El día de ayer la candidata Sandra Torres acusó a Luis von Ahn de alterar los algoritmos de las redes con el afán de atacarla y favorecer a Semilla. La exesposa de Álvaro Colom (q. e. p. d.) y mujer que tenía el poder en aquel gobierno, como ahora lo ostenta Miguel Martínez, dijo que von Ahn era “dizque guatemalteco” en una forma que es muy típica de ella.
La respuesta de von Ahn llegó minutos después: “No @SandraTorresGUA: (1) No puedo modificar los algoritmos de compañías que no me pertenecen como Twitter o TikTok. Decir eso demuestra su total ignorancia. (2) Soy puro guatemalteco y me gusta bailar el son. (3) Lo único que he hecho en su contra es corregir tonteras como esta”.
Guatemala está terminando una presidencia en la que el mandatario expresaba lo que se le venía a la cabeza, acusaba sin tener pruebas y a base de gritos y regaños alineó todas las instituciones para controlarlas. Pudo, puede y siempre le podrá más el temperamento que la razón y el país está viviendo hoy las consecuencias de reducir todo el Estado a los caprichos del Presidente y el Jefe de Jefes. Lo que menos necesitamos ahora es volver a los fueros de un Presidente, en este caso sería la primera mujer, a quien le domine el autoritarismo que la haga sentirse capaz de todo sin límites.
Es natural que la candidata de la UNE busque mecanismos para señalar de campaña negra todo aquello que la obligue a explicar las cercanías que ella y la UNE están teniendo con Alejandro Giammattei, Miguel Martínez, VAMOS, sus financistas, sus operadores políticos y los alcaldes del partido oficial.
Se han venido sosteniendo conversaciones con el afán de alcanzar los pactos que sean necesarios para salvar el sistema y asegurar impunidad, pero Giammattei y Martínez no se terminan de fiar de Torres porque ella tampoco se termina de olvidar que estuvo a la merced de un Giammattei que dijo que iba a hacer lo necesario para meterla a la cárcel, luego se jactó de haberla sacado a cambio de los votos de la UNE en el Congreso que han sido claves para la alianza oficialista.
Ahora resulta necesario para la señora Torres desviar toda la atención que pueda porque están afinando detalles de cómo harán la elección de cortes. Doña Sandra sabe que dar los votos ahora antes de la elección presidencial la pega más al Gobierno y Giammattei sabe que elegir luego de la segunda vuelta es un riesgo que no se quiere correr.
Torres se ha querido centrar en temas poco trascendentales para el futuro de Guatemala porque sabe que su credibilidad es nula al hablar de enfrentar los vicios del sistema porque ella ha sido, es y será el sistema.
El país atraviesa un momento en el que se deben privilegiar los diálogos y los acuerdos porque es necesario entender el mensaje de las urnas, ese que dieron aquellos que no fueron a votar, los que anularon, los que dejaron en blanco sus votos y los que votaron por la opción que sintieron antisistema.
A todos se nos demanda madurez y sensatez en estos momentos críticos para el futuro del país e insistimos que caer en otros 48 meses de autoritarismo no es lo que el país necesita y lo que la gente quiere.