Roberto Arias

El sendero del contrabando y la defraudación aduanera han existido casi desde siempre en Guatemala, exactamente como se ha presentado en el mundo la corrupción. No olvide el distinguido lector que el imperio más grande que ha existido registrado por la historia escrita es el Imperio Romano y, lo que acabó a este Imperio fue precisamente la corrupción, aunque la corrupción ha estado dentro de los seres humanos desde los inicios de las primigenias organizaciones sociales.

Los humanos participamos de muchos aspectos de nuestra vida en común y, en nuestro interactuar en la sociedad nos encontramos con el fenómeno de la corrupción, que aunque creemos que no es consustancial a nuestro ser, pues lo realizamos con conocimiento y voluntad, es decir, que habiéndose tenido la capacidad de elegir nos decidimos por no cumplir con una exigencia ética fundamental para el logro del bien común: la honestidad, dando paso a un sólido individualismo, donde lo más importante son las conveniencias políticas y económicas personales. Es decir, la hegemonía de nuestra satisfacción personal, sin importar como, sobre los derechos de la colectividad.

Estos hechos se traducen en prácticas que dejan de ser individuales al asociarse a personas de la misma calaña, que forman una cadena dentro de la cual cada quien tiene una función específica y así se inicia una red que con el tiempo, las necesidades y la práctica, convierten a la red en un sistema de producción ilícita que se afianza… se arraiga y se sostiene por la mismísima voracidad humana.

Otto Pérez ya no es presidente de Guatemala. Otto Pérez, antes de ser presidente ya traía un historial obscuro escrito en internet desde hace varios años por la WOLA (Washington Office for Latin American Affairs -Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos-). En consecuencia tuvo la oportunidad de conformar una red propia y perfeccionar un sistema que ya existía de una manera más tosca, pero que producía suficiente como para mantener contentos a sus predecesores.

El perfeccionamiento del sistema, solamente en el ámbito aduanero, multiplicó las entradas para los gobernantes Pérez y Baldetti, y sustrajeron el dinero que era la herramienta para producir salud, nutrición, estudio y seguridad para un pueblo abatido sin misericordia por los mismos gobernantes que han pasado por el trono de la presidencia.

Otto Pérez y la Baldetti Elías se van a la cárcel junto a una buena parte de sus compinches, pero el verdadero sistema permanece y nadie puede garantizar que la corrupción y la impunidad queden eliminados de los estratos gubernamentales, porque como dijo el mismo Otto Pérez «¿Y la segunda Línea qué?»

Los corruptores ya tienen comprado a quien quede en la presidencia de la República. Los millones «invertidos» en Baldizón y su Lider; en Sandra Torres y su UNE; en Zury Ríos y los mandos militares que la sustentan; etc., cobrarán de una forma u otra ese dinero «invertido» y, aquí hablamos de empresarios muy poderosos y de la plaga más poderosa todavía… Los cárteles del narcotráfico y otras mafias. Continúa.

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