Pablo Velásquez
Estudiante de la universidad de Tübingen
Twitter: @pablovelag77
Correo: pabloivelasqueza@gmail.com

Lloran mis ojos al verte, tierra de mi nacimiento, tan apaleada, maltrecha y mutilada. ¿Qué han hecho contigo? Pasan sobre ti, sobre tu suelo sagrado, los unos y los otros, los de aquí y los de allá. Muerto está el reino, muerto el imperio y la federación. Tu bandera rasgada, tus colores teñidos de grana (¿y el oro?).

¡Ay, patria mía! ¡Ay, patria nuestra! ¿Qué han hecho contigo? “La patria es una vieja”, dicen: “añeja y derrengada”. ¿Y su altar? ¿Quién se sienta en su trono sagrado? Destruido, todo destruido: siempre el poderoso Mammón.

Caudillos desde una torre de Marfil, que te venden y menoscaban. Inmolado está el bello y choteado quetzal. Suenan las trompetas, alabanzas y réquiems. Suena la marcha: ¡De aeterna morte libera me! ¡Kyrie Eleison!

¡Ay, mi Guatemala, Guatemala! Pensar en ti es para mí un cúmulo de sentimientos encontrados. Te amo, como a una madre, como a un padre, por ser tierra donde nací. En ti encuentro todo aquello que me formó, aquello que llamo hogar. En ti encuentro la comida con la que crecí, en ti encuentro paisajes inigualables. Como un niño, mantengo ese asombro a tu naturaleza, tan familiar y distinta siempre.

¡Ay, Guatemala! ¿Cómo no amar a tu gente? ¡Tan bondadosa y resiliente! ¡Ay, Guatemala?!¿Cómo no admirar a tu gente? ¡Tan inteligente y trabajadora! ¡Ay, Guatemala! ¡¿Cómo no llorar al ver su sufrimiento?!

Es tan triste verte, mi tierra querida. Pensar en ti es para mí un cúmulo de sentimientos encontrados. Cuando te veo no puedo evitar indignarme. Te domina un poder inmenso, un poder alejado del bien. Un demonio de mentiras, orgullo y avaricia.

Un rey sabio dijo una vez: “Pensé además en todos los abusos que se cometen bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no hay nadie que los consuele; sufren la violencia de sus opresores, y no hay nadie que venga en su ayuda.”

Es doloroso ver a mis hermanos sufrir. Es devastador no poder hacer nada. ¡Parte el alma escuchar su sufrimiento!

Algunos valientes han tratado de cambiarlo, algunos valientes han tratado de ayudar. ¿Lo recuerdas?

Recuerda pueblo mío cuando en tu juventud te dividiste. Recuerda que cuando fuiste más débil, otros llegaron y trataron de dominarte. Recuerda cuando marchaste junto a tus hermanos contra aquellos que deseaban subyugarte. ¡Recuerda a Granada!

Recuerda pueblo mío cuando «El señor Presidente” gobernaba. Recuerda sus promesas, recuerda cómo te pagó. Recuerda cuando marchaste junto a tus hermanos contra aquellos que deseaban subyugarte. ¡Recuerda el 18 de junio!

Algunos se preguntan: “¿Si estos fallaron, qué puedo hacer yo?”. “Si los próceres y libertadores fallaron, ¿Quién soy yo para triunfar?”

¡Pero no hay que desesperar! Siempre tenemos una oportunidad. Aun en los momentos oscuros hay una esperanza. ¿Dónde brilla la luz si no es en la oscuridad?

Un rey sabio cantó una vez: Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.

Si los sabios fallaron en el pasado, tenemos la oportunidad de aprender de ellos y mejorarnos. No hay que olvidar lo que nuestros antepasados vivieron, pero tampoco enfrascarnos en tratar de revivirlo.

Nuestro país se reinventa con cada generación. Cada día es un nuevo día para hacer lo mejor. Cada día que nos esforzamos y actuamos por la democracia estamos haciendo historia.

¿Algunos se preguntarán en qué hemos fallado? ¿Qué podemos hacer para vivir en una nación de justicia y libertad?

Debemos pensar lógicamente, no solo mente y no solo corazón. Debemos cooperar para buscar el bien común, debemos defender la dignidad humana. Debemos dejar de perseguir objetivos egoístas y buscar el bien de todos.

Debemos atrevernos a pensar, por nuestros propios medios, y no seguir a caudillos que hacen con nosotros lo que quieren. Debemos actuar de forma individual y no solo esperar a que alguien resuelva por nosotros los problemas, pues es de estos actos independientes que surgen los movimientos populares.

Pero… ¿Por dónde empezar? Debemos empezar por donde podamos. Debemos hablar de lo que nos molesta. ¡Pero debemos proponer cambios y estar dispuestos a llevarlos a cabo!

Estas elecciones son nuestra oportunidad de participar y ayudar en la mejora de nuestro país. Es la oportunidad de trabajar juntos por un futuro de vida para todas y todos. No hay que abandonar esta empresa al terminar las votaciones. ¡Debemos continuar trabajando, día a día, haciendo historia!

Jóvenes por la Transparencia

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