Jorge Antonio Ortega Gaytán
Describir el terror, requiere de un alma subyugada y una mente inquebrantable que baje a las profundidades de las tinieblas del mal; a los dominios de ese demonio tan humano que lapida sin piedad alguna la tranquilidad de cualquier ser vivo.
Edgar Allan Poe edificó un templo al pánico a través de su vasta producción literaria y se consolidó como el maestro del terror, exploró los rincones de la mente y los recónditos vericuetos el espíritu del hombre. Su caminar por los derroteros de la aflicción y de la muerte le permitieron la agudeza necesaria a sus sentidos para percibir esa fuerza maligna que convive en los corazones de mujeres y hombres.
Es reconocido como parte de los maestros universales de la narrativa corta, es el renovador de la novela gótica, los cuentos de terror son el núcleo de su producción, los revolucionó dotándolos de original perspectiva psicológica, coherencia de tono y atmósfera; escribió algunos de los mejores y más conocidos poemas líricos del mundo, y también algunas de las más sensacionales novelas cortas del siglo XIX. Inventor del relato detectivesco a través de sus relatos: Los crímenes de la calle Morgue y El Escarabajo de Oro; contribuyó con desarrollar el género la ciencia ficción; fue el primer escritor estadounidense de renombre que intentó hacer de la escritura su forma de vida económica lo cual no fue su realidad.
Este escritor bostoniano encara la tragedia permanente a lo largo de su existencia, el desamparo desde su niñez al quedar huérfano y sin familia nuclear. Sus relaciones familiares complejas, sus amores malogrados, su participación en la guerra, el fallecimiento de su esposa, la pobreza que lo persigue permanentemente y otras complejidades de la vida, son al final los insumos de su producción literaria.
El escritor estadounidense nace en Boston, el 19 de enero de 1809 quedando huérfano a los pocos años, es recogido por una familia adinerada, pero oficialmente nunca fue adoptado. Estudió en la Universidad de Virginia, luego se enroló en el ejército en 1822 año en que publicó su primer libro de poemas Tamerlán y otros poemas. Alcanzó el grado de Sargento Mayor de Artillería (el más alto grado como suboficial) en su estancia Charleston, Carolina del Sur (1829) publica Al Aaraaf, Tamerlane and Minor Poems al terminar el servicio militar (en forma adelantada) ingresó a la Academia Militar West Point el 1 de julio de 1830.
El poeta no aguantó mucho tiempo la disciplina militar y provocó con su conducta que le juzgase una corte marcial. El 8 de febrero de 1831 fue acusado de grave abandono del servicio y desobediencia de las órdenes, al negarse a formar y no acudir a las clases ni a la iglesia. Se declaró inocente para provocar directamente su expulsión, a sabiendas de que hubiese sido encontrado culpable (Hecker, W. 2005)
Luego se trasladó a Nueva York donde publicaría su tercer libro el cual fue patrocinado por sus compañeros de West Point, los cuales se llevaron una tremenda sorpresa debido a que esperaban que los poemas fuesen del tipo satírico que Poe escribía en la Academia Militar para burlarse de los oficiales al mando, y la obra es netamente romántica. Repetía los poemas largos de las dos publicaciones anteriores y agregó seis (6) más, con la dedicatoria: “Este libro está respetuosamente dedicado al Cuerpo de Cadetes de los Estados Unidos”.
Como periodista se mantuvo en el Messenger hasta enero de 1837. Durante este período y debido a la fama adquirida por el escritor de alcance nacional publicó en él poemas, reseñas de libros, críticas literarias y obras de ficción.
Afortunadamente, en esa época, el Saturday Visiter, un periódico de Baltimore, otorgó al escritor un premio de 50 dólares por su cuento Manuscrito encontrado en una botella. El comité editorial del Visiter declaró que el relato: era, con mucho, y de lejos, superior a cualquier cosa presentada antes ( Ackroyd, 2009).
Su primera novela La narración de Arthur Gordon Pym. Aparecida en 1838, fue el cuarto libro publicado por el bostoniano, y el primero de prosa, pero no tuvo buena acogida por parte de la crítica y poco beneficio económico.
El 29 de enero de 1845, su poema El Cuervo, inspirado en un pájaro parlanchín aparecido en la novela Barnaby Rudge, de Charles Dickens, salió a la luz convirtiéndose de la noche a la mañana en un gran éxito popular, el primero de su carrera. Se asegura que se trata sin duda del poema más famoso de la literatura estadounidense. Aunque convirtió a su autor en una celebridad, Poe sólo obtuvo nueve dólares por el poema.
“Cierta vez que promediaba triste noche, yo evocaba,
fatigado, en viejos libros, las leyendas de otra edad.
Ya cejaba, dormitando; cuando allá, con toque blando,
con un roce incierto, débil, a mi puerta oí llamar.
—A mi puerta un visitante —murmuré— siento llamar;
eso es todo y nada más.”
El Cuervo
A partir de la muerte de su esposa Virginia Clemm el 30 de enero 1847, la conducta del escritor fue cada vez más inestable. Poe buscó aún la compañía de otras mujeres, incluso con propuestas de matrimonio, pero no cuajaron. Independiente de la situación dramática y sin rumbo del poeta, su pluma produce obras trascendentes como el poema Ulalume y el alucinado ensayo cosmogónico Eureka, décimo y último libro publicado por el autor. En noviembre de 1848 intentará suicidarse con Láudano, pero este actuó como vomitivo.
El 3 de octubre de 1849, Poe fue hallado en las calles de Baltimore en estado de delirio, muy angustiado, y necesitado de ayuda inmediata. Fue trasladado al Washington College Hospital, donde murió el domingo, 7 de octubre, a las 5:00 de la madrugada. En ningún momento fue capaz de explicar cómo había llegado a dicha situación, ni por qué motivo llevaba ropas que no eran suyas y, que al expirar pronunció estas palabras: “¡Que Dios ayude a mi pobre alma!”
Tanto los informes médicos, como el certificado de defunción se perdieron. Los periódicos de la época informaron de que la muerte de Poe se debió a congestión o inflamación. Hoy en día, la causa exacta de la muerte continúa siendo un misterio Las especulaciones han incluido el delírium tremens, epilepsia, sífilis, meningitis, ataque cardiaco, cólera e inclusive un posible asesinato.
Los cuentos se pueden clasificar en siete (7) corrientes en base a los temas desarrollados por el bostoniano así:
- Cuentos de terror;
- Sobrenaturales;
- Metafísicos;
- Analíticos;
- De anticipación y retrospección;
- De paisaje;
- Grotescos y satíricos.
Los cuentos de terror y góticos son la parte más conocida de su producción, lo que traza de algún modo en sus principales relatos es una suerte de geografía de la imaginación, lo cual le permite asumir el rol de Explorador de las Tinieblas del Alma Humana. El de terror sin duda fue el género que adoptó Poe para satisfacer los gustos del público de la época. Lo confirma el escritor irlandés Padraic Colum que aseguró que los relatos como El barril de amontillado; El Pozo y el péndulo; La caída de la casa Usher; Ligeia y otros se encuentran entre los mejores cuentos del mundo.
El crítico estadounidense Harry Levin asegura que Poe por su impaciencia por enfrentarse a lo desconocido se aproxima hasta el propio borde del abismo, y aún más allá, hacia el país inexplorado de cuya frontera ningún viajero regresa, aunque le es dado enviar mensajes de desesperación, manuscritos embotellados, por decirlo así.
En estos cuentos los temas más recurrentes tienen que ver con la muerte incluyendo sus manifestaciones físicas, los efectos de la descomposición de los cadáveres, temas también relacionados con el entierro prematuro la reanimación de cadáveres y demás asuntos luctuosos. De esta manera, se ha señalado con frecuencia la obsesión entre necrofílica y sádica del autor, manifestada en distintos niveles y matices, según los relatos.
“Ya no se advirtieron más señales de vida en Valdemar y, opinando que había fallecido, lo confiamos al cuidado de los enfermeros. En ese momento observamos un intenso movimiento vibratorio en la lengua. El hecho continuó por espacio quizá de un minuto. Al terminar este periodo, brotó de las distendidas e inmóviles mandíbulas una voz, una voz que sería una locura intentar describir.”
La verdad sobre el caso del señor Valdemar (1845)
La muerte de la amada determina su amor a la muerte. Pero el amor a la muerte es la muerte del amor. La necrofilia de Poe es, a la vez, su necrofobia. Lo que más le atrae es lo que produce el supremo horror. Y es precisamente este horror macabro, este terror del alma, que nace solo de su alma enferma, lo que hace entroncar al escritor con la tendencia negra del prerromanticismo inglés (Wilson, 1972).
El prólogo del libro Cuentos de lo grotesco y lo arabesco: “Si muchas de mis producciones han tenido como tesis el terror, sostengo que ese terror no viene de Alemania, sino del alma; que he deducido este terror tan solo de sus fuentes legítimas, y que lo he llevado tan solo a sus resultados legítimos.” Poe expone al lector al drama, hace posible experimenta la vivencia al límite del pánico, como si estuviéramos dentro de esa capsula de miedo a lo desconocido, sus mejores relatos son ventanas, boquetes de palabras. En lo que se refiere a su mayor éxito literario en prosa llegó con EL escarabajo.
“Esto representa bastante bien un cráneo, y hasta me atrevería a decir que es un excelente cráneo, conforme a las nociones vulgares sobre esa región anatómica, y si su escarabajo se le parece, ha de ser el escarabajo más raro del mundo. Incluso podríamos dar origen a una pequeña superstición llena de atractivo, aprovechando el parecido.”
El escarabajo de oro, 1843.
El crítico Scott Peeples argumenta que Poe teorizó el relato como un sistema cerrado, cada una de cuyas palabras debía contribuir a un efecto preconcebido, sus propios relatos a menudo presentan situaciones donde hay un espacio cerrado ejemplo de ello se encuentra en: El aliento perdido, Los crímenes de la calle Morgue, La máscara de la muerte roja, El entierro prematuro, ¡Tú eres el hombre!, La carta robada o una trama perfecta El corazón delator, El gato negro, El demonio de la perversidad que rompen el espacio vacío que no lo estaba en realidad, el crimen perfecto se ve frustrado por obra de la conciencia culpable o la perversidad o, como en Usher, el cadáver no está realmente muerto. Una y otra vez Poe nos demuestra que el control es una ilusión.
Poe es autor de una única novela La Narración de Arthur Gordon Pym (1838) Se trata de un relato de aventuras marineras de tipo episódico, centrado en su intrépido protagonista. El autor buscó sus fuentes principalmente en antiguas leyendas marineras. Debido a la abundancia de detalles macabros que contiene y a su indescifrable desenlace, la obra ha estado siempre rodeada de polémica. Esta novela fue muy valorada por los surrealistas que destacaban en ella su maestría en la recreación de elementos inconscientes. Por este motivo también ha sido muy estudiada por el psicoanálisis.
“Entonces Nu-Nu se estremeció en el fondo de la canoa, pero al tocarlo descubrimos que su espíritu lo había abandonado. Y de pronto nos vimos precipitados en el abrazo de la catarata, y un abismo se abrió en ella para recibirnos…”
La Narración de Arthur Gordon Pym.
Poe realizó lo que nadie había realizado o podía haber realizado, y a él debemos la novela de horror moderna en su estado final y perfecto. Quien fue capaz de escribir «Rey Peste» dejó de ser un ser humano. Por su bien, y movidos por una infinita piedad hacia un alma tan extraviada (Stevenson, 1878). Las narraciones de Poe ocurren en un turbio amanecer del mundo. En esa aurora que aún no abandona la noche, ni nos permite creer que ella nos ha abandonado, empiezan a surgir formas terribles de soportar. Los muertos escuchan. Las tumbas se abren. Los fantasmas tocan con los nudillos a la entrada de los sepulcros (Fuentes, C. 2008).
El escritor estadounidense abre con su creatividad esa cortina que permite visualizar a plenitud el subconsciente humano, la maldad del corazón, los pensamientos obscuros que transitan en las mentes de nuestros congéneres, la ilusión del control, la distorsión de la percepción debido a la infidelidad de nuestro sentido de la vista, de la insensates de las decisiones frente a las incógnitas de diario vivir, de la ironía de la vida: nacer para morir, de la capacidad del mortal de dialogar y crear sus propios fantasmas y demonios.
La lectura de las obras de Edgar Allan Poe es una invitación a una travesía por el mar del terror, a hurgar entre las tinieblas del alma y observar el pánico de los inesperado del destino. Su técnica permite que el lector se posesione en el espacio y momento de la narración, es posible sentir el pánico que se genera en la oscuridad total en una tumba estando vivo… escuchar el desbocado palpitar del corazón al escuchar la voz de un fantasma que nos murmura al oído.
El miedo en sus máximas manifestaciones es un excitante perverso de nuestra existencia por la producción exacerbada de adrenalina que se desborda en nuestro sistema sanguíneo. La demostración de lo adictivo del morbo humano y, que Edgar Allan Poe describió con maestría absoluta.