El presidente Joe Biden pidió a las principales automotrices de Estados Unidos y a sus sindicatos de trabajadores que lleguen a un acuerdo que tome “todas las medidas posibles para evitar dolorosos cierres de plantas” a medida que el sector hace la transición a los vehículos eléctricos.
El presidente aún no cuenta con el respaldo del sindicato United Auto Workers para su reelección, a pesar del amplio apoyo que recibió de los trabajadores sindicalizados de cara a la campaña de 2024. El sindicato UAW representa a 146.000 trabajadores de Ford, General Motors y Stellantis. Los contratos de los trabajadores vencen a las 23:59 horas del 14 de septiembre.
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Biden dijo en un comunicado el lunes que a medida que el mercado se aleja de los vehículos a gasolina, la industria automotriz aún debe proporcionar “buenos trabajos que puedan mantener a una familia” y garantizar que “las transiciones sean justas y busquen reestructurar, reiniciar y volver a contratar en las mismas fábricas y comunidades con salarios comparables, al tiempo que brinda a los trabajadores existentes la primera oportunidad de ocupar esos puestos de trabajo”.
“La UAW ayudó a crear la clase media estadounidense y, a medida que avanzamos en esta transición hacia las nuevas tecnologías, la UAW merece un contrato que sostenga a la clase media”, afirmó Biden.
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Shawn Fain, presidente del sindicato, ha pedido el fin de los diferentes niveles salariales entre los trabajadores. También busca aumentos salariales de dos dígitos y la restauración del pago por costo de vida, pensiones de prestaciones definidas para todos los trabajadores y la reincorporación de la cobertura de salud para jubilados. El sindicato ha propuesto una semana laboral de 32 horas, en lugar de las 40 convencionales.
Frente al riesgo de una posible huelga, los fabricantes han señalado que enfrentan costos de desarrollo conforme la industria cambia a los vehículos eléctricos y gasta miles de millones de dólares en la construcción de plantas de baterías.