Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

A las puertas del evento electoral, las cartas están jugadas. Aunque faltan dos meses para inscribir candidaturas, quienes se atrevan a cambiar de bando luego de darse a conocer con los logos partidarios que hasta ahora ostentan, ya no podrán hilar el reconocimiento de marca y el logo de su nueva escogencia. Así que, aquellos que decidieron acuerpar al partido oficial en su momento, han escrito ya su destino.

El poder político en Guatemala ha puesto marcha atrás y avanza claramente en pleno retroceso, tanto el Ejecutivo como el Legislativo y el Judicial, han perdido toda clase de pudor y escrúpulos y, ya no esconden la manera en que favorecen intereses de mafias económicas, políticas y criminales. El partido oficial se ha convertido en el refugio de quienes necesitan protegerse frente a señalamientos de todo tipo y buscan a toda costa ser reelectos. Sin embargo, la población, sobreexpuesta a información, ya no es ajena del pillaje en el gobierno y rechaza de manera contundente al actual gobierno y sus intenciones de continuismo. El 74% de la población cree que Giammattei, Miguelito y compañía, son responsables de la corrupción y el autoritarismo en el gobierno, el cual produce crisis en instituciones y los servicios a la población, que al final es la más afectada.

De acuerdo a mediciones internacionales, Guatemala es ahora, una autocracia moderada, es decir, un “Régimen político en el que una sola persona gobierna sin someterse a ningún tipo de limitación y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad.” Esto por el híper control de Giammattei en cuanto a lo político y social, la inestabilidad de las instituciones democráticas, el Estado de Derecho y la inclusión y participación ciudadana.

El actual Congreso de la República, encabezado por el partido oficial, cuenta con un 70% de calificación negativa de la población, las alcaldías con un 40% de rechazo, y la Presidencia de la República con 65% de desaprobación directa.

Así las cosas, a quienes han optado por un “proyecto ganador” con el partido oficial y el actual gobierno, les saldrá el tiro por la culata, pues el descontento y la desaprobación es palpable y se concretará en las urnas, no importa cuanta obra estén haciendo ahora, han actuado tarde y de manera cínica, y la población se ha dado cuenta ya de su falta de escrúpulos y sed de poder.

Más allá de simplemente cambiar personas, la población está ávida de verdaderos políticos que les representen y trabajen por el interés común y, sobre todo, que no sean corruptos. Por lo tanto, los resultados electorales de 25 de junio próximo, sorprenderá a los “estrategas” cuasi fascistas del partido oficial, lograrán ganar escaños en el Congreso y algunas municipalidades, pero no serán la aplanadora que creen.

Este año es crucial para Guatemala, con nuestras decisiones, frenaremos ese franco retroceso en el que viene el Estado desde el gobierno de Jimmy Morales, será entonces el tiempo de combatir la corrupción y la impunidad.

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