Un ejemplo son los Q122 millones ubicados dentro de maletas y que han sido vinculados por la FECI al exministro de Comunicaciones, José Luis Benito. Foto La Hora/MP

El curso de los acontecimientos y el desborde que durante el gobierno de Alejandro Giammattei tuvo la corrupción, que ya venía empeorando con cada régimen pero en éste logró acaparar el control absoluto de todas las instituciones, incluyendo entes autónomos como la Universidad de San Carlos, se plasmó en el proceso electoral mediante una clara diferenciación de criterios entre los ciudadanos. Lo que al final determinó el comportamiento de los empadronados fue ese descalabro y la certeza de que los fondos públicos se dilapidan para terminar en esas maletas con millones de quetzales como las que le encontraron a un ex ministro y que son la prueba de para qué se usa el dinero del erario. 

Como consecuencia del análisis de los ciudadanos se vio que unos no se inmutan ni les parece algo malo que se produzca tanto robo y de esa cuenta la pléyade de candidatos que han sido, son o quieren ser quienes se benefician del descalabro obtuvieron importante cantidad de votos. Por otro lado, muchos que intuyeron que las elecciones no iban a cambiar nada se abstuvieron de participar o acudieron para votar nulo, constituyendo, por mucho, la mayoría de los ciudadanos aptos para votar. A ellos se sumaron quienes identificaron una candidatura que les pareció distinta, en un número que terminó siendo sorpresivo para todos. 

Eso significa que ahora, en la segunda vuelta, los campos están perfectamente definidos y quienes no se molestan ni ven mal que haya ese descarado robo del dinero púbico, sea por ignorancia, apatía o hasta porque ese sistema de alguna manera les salpica, se mueven afanosos para lograr votos para quien garantiza que todo siga como está, aunque la experiencia nos muestra que lo que hoy vemos como catastrófico puede todavía empeorar más. Si el que dijo que no quería ser recordado como un hijo de puta más lo logró porque no es uno más sino el peor de todos, todavía está la posibilidad de que en los próximos cuatro años estemos aún más podridos y hundidos. 

Los que entienden que Guatemala tiene un serio problema, que por alguna razón sobrenatural se manifestó en los agujeros de Villa Nueva, ya no quieren seguir en ese camino de podredumbre, cinismo, inmoralidad y latrocinio, encontrando una opción que se le presenta y que, de ganar, requerirá no solo el acompañamiento de la ciudadanía sino también su presión para evitar desviaciones provocadas por esas poderosas tentaciones que se les ponen sobre la mesa a quienes se encumbran en el poder. 

El caso es que ahora no es tema de izquierdas o derechas, sino de quienes están cómodos con la corrupción y los que pretenden acabarla en el corto plazo y eso hace que esta elección sea tan crucial, reflexión que hacemos este día que es el 126 aniversario del nacimiento de Clemente Marroquín Rojas, fundador de La Hora.  

 

 

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