Salud
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El aumento constante del conocimiento médico es enorme. Hace más de diez años se decía que en la década de los veinte, el conocimiento médico se duplicaría. Esto hace cada vez más difícil a las personas y los profesionales de la salud, mantenerse actualizados en la agitada rutina diaria de la práctica clínica. En este contexto, se debería crear de parte de los colegios médicos, una plataforma de conocimiento como tienen en algunos países que “en pocas palabras” se fije el objetivo de brindar a los médicos generales, un acceso rápido y fácil a la información y herramientas claramente formuladas, orientadas a la práctica y prevención relevantes en cualquier momento y de orientación al público. Ya existe dentro del gremio la suficiente especialización, para presentar lo último de sus respectivas áreas de especialización, a través de una página web libre, perfecta, genuina, auténtica y honesta, con actualizaciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas, fáciles y accesibles.

Espero que entendamos que el proceso de prevención-curación, no tienen diferentes pesos, sino que son complementarios, ninguna resuelve todo. Si las modificaciones del estilo de vida no son suficientes para alcanzar los valores objetivos que incline el fenómeno salud-enfermedad hacia la salud, la medicina curativa sigue siendo la primera opción, aunque su carga económicamente sea mayor. Pero si ante la enfermedad se pretende un excelente resultado con la prevención-curación, su forma de accionarla debe establecerse y sustentarse en datos de estudios bien hechos, y eso solo se puede hacer, con un departamento epidemiológico fortalecido y fuerte. Insistimos, prevención-curación se debe manejar inteligentemente y eso significa, científicamente, para alcanzar el valor objetivo: control de las enfermedades.

Pero debemos tener bien claro que, tampoco se alcanza un balance positivo a la salud en el proceso salud-enfermedad, solo con prevención-curación. Se necesita que otros factores estén disponibles como una opción de terapia adicional y no complementaria, sino participativamente; hablo de educación, medio ambiente y organización social.

Algo que resulta clave: a la hora de la lucha contra las enfermedades, el manejo de la enfermedad debe hacerse bajo probabilidades del cambio dentro de plazos a cinco y diez años, seleccionando herramientas preventivas y curativas, bajo un verdadero proceso de estratificación de recursos con metas y cada una de ellas tiene su proceder y razón de ser que, aunque independientemente, es complementario. Todas las herramientas requieren una comprobación de costo-beneficio y una receta de su manejo por especialista. Eso indicada una medición de seguimiento de sus impactos individuales y sumativos y una auditoría social de la densidad de impactos, no solo en salud sino sociales.

Por ejemplo, no existe (prácticamente), para tres enfermedades y una situación muy comunes y molestas para el individuo, verdaderos tratamientos preventivos. El herpes zoster es una de las infecciones virales de la piel más comunes en las personas mayores. Para reducir la gravedad de la neuralgia posherpética, la terapia antiviral (con aciclovir, valaciclovir, famcicovir) debe iniciarse dentro de las 72 horas posteriores al inicio de los síntomas. Además, «Shingrix» es una vacuna de subunidades para la prevención del herpes zoster, que se recomienda para personas sanas mayores de 65 años y para pacientes con inmunodeficiencia mayores de 50. En las infecciones por herpes simple, también se puede utilizar valacilovir en el tratamiento de las recurrencias a dosis de 2 x 2 g durante 1 día (como alternativa a 2 x 50 mg/d durante 5 días). Esto no se aplica dentro de nuestro sistema de salud. Sobre esto, son muy pocos los médicos que saben al respecto.

Las infecciones fúngicas de las uñas, son otro padecimiento muy frecuente. Aquí lo importante es tomar una muestra para un examen micológico antes de iniciar la terapia. El hecho de que las onicomicosis no causen ningún síntoma clínico específico, habla a favor de tomar una muestra, y las muestras se pueden obtener fácilmente y el costo de la investigación es insignificante, en comparación con el costo de cualquier terapia antimicótica empíricamente inapropiada. Un microscopio es todo lo que se necesita. Tampoco sobre esto se implementan medidas.

Otro problema con que nos podemos topar aunque actualmente baja su frecuencia es con la infección por el virus de la viruela del simio, que afecta principalmente a hombres homosexuales. Después de un período de incubación de 5 a 21 días, la infección provoca una erupción cutánea aguda o lesiones cutáneas individuales (ampollas, pústulas y costras se producen simultáneamente), proctitis/balanitis, inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre aguda, escalofríos, dolor de cabeza y dolor muscular. El diagnóstico se realiza mediante PCR (frotis, exudado, costras, biopsia). Piense en la viruela del simio cuando tenga los síntomas correspondientes, especialmente en el grupo de riesgo.

Finalmente, es necesario tocar como ejemplo otro caso. Me refiero al paciente anciano polimórbido que ya en algunas sociedades afecta al 50% de personas que están por encima de los 65 años de edad. Más gente hoy en día tenemos en la tercera edad que en 1970. Sin embargo, la prevalencia de la multimorbilidad también aumenta con el incremento de edad. El problema es que existiendo muchos programas preventivos que podrían evitar esa multimorbilidad, estos no se implementan con el rigor que se necesita y, en cambio, existe en esos individuos padecientes un uso cada vez mayor de la polifarmacia, muchas veces incluso innecesario. La polifarmacia muestra una fuerte correlación con las hospitalizaciones, las recaídas y los trastornos cognitivos. Los efectos adversos de los medicamentos también se manifiestan a menudo como polisintomáticos en las personas mayores. En la farmacoterapia de las personas mayores, también hay que tener en cuenta los altos costos y muchas veces sus bajos beneficios: que la eliminación (renal, hepática) puede ser más lenta. Los órganos diana o no del medicamento, pueden mostrar una mayor sensibilidad. La desnutrición o las enfermedades agudas pueden influir en la farmacoterapia de las personas mayores.  Sobre esto, es poca la información y los estudios que se tienen.

Dado que las decisiones terapéuticas y la intensidad de la terapia en la vejez, no solo dependen de los objetivos personales de atención, sino también de los recursos funcionales y cognitivos y de la esperanza de vida, tiene sentido realizar una evaluación geriátrica antes de tomar decisiones terapéuticas importantes. “Las decisiones de tratamiento para las personas mayores toman tiempo y también deben revisarse con regularidad”. Debemos estar conscientes que algo anda mal en esto como en los ejemplos anteriores: hablo de la carencia de programas preventivos bien montados.

Bajo la gama de ejemplos presentados, se puede vislumbrar que el sistema de salud nacional necesita del desarrollo de nuevos enfoques biológicos, sociales y ambientales, modificadores del proceso salud-enfermedad: Se necesita la concientización necesaria, tanto por parte de las personas tratadas como por parte de la profesión médica y del público en general.

 

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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