Primero fue Ford, luego Stellantis, y ahora una fábrica de General Motors se ha sumado a la creciente lista de plantas sumamente rentables en las que el sindicato United Auto Workers se ha declarado en huelga.
El martes, unos 5.000 trabajadores se declararon en huelga en la planta de GM en Arlington, Texas, en donde se fabrican las grandes camionetas SUV de alto margen como la Chevrolet Tahoe y la Cadillac Escalade.
Las huelgas en Texas, así como en la planta más grande de Ford a nivel mundial ubicada en Louisville, Kentucky, y una planta de Stellantis que fabrica las lucrativas camionetas Ram en Michigan, tienen el objetivo de que hacer que las compañías se dobleguen ante las demandas del sindicato de otorgar mejores salarios y prestaciones de lo que las compañías han ofrecido hasta ahora.
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Pero al juzgar por los comunicados que han salido de Detroit, las compañías se encuentran en el límite, o cerca de él, en torno a qué tanto están dispuestas a ceder para poner fin a una serie de huelgas que ahora involucran a 46.000 trabajadores y que empezaron el 15 de septiembre. Alrededor del 32% de los 146.000 miembros del sindicato de las compañías están en huelga, y las automotrices estás despidiendo a trabajadores de otras plantas a medida que la escasez de piezas se extiende en cascada por sus sistemas.
Al dar a conocer la huelga en Arlington, el presidente del UAW, Shawn Fain, señaló que a pesar de que GM reportó sólidas ganancias el martes, su oferta al sindicato era inferior a la de Ford, manteniendo una estructura salarial de dos niveles con la oferta de contribución al plan de jubilación 401(k) más baja entre las tres automotrices.
“Es momento de que los trabajadores de GM, y toda la clase trabajadora, reciban lo que les corresponde”, afirmó Fain.
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Pero la directora general de GM, Mary Barra, comentó a los inversionistas durante la llamada de ingresos de la compañía que la automotriz ha presentado una oferta récord y no firmará ningún contrato que ponga en peligro el futuro de la empresa.
“No aceptaremos un contrato que no sea responsable para nuestros empleados y accionistas”, dijo. “Tenemos que asegurarnos de tener un contrato que nos va a permitir competir y ganar en lo que es un mercado desafiante para los vehículos eléctricos y también nos permita apoyar el negocio que tenemos con fuertes márgenes en nuestro sector (de motores de combustión interna)».