titánica tarea.
Después de un espinoso y convulso proceso de transición, entre el 25 de junio 2023 y el 14 de enero 2024, lleno de acciones jurídico judiciales, que amenazaron el orden democrático y pretendieron desconocer el resultado de las votaciones; la ciudadanía mayoritaria celebra con entusiasmo, satisfacción y expectación la toma de posesión de los nuevos mandatarios.
Para miles de personas, el Gobierno entrante representa la nueva primavera, en alusión al período revolucionario 1944-54 denominado “primavera democrática” y al Gobierno del doctor Juan José Arévalo (1945-1951) padre de Bernardo Arévalo, próximo presidente constitucional de la República.
Sobre el Gobierno ultraconservador saliente 2020-2024. Sale con penas y sin gloria. Queda escrito en piedra para la posteridad y el conocimiento de las nuevas generaciones que la administración de Alejandro Giammattei y Guillermo Castillo, fue de las más nefastas y nocivas para el país y la población. Por el saqueo de los fondos públicos para beneficio personal y de grupos, por la depredación de los recursos naturales y la entrega a capitales transnacionales de extensos territorios para la explotación extractiva.
De los peores Gobiernos civiles, será recordado por su deriva autoritaria, arrogancia y corrupción desmedida. Negocios opacos con las vacunas de la pandemia que generó el reclamo de la ciudadanía al preguntar, ¿Dónde está el dinero?
Aumento de la pobreza, desnutrición crónica infantil, emigración irregular. Abandono de programas sociales. Desarticulación de la institucionalidad de la paz. Violaciones a derechos humanos. Vulneración de la democracia y el Estado de derecho.
Por promover y promulgar leyes regresivas. Cooptar al sistema de justicia, dirigir las acciones desestabilizadoras y golpistas del Ministerio Público. Criminalizar opositores políticos, operadores, administradores de justicia, periodistas y defensores de DD. HH. por restringir las libertades de expresión, pensamiento, información y prensa.
El nuevo año 2024 abre una nueva oportunidad para el país. Guatemala y su población merecen un futuro de desarrollo humano y prosperidad, libre de desigualdad, racismo, discriminación, pobreza, analfabetismo, desnutrición crónica infantil, exclusión, falta de oportunidades. Es muy alta la esperanza con el nuevo Gobierno que se inaugura el 14 de enero.