Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El día de hoy se publicó el acuerdo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) en el que se oficializa la conclusión del proceso electoral 2023, que tuvo los momentos cumbre el 25 de junio y el 20 de agosto del presente año.

Hoy muchos critican al TSE porque fijó una fecha, pero además que hubo algunas reformas, ni en el peor de los sueños se pensó que íbamos a estar como Nicaragua o Venezuela, es decir, con la autoridad intentando irrespetar la voluntad de lo que el ciudadano expresó en las urnas.

Los efectos de la decisión que se publica hoy son que las autoridades electas quedan en firme para asumir el 14 de enero, toca a los ciudadanos defender lo expresado en las urnas, la Corte de Constitucionalidad (CC) le tocará demostrar que sí está del lado de la democracia, las Juntas Electorales quedan expuestas ante las irracionales conjeturas del Ministerio Público (MP), el partido Semilla quedará suspendido dando paso a la batalla legal y otros partidos deberán ser investigados por las mismas razones que se persigue al partido que llevó a Bernardo Arévalo a la presidencia.

El MP se relame los bigotes pensando que van a poder demostrar un fraude que no existió. Más de 1600 ciudadanos conforman 339 Juntas Electorales Municipales (JEM) que a su vez nombran a las Juntas Receptoras de Votos (JRV) que están conformadas por un Presidente, un Secretario, un Vocal y se les asigna un Alguacil.

Son 24,585 mesas electorales en todo el país y para llevar a cabo un fraude se necesita demasiada gente y por tanto, la narrativa del MP y sus voceros no oficiales (NetCenters) no tienen ni pies ni cabeza. Y en todo caso, si alguien tenía el dinero para intentar “robarse” las elecciones era el oficialismo de Alejandro Giammattei, Miguel Martínez y Manuel Conde.

Que el MP quiera cuestionar el proceso electoral y para ello usen de excusa el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), implica ir tras los miles de ciudadanos que voluntariamente dieron su tiempo.

Pero más que eso, implica ir en contra del mismo sistema electoral en su conjunto porque para las elecciones de 2027 muy poca gente honrada va a querer participar en las mesas electorales y de esa manera van a seguir abriendo la puerta para asemejarnos a Nicaragua y Venezuela, lugar en el que no se ejercen elecciones libres y transparentes que es al final lo que desean los actores antidemocráticos.

Hay un consenso entre muchos actores (indígenas, ladinos, empresarios pequeños y grandes, académicos, religiosos, etc.) para defender la democracia. Ese escollo debe ser el primer gran escalón, pero tenemos la necesidad de poder migrar a más acuerdos.

Semilla quedará suspendida, como dije, y con ello se les complicará aún más el Congreso, pero si Arévalo logra liderar los acuerdos necesarios para cumplir con el mandato dado en las urnas, con o sin bancada, las cosas pueden caminar en el Legislativo porque no hemos tenido iniciativas que sean presentadas en consenso con los actores de mayor incidencia en la sociedad.

Lo que viene no será fácil y no será rápido, pero si de verdad estamos dispuestos a trabajar para seguir viviendo en una democracia, también nos vienen días apasionantes porque trabajar hombro a hombro con otros actores democráticos nos allanará el camino en la que debe ser la Guatemala de los acuerdos, necesidad esencial para lograr el país que tanto anhelamos.

Tocará hacer uso de recursos legales para defender la democracia, pero principalmente tendremos que usar nuestra voz, nuestra capacidad de lograr acuerdos y ejercer acciones propias de un ciudadano que se resiste a ser responsable de perder la vida democrática.

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