POR CLAUDIA PALACIOS
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La Corte Suprema de Justicia (CSJ) confirmó a la magistrada Blanca Stalling como presidenta de la Cámara Penal del Organismo Judicial (OJ), pese a los procesos por corrupción que enfrentan su hijo, Otto Fernando Molina Stalling, y su cuñada, la jueza Marta Sierra de Stalling.
La magistrada volvió al OJ luego de casi tres meses de ausencia, y dejó en manos de sus homólogos la decisión sobre su permanencia al frente de la Cámara Penal.
Stalling se alejó del cargo luego de que el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) iniciaron procesos penales contra sus familiares por dos casos de corrupción y de que ella misma fuera vinculada a la red de sobornos a jueces denominada Bufete de la Impunidad.
Sectores de la sociedad civil y organizaciones de jueces solicitaron la renuncia de Stalling, ante la posibilidad de que utilice sus influencias para procurar impunidad para ella y sus allegados, sin embargo la togada descartó una separación definitiva de la CSJ y anunció que se inhibirá de conocer las causas mencionadas.
Durante la ausencia de Stalling, la magistrada Delia Dávila suplió sus funciones en la Cámara Penal.