Amenaza de fraude electoral. Si no se respeta la voluntad popular este 20 de agosto, nuestra Democracia enferma, ya no se cura. Romeo Guerra, candidato a vicepresidente por la Unión Nacional de la Esperanza (UNE) y Sandra Torres, candidata a Presidenta de la República, por el mismo partido, como buenos magos, querían sacar el fraude electoral de su sombrero de levita y lanzarlo al espacio, para que el astronauta Romeo lo tomase en sus manos y lo llevase corriendo a la meta. Dictadura es una palabra dura, sus órdenes son verticales. Su cuerpo asesino, se integra con los cadáveres de muchos súbditos y con un hormiguero de mentiras. No queremos dictadura. En Guatemala no queremos súbditos, queremos ciudadanos.
NASA, amenaza de fraude electoral. El país lleva años vestido de luto. Y Romeo, rápidamente y con mucha destreza, le robó las torres al jugador de ajedrez; las llevó a tuto y junto con la derrota, las acarreó a los tribunales, para que los jueces de la impunidad las convirtieran en ceniza e hicieran llegar el triunfo anhelado. Para su sorpresa, sólo escuchó gritos fuertes: ¡Que viva Arévalo! Así gritó el Pueblo en el pasado. ¡Que viva Arévalo! Contestó el eco casi setenta años después. Parecía que la primavera quería hacer historia otra vez, cuando los gritos del pasado se fundían con los del presente.
Democracia es una palabra horizontal. Todos y todas somos horizonte y, en él, no cabe el fraude electoral. El candidato a Vicepresidente afirmó balbuceando, casi sin poder hablar, sin poder expresarse claramente: “hasta estuve en un proyecto de la NASA.” Creo que Romeo ni siquiera sabía lo que la NASA significa o que fue acérrima contrincante del Organismo Soviético para la exploración espacial “Roscosmos”, cuando la guerra era fría.
De niños, muchos políticos quisieron ser astronautas. Los requisitos para serlo eran y siguen siendo difíciles de alcanzar: honestos, muy honestos para reconocer nuevas estrellas; tolerantes con el espacio, en caso de que se encuentre una nueva galaxia; y muy sensibles y respetuosos al dialogar con los extraterrestres que puedan encontrar en el trayecto hacia la luna. Romeo Guerra, candidato a Vicepresidente por la UNE, no los llena. Ni de lejos, ni de cerca. Y Pensar que para ser Vicepresidente de Guatemala, necesita cumplir los requisitos del artículo 113 constitucional. Pobre Romeo, se quedó sin ser astronauta, ni Vicepresidente.
Con voz entrecortada, balbuceando sílabas, por fin tejió una oración. Romeo Guerra afirmó que “hasta implementó un proyecto en la NASA”. Amenaza de fraude. ¿Quién quiere una tenaza para romper la persecución y lanzar órdenes ilegales al espacio? Así, Romeo puede ir tras ellas, perderse en él y nunca volverse a encontrar.
Necesitamos democracia. Horizontal. Palabras que no se atropellen. Oraciones que se construyan con un mensaje claro, diáfano, transparente. No queremos dictadura. Y que Romeo no nos cuente historias de la NASA y su proyecto. Eso no sirve para construir democracia. NASA: la sombra del fraude electoral, pone gris el cielo de la ciudad. Todo obscurece.
Torres y Guerra han jugado la partida de ajedrez con movimientos sucios. Campañas de desprestigio han sonado como campanas en movimiento. NASA: desacreditar al adversario con tres temas muy importantes y muy polémicos. Muy arraigados en la sociedad: familia, propiedad y ejército. Yo quisiera saber ¿en dónde han estado las y los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) ante estos ataques? ¿No debieron haber denunciado y detenido estas campañas sucias desde hace mucho tiempo? NASA amenaza de fraude que se aproxima a la ciudad y el Pueblo de Guatemala, erguido e indignado, está en pie de lucha.