El diputado Carlos Roberto Calderón, de VAMOS, fue a hacer una pantomima de trabajo a Los Ángeles, California en Estado Unidos pero le salió el tiro por la culata.
Resulta que él fue a decir que “se le acabó el negocio” a una persona que estaba vendiendo turnos o algo relacionado al Consulado de Guatemala en Los Ángeles (no queda claro en el vídeo) pero no contaba con que le iban recordar cuando él se encargaba de lo mismo.
Todo aquel que ha conocido el entorno de los connacionales en el norte, sabe que Calderon hizo buena parte de su vida “haciendo gestiones” para los migrantes y hasta tenía un consultoria “odontológica”.
En uno de los vídeos él reconoce sus gestiones pero las trata de justificar y luego le mencionan que otros miembros de su familia hacen ahora las gestiones consulares.
Pero el punto más importante y que no debemos dejar de ver, es que si funcionarios como Calderón hicieran su trabajo de verdad pensando en la gente otro gallo cantara porque las realidades fueran distintas.
Si de verdad habría intención de resolver los vicios y no solo asegurar los negocios alrededor del Consulado de Los Ángeles, la gente honrada de este país no la tendría tan complicada en ocasiones y los migrantes no fuera solo sinónimo de dólar.
El diputado Calderón estuvo en el ojo del huracán en Halloween por la muerte de una jovencita, investigación de la que el Ministerio Público (MP) ya no dijo nada pero sin duda debe estar tranquilo el congresista porque lejos de volar bajo el radar, con estos vídeos sí que quería ponerse muy por encima y donde todos lo pudieran ver.
Esta situación debe servir para que el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINEX) tome cartas en el asunto porque se evidencian los “negocios” que hay alrededor de los Consulados y lo que los guatemaltecos deben gastar por cosas que no les deberían costar, como por ejemplo, las famosas citas.
Para que un diputado haga el viaje, se grabe, pegue de gritos y le diga a la gente que “se les acabó el negocio”, es porque el congresista quiere el negocio para él pues no se le pasa por la cabeza que el mismo se acabe, solo que regrese a sus manos.
Todo esto evidencia lo complicado que le toca a un grupo de ciudadanos que con sus aportes mantienen a flote la economía de consumo del país y los sueños de millones de personas que fijaron su esperanza en el familiar que migró.
Si en el país no hemos podido atacar las causas estructurales que generan migración de manera integral, al menos debemos asegurar que quienes migran no sigan enfrentando los fantasmas en la red consular del país, vicios que en parte los hicieron migrar.
Esta es una buena oportunidad para el ministro Búcaro y se sabe que no será fácil porque Calderón es del círculo de confianza de Miguel Martínez en VAMOS, pero la realidad que viven millones en Estados Unidos demandan acciones que puedan corregir el curso en los alrededores de los servicios consulares.