Mario Alfredo Ubico Calderón
Universidad de San Carlos de Guatemala
Uno de los grandes problemas que ofrece la investigación de arte religioso en Guatemala es la dificultad de identificar autorías de obras, en efecto, se conocen muchas obras pero no sus artífices y existen nombres de escultores en la documentación antigua pero las obras allí mencionadas no pueden ser localizadas, esta situación ofrece muchas variantes pero por lo general el estudio sistemático de documentos ofrece poca información que dilucide esta situación, máxime cuando se trata de imágenes de gran devoción, siendo las excepciones el Cristo de Esquipulas o el Nazareno mercedario de la Nueva Guatemala. Es importante tener en cuenta la inaccesibilidad de algunos archivos, la pérdida de documentos total o parcialmente, el tiempo requerido para revisar extensas series documentales, entre otros problemas, lo cual ofrece sin duda limitaciones al trabajo meramente histórico documental, infortunadamente no todas las esculturas tienen datos, ya como anotaciones en algún documento como sería un libro de cofradía o como información escrita en las mismas obras.
Conociendo las limitaciones que sufre la historia del arte basado con exclusividad en documentos antiguos existen otros procedimientos complementarios a la historia que permiten acercamientos a obras y autores; en ese sentido hay métodos como el comparativo clásico usado en ciencias como la arqueología, lo cual ha permitido tipologías de objetos antiguos, cerámica entre otras expresiones de cultura material de una sociedad; de alguna manera el escritor y periodista don Víctor Miguel Díaz en su obra como Las Bellas Artes en Guatemala del año 1934 y aún antes, trató de buscar filiaciones de imágenes y autores, como en efecto lo hizo, al relacionar por ejemplo al Nazareno de la Caída de S. Bartolomé Becerra con un escultor como Pedro de Mendoza que temporalmente no corresponde con la producción de esa obra, algo similar ocurre con la Soledad de la Escuela de Cristo; según Heinrich Berlin en su obra Historia de la imaginería colonial en Guatemala publicada en el año 1951, Pedro de Mendoza muere en 1662 y la Escuela de Cristo es fundada en 1664, lo cual evidencia un desfase en el tiempo, en otras palabras no podía el escultor Mendoza estar haciendo obras para la Escuela de Cristo cuando ésta aún no había sido fundada, en el caso de la Soledad, y en el caso del Nazareno de la Caída su participación está más distante aún, dado que es una obra de la primera mitad del siglo XVIII, estilísticamente vinculada con la Soledad en mención y ambas obradas por otro escultor.
En el siguiente cuadro se tiene un resumen de algunas atribuciones basadas en parte en el método histórico sustentado en documentos y el auxilio de otros métodos, aunque siempre se le advierte al lector que una atribución significa que con la información disponible al momento es posible señalar a un autor, o alguien de su círculo, como el artífice de una determinada escultura, lo cual no invalida la posibilidad que si en un futuro fuera hallada nueva información que enriqueciera el conocimiento de obras y artífices, pueda rectificarse el contenido de los aportes efectuados. Las siguientes contribuciones de este servidor son en su mayoría publicaciones efectuadas en el Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala (CNPAG), y las restantes de Patrimonio Cultural Guatemalteco y el autor.
Al momento existen otras imágenes en estudio, sin embargo es un proceso en el cual se aúnan: documentación antigua con el estudio de las obras mediante diversos métodos, de tal manera que una atribución tenga un análisis lo más completo posible y una publicación que evidencie los resultados, explicando de esa manera los motivos por los cuales se vincula una obra con un artífice. Finalmente, se hace necesario proseguir con estas contribuciones para que en el futuro se pueda escribir una historia de la escultura de Guatemala más amplia y completa.