El sospechoso de la masacre en un Walmart de El Paso, Patrick Crusius.
El sospechoso de la masacre en un Walmart de El Paso, Patrick Crusius. Foto La Hora: AP / Archivo.

Un hombre de Texas se declaró culpable el miércoles de cargos federales de delitos de odio y armas en el ataque racista perpetrado en un Walmart de El Paso en 2019, que, de acuerdo con los fiscales, estuvo precedido por una diatriba que el agresor publicó en internet en la que advertía de una «invasión hispana».

Patrick Crusius, de 24 años, mostró pocas emociones durante su comparecencia esposado en un tribunal de El Paso, ubicado a unos cuantos kilómetros del supermercado donde se le acusa de matar a 23 personas, incluidos ciudadanos de México, en el que sigue siendo uno de los peores tiroteos masivos de la historia de Estados Unidos. Su audiencia de sentencia está prevista para los próximos meses, pero el gobierno federal ya había anunciado que no solicitaría la pena de muerte. Crusius renunció a la mayor parte de sus derechos de apelación por un total de 90 cargos federales, que según el juez de distrito David Guaderrama conllevarían cada uno cadena perpetua.

«Me declaro culpable», señaló. En un principio Crusius se había declarado inocente antes de que los fiscales federales retiraran la posibilidad de solicitar la pena de muerte. Sin embargo, aún podría ser condenado a muerte en virtud de otros cargos de asesinato punible con la pena capital en Texas, aunque todavía no está claro cuándo podría llevarse a cabo un juicio sobre ese caso.

Albert Hernandez, cuya hermana y cuñado perdieron la vida en el ataque, era una de las cerca de 40 personas que se encontraban en la galería del tribunal y que tenían vínculos estrechos con las víctimas. Dijo que Crucius era un cobarde que estaba tratando de «salvar su propio pellejo» al declararse culpable en un tribunal federal. «Este tipo sabía lo que estaba haciendo. Fue premeditado», comentó Hernandez sobre el tiroteo. «Vino aquí a hacer lo que iba a hacer».

Crusius se entregó a la policía después de la masacre, diciendo: «Yo soy el que disparó», y confesó que el ataque iba dirigido a los mexicanos, según documentos judiciales. Los fiscales han dicho que condujo más de 10 horas desde su ciudad natal cerca de Dallas hasta la ciudad fronteriza de mayoría hispana, y que poco antes del tiroteo publicó un documento en internet en el que decía que sus acciones eran «en respuesta a la invasión hispana de Texas».

La masacre del 3 de agosto de 2019 ocurrió durante un fin de semana ajetreado en un Walmart que es popular entre clientes de México y Estados Unidos. Además de los muertos, más de una veintena de personas resultaron heridas y centenares más quedaron traumatizadas debido a que estuvieron presentes o un ser querido suyo sufrió lesiones. Los fiscales presentaron una narrativa detallada del ataque durante la audiencia de declaración de culpabilidad del miércoles, describiendo cómo empezó con un transeúnte baleado en el estacionamiento. Después Crusius le disparó a la gente que se encontraba en un evento de recaudación de fondos para un equipo de fútbol, agregaron.

A medida que Crusius se adentraba en la tienda, señaló la fiscalía, nueve personas fueron acorraladas y asesinadas a tiros en un banco cercano a la entrada. Entre ellas estaba el matrimonio conformado por Jordan y Andre Anchondo, cuyo hijo pequeño sobrevivió con los huesos rotos de una mano. Dee Margo, exalcalde de El Paso, asistió a la audiencia del miércoles y señaló que había sido «desgarradora». «Tenemos a un malvado supremacista blanco que se presentó y nos atacó por lo que somos», dijo.

El texto que Crusius publicó antes del tiroteo hizo eco de la retórica antimigratoria en la política estadounidense y de diatribas racistas de otros autores de tiroteos masivos en Estados Unidos y en el extranjero. Más de tres años después de la masacre, la descripción de «invasión» en la frontera entre Estados Unidos y México sigue estando presente en la política estadounidense. Los críticos han condenado la caracterización, señalando que es opuesta a los inmigrantes y peligrosa tras la masacre de El Paso y otros ataques perpetrados por motivos raciales.

 

El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, ha estado usando la palabra «invasión», al tiempo que ha autorizado medidas más duras para frenar la inmigración. En noviembre, Abbott envió una carta a la policía estatal y a la Guardia Nacional de Texas, titulada: «Defender a Texas contra la invasión». Abbott ha defendido su retórica, diciendo que está invocando términos usados en la Constitución federal. Sin embargo, algunos expertos dicen que el gobernador está malinterpretando la cláusula relevante.

«Si esto no es una invasión, ¿qué es?», dijo Abbott al ser entrevistado por el periodista Jake Tapper de CNN el mes pasado. «Piensen en el volumen de gente que está cruzando la frontera». America’s Voice, un grupo partidario de que haya una reforma migratoria, dijo que documentó a más de 80 candidatos republicanos que durante la campaña para las elecciones legislativas del año pasado se refirieron a lo que llamaron conspiraciones de «invasión» o «reemplazo racial».

«Creo que es algo que se ha ido colando en el lenguaje a lo largo de los años», comentó Zachary Mueller, director político de America’s Voice. «Lo que yo diría es que en 2021 hubo un cambio marcado, en el que pasó desde la periferia radical del Partido Republicano hacia la corriente principal del partido». Una base de datos de tiroteos masivos en Estados Unidos recopilada por The Associated Press, el periódico USA Today y la Universidad del Noreste desde 2006 muestra que la cantidad de matanzas vinculadas a delitos de odio ha aumentado en los últimos años. Entre 13 casos prominentes, la masacre en el Walmart de El Paso fue la más mortífera. La base de datos registra cada tiroteo masivo, definido a partir de cuatro muertos, sin incluir al atacante.

 

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