Juan José Narciso Chúa

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Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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Juan José Narciso Chúa

Este mundial de futbol resultó curioso cuando la decisión de realizarlo recayó en Qatar, un país sin créditos en términos del balompié a nivel mundial, pero al final, el lujo de los estadios y la belleza de sus ciudades mostró un entorno urbano digno de admirarse. Las ciudades en donde se desarrollaron todos los partidos mostraban sus mejores galas y en las fotos y en la televisión resultaban impresionantes.

Pero otro dato curioso del mundial de Qatar se constituyó en que antecedió por días a la fiesta de la navidad en el mundo occidental, una situación que no se había observado en otros mundiales, pues casi todos se desenvolvían durante el verano, pero acá, el futbol y el mundial nos proporcionaron un regalo anticipado de navidad.

Los juegos no dejaron de ser lo mejor que se puede observar, hubo partidos que mostraron equipos que perdían, pero que luego empataban y terminaban ganando. O bien juegos cerrados con jugadas brillantes de ambos rivales, pero que terminaban en empate.

En el caso de Guatemala, la mayoría de aficionados se vuelcan por Argentina o por Brasil y efectivamente ambos países partían como potenciales ganadores del certamen, mientras que, por Europa, Alemania -que siempre es favorita-, decepcionó enormemente, pero Francia que era otro favorito mostró lo suyo, con altibajos como el juego contra Inglaterra y el otro que yo tenía como favorito era Portugal, lamentablemente decepcionó en su juego contra Marruecos.

Marruecos llegó inesperadamente a la semifinal, mostrando un equipo no sólo aguerrido, sino con condiciones técnicas impresionantes, bien merecido su papel en la semifinal.

¿De estrellas de este mundial?, ni hablar. Hubo jugadores que destacaron, que fueron brillantes como Messi -la gran estrella de este mundial, sin duda-, Mbappé, Gvardiol, Modric, Ottamendi, Enzo Fernández, Richarlison, en fin, son muchos para citarlos acá.

El juego de la final del mundial de Qatar también estuvo a las alturas de un mundial, vaya nervios que nos hicieron vivir de un 2 a 0 aparentemente cómodo, a un empate sorpresivo, a dos tiempos extras cardíacos con nuevo empate a 3 y finalmente los penales. Argentina ya había mostrado su frialdad en el lanzamiento de penales contra Países Bajos y contra Francia cumplió nuevamente, pero acá hay que destacar el papel impresionante del Emiliano “el Divu” Martínez, un arquero de primer nivel también.

Al final ganó el futbol, pero principalmente ganó Argentina, el equipo que yo simpatizo, y me alegra enormemente que hayan ganado la tercera copa del mundo, este fue un regalo anticipado de navidad para los que queríamos que ganara la albiceleste.

Y así, el año 2022, con todos nuestros problemas políticos, sociales y económicos de nuestro país, nos regaló el mejor futbol del mundo y lo pudimos disfrutar plenamente y nos dejó abierto el mes de diciembre para la celebración de la navidad, ese espacio que inunda nuestras vidas con un sentimiento grande de amor, de convivencia, de celebración sana, de reflexión espiritual.

La navidad -como bien escribió mi querido amigo Jorge Rodríguez- es tiempo de nostalgia, pues se recrean tiempos de infancia que se encuentran en nuestra mente y nos llevan a otros momentos en la vida que con limitaciones seguramente, pero disfrutamos de nuestros regalos de navidad, así como fuimos el centro de atención de nuestros padres y familiares, así como después nos correspondió introducir en la magia de la navidad a nuestros propios hijos y también hoy hacemos eco de los recuerdos de amigos y familiares que ya nos abandonaron pero que siguen ahí, sonriendo y alegrándose con todos nosotros por estas navidades. Feliz navidad para todos ojalá que nos lleguen mejores tiempos.

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