Samuel Flores
El 27 de abril se conmemoran 23 años de la muerte del fotoperiodista Roberto Martínez, víctima de una de las convulsiones sociales que azotó Guatemala por la pugna entre el Frente Republicano Guatemalteco, FRG, y el Partido de Avanzada Nacional, PAN, que en el 2000 tenían a su cargo la presidencia y la alcaldía de la capital.
Era el cuarto día de bochinches, enfrentamientos, saqueo de comercios, destrucción de unidades del transporte urbano, inseguridad total en las calles ante una Policía Nacional Civil, PNC, incapaz de contener la ola de delincuencia que se apoderó del centro cívico e histórico de la capital.
Desde el lunes 24 hasta el jueves 27 de abril de 2000, se registró una serie de protestas ciudadanas que culminó con la “quema de autobuses”, vandalismo en las calles, saqueo de negocios en el centro cívico y Centro Histórico, en las zonas 1, 4 y 5 de la capital. La delincuencia rebasó la capacidad de la PNC de contener la protesta de miles de personas honradas y trabajadoras que utilizaban el servicio de transporte urbano.
Ese día, Roberto inició su labor cubriendo los sucesos para Prensa Libre, sin embargo; a eso del mediodía, a inmediaciones de la 7ª. avenida y 19 calle de la zona 1; pereció por perdigones de escopeta que fueron disparados por un agente de seguridad que custodiaba una venta de repuestos automovilísticos.
Esa convulsión social se generó luego de que el alcalde Fritz García-Gallont, del PAN, (aliado y servidor del expresidente Álvaro Arzú, buscaban dañar la labor del Ejecutivo (FRG). Esa disputa entre la Municipalidad capitalina y la presidencia llevó a castigar el bolsillo de los capitalinos. La liberación de la tarifa de buses rojos de Q0.75, a un quetzal; y de Q1.10, a Q1.25 a la preferencial, provocó la convulsión que evidenció la incapacidad de la comuna y del gobierno de contener una de las mayores crisis sociales que cobró la vida de Roberto Martínez y otros guatemaltecos inocentes. Además, los propietarios de las unidades de transporte urbano fueron un tercer actor que originó el caos, quienes en su desmedido afán de enriquecerse incrementaron la tarifa, a pesar del pésimo servicio, unidades sobrecargadas, mínimas medidas de seguridad, abuso de los conductores, y principalmente, el deterioro de autobuses convertidos en chatarras ambulantes.
Las políticas del FRG, PAN, y transportistas, castigaron a la familia de Roberto y al gremio periodístico, por la pérdida de un maestro de la Fotografía y del Periodismo ya que desde la década de los ochentas Roberto instruyó a fotoperiodistas desde El Gráfico, Siglo Veintiuno, Agencia de Noticias AP, Prensa Libre, en las disciplinas de Nota Roja, Sucesos, Fotografía Deportiva, y otras en las cuales fue un verdadero mentor.
Hoy conmemoro la memoria de Roberto y me solidarizo con la familia y el gremio periodístico, pues estamos convencidos de que Roberto Martínez dio un impulso invaluable a la Fotografía Periodística en Guatemala, en base a creatividad, experiencia y sin egoísmo.