José Roberto Alejos

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Era de esperar que Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), ocupara uno de los tres primeros lugares, uno de los dos para ser exacto, y sin lugar a dudas, sabíamos que estaría en la final. Pero, todos o por lo menos la mayoría, esperábamos que esa segunda elección la disputaría con Zury Ríos o con Edmond Mulet, pero nunca con Bernardo Arévalo.

Pocos diagnosticamos  que Manuel Conde (Vamos), quien usó tanto a los alcaldes de primera línea como los recursos del Estado y tenía una no tan débil organización, pudiera estar en las finales, y de no haber sido por el fenómeno de Semilla, el estaria en la segunda.  ¿Qué pasó? ¿Por qué Zury Ríos y Edmond Mulet descendieron al sexto y quinto lugar?  ¿Por qué Semilla se adueñó del segundo lugar y Conde se posesionó del tercero, mientras que Armando Castillo (VIVA) logró un cuarto lugar? ¿Fallaron las encuestas o fueron un engaño?

Algo pasó. ¿Hubo fraude-mano de mono? Los partidos que ocuparon ese tercero, cuarto, quinto, sexto lugar, e incluso otros, como CREO, FCN NACIÓN, con resultados muy lejos de los esperados, reconocieron su derrota dando legalidad a esos resultados y aceptando que Torres y Arévalo vayan a esa codiciada segunda vuelta electoral.

Por supuesto, no deberíamos de guardar silencio ante las irregularidades en más de 17 departamentos y 70 municipios, las cuales fueron denunciadas por observadores nacionales e internacionales. El TSE debe informar y procurar la normalidad del país explicando qué pasó en esos lugares y anunciar en dónde habrá repetición y el motivo. No puede guardar silencio y permitir más dudas y desconfianza. Responder puede, y al final, dar la credibilidad necesaria para fortalecer su institucionalidad, aprovechando que manejaron bien el día de la elección y la imagen quedo bien.

NO SE VALE que guardemos silencio y que aceptemos los hechos sin una explicacion. Debe de esclarecerse lo sucedido y todos tenemos que ser parte de ese proceso, investigando y aportando lo que sepamos, lo que vimos. Eso, sin duda, aportará para desenmarañar los hechos que no se dieron como esperábamos y que tienen apariencia de conflictos individuales y separados, típico de este país, que se ha convertido en un país desconfiado. Por lo tanto, el TSE deberia  contarnos cómo realmente se manejó el sistema, porque el resultado no fue el esperado y repito, resultado que los dejo bien.

YA ES HORA que nos aclaren lo sucedido; mi teoría es sencilla: creo que tanto Sandra, Edmond y Zury, entraron en la antaña trampa de la confrontación y eso motivó la pérdida de votos, votos que se convirtieron en nulos. Basta ver los números para comprobar que así ocurrió: Sandra (2019) 1,122,909 y 872,505 (2023).  Edmond (2019) 493,349 y 370,397 (2023). Ahora, Zury de 12.3% en las encuestas a 6.5 % en los resultados (debido a que no participó anteriormente, no hay cómo comparar). El enfrentamiento los debilitó y los colocó en los puestos donde finalmente quedaron.

Lo sucedido con Conde y con Castillo es el resultado de una discreta estrategia que los hizo lograr su cometido. Entonces ¿de dónde surgió el voto de Semilla que le dio el inesperado éxito? ¿de quiénes eran esos votos? ¿era falso el liderazgo del MLP? ¿terminará de desaparecer la URNG? ¿y qué fue de WINAQ, que ocupó un envidiable puesto hace 4 años?

¿Fueron los partidos “pequeños” solamente partidos satélites? ¿Dónde estuvo el error de los partidos sólidos, ahora ya no tan sólidos, como CREO y aquéllos que crearon mucha expectativa y no lograron mucho, como VOZ?   Vamos a analizarlo juntos la próxima semana. CONTINUARÁ.

 

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