Jóvenes por la Transparencia

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María Gabriela González Bran
gaby.gonzalezb2002@gmail.com
fcccmarcodeaccion@gmail.com
IG: gabbz_gonzalez

Soy estudiante de Relaciones Internacionales. Soy muy soñadora para los realistas y muy realista para los soñadores, pero todos estamos de acuerdo en que la defensa de la vida, la libertad y la dignidad humana son clave para poder lograr el cambio que todos queremos para nuestra Guatemala y para nuestro mundo.

Para este artículo me inspiré en un panel en el que participé para este grupo de Jóvenes por la Transparencia.

Antes que nada, quiero aprovechar la oportunidad para desearles a todos una feliz Navidad y un feliz Año Nuevo a todos. Querido lector, de verdad le deseo mucha felicidad, prosperidad y bendiciones para usted y sus seres queridos. Espero que el próximo año sea mejor para usted, para mí y para toda la gente guatemalteca que, a pesar de las dificultades, sigue esforzándose y luchando por superarse.

Una vez más se aproxima esa época donde vienen muchos propósitos de Año Nuevo: ir al gimnasio, graduarse, tener una beca, ir a ver la final de la Champions… Unos propósitos más realistas que otros. Pero todos vamos construyendo metas que esperamos lograr, ya sea cada mes o a lo largo del año.

Algunos hacen una lista, otros se comen sus 12 uvas. Sin embargo, también quisiera invitarlo a agregar este propósito a su lista o a sus uvas del 2023: ser menos corrupto. Usted me puede decir: “pero si no soy corrupto”, “¿por qué dice que lo soy?”, “ni que fuera político…” y entiendo perfectamente su punto.
Lastimosamente, cuando nos ponemos a pensar en por qué estamos como estamos, en por qué hay tanta corrupción en el país y en el mundo, siento mucho decepcionarlo, pero la respuesta está en usted y en mí. La respuesta es: porque nosotros somos así.

Primero, somos niños y hacemos una pequeña trampa para ganar un jueguito de mesa u otro juego con nuestros amigos y familiares. Si bien unos pueden alegar, los demás solo se ríen. Luego estamos en el colegio/escuela/universidad y copiamos una tarea o un examen. Algunos pueden hacerlo por haraganería, u otros porque no les dio tiempo, se les olvidó, o alguna otra excusa. Después en el trabajo podemos hacer algo a escondidas, pedir más vacaciones de las que tenemos derecho a, o tratar de salirnos con la nuestra con alguna excusa.

Eso es a lo que llegamos, puras excusas, oportunidades que encontramos para justificar nuestras acciones. Ah… pero siempre nos indignan los robos de los políticos y de nuestros gobernantes. La única diferencia entre ellos y nosotros, es que nuestra corrupción la hemos normalizado tanto, que ya da igual, no la vemos como corrupción. Cuando somos niños podemos decir “estábamos chiquitos” o “fue algo insignificante”, pero desde esas malas actitudes, acciones y decisiones es que se van formando personas que llegan a puestos de gobierno y dicen: “Voy a trabajar, pero no me caerían mal unos milloncitos”, “pero si todos lo han hecho, ¿por qué yo no?” o “ay Dios… ni lo van a notar”…

Tenemos que detener esto. Aunque no sean cambios tan radicales que vayan a solucionar este problema de la noche a la mañana, por lo menos pueden ir sentando las bases. La educación en todos los ámbitos es importante, así se promueve la meritocracia, la honradez y la transparencia. Es así que se irán formando mejores personas, mejores profesionales, y mejores gobernantes. Porque si no, ¿cómo van a votar por un candidato, cuando aquellos que lo conocieron recuerdan que copiaba todas las tareas, o ni siquiera valoraba las oportunidades que se le daban y prefería jugar a tratar de poner atención en clase?

Finalmente, es importante el papel de los padres de familia, maestros y catedráticos. Ellos son los que van formando a los jóvenes de hoy y de mañana. Si los padres no pudieron inculcarle a sus hijos el no hacer trampa, con un buen maestro o catedrático, los jóvenes pueden tener esa ilusión de que pueden hacer un cambio si corrigen el camino por donde van. Lo digo, porque he tenido un par de catedráticos que han dado una milla extra, y en sus clases siempre recalcan la importancia de buenos valores. Y eso siempre lo voy a valorar.

Si educamos y nos educamos en transparencia, Guatemala crecerá en transparencia.

Próspero 2023 para nuestra Guatemala.

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