Emilio Matta Saravia
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Recuerdo el discurso de toma de posesión del presidente Alejandro Giammattei. Expresó con fervor y claridad, que haría del combate a la desnutrición, una Política de Estado. Una promesa más echada en saco roto.
Su “Gran Cruzada por la Nutrición” no ha sido efectiva para la reducción de un mal atávico en nuestro país.
La desnutrición crónica infantil no se combate únicamente enviando bolsas con alimentos a comunidades remotas, como lo han hecho este, y los gobiernos anteriores, fomentando programas clientelares que únicamente buscan la continuidad oficial en el poder. Nunca, en ningún momento, se ha hecho un esfuerzo para que este mal sea atacado de raíz.
No se ha logrado nunca, en primer lugar, que el combate a la desnutrición sea un esfuerzo que trascienda gobiernos. Al hacer clientelares todos y cada uno de los “programas” de atención a la desnutrición crónica infantil, se desvirtúa la trascendencia de los mismos, atendiendo únicamente a quienes se afilien al partido oficial (existen hasta audios que comprueban este extremo) y dejando fuera a la mayoría que decide no afiliarse.
En segundo lugar, se deben tener programas de salubridad en las comunidades más afectadas por este mal, es decir, debe existir un plan de saneamiento de agua, de alcantarillado para evitar la acumulación de agua de lluvia, la mejora de las condiciones de las viviendas en comunidades rurales, principalmente en lo que se refiere a baños con inodoros y drenajes (no letrinas) y cocinas con piso de cemento, ventiladas y con las medidas de higiene necesarias para una aseada preparación de los alimentos.
En tercer lugar, la educación, orientación y atención de las madres previo al embarazo, así como una alimentación adecuada durante los primeros meses de embarazo, son vitales para que el niño inicie fases vitales de su desarrollo dentro del vientre de la madre.
En cuarto lugar, la atención primaria, junto con la recopilación de información estadística, toma de medidas y seguimiento de las fases de desarrollo del niño, desde que se encuentra en el vientre de la madre, son clave para entender en qué partes del país se encuentra la mayor cantidad de niños con este padecimiento y así poder gestionar, ya sea la recuperación en niños con desnutrición, así como la atención, seguimiento y prevención con los niños que no la padecen. Dentro de la recuperación de los niños que padecen desnutrición crónica, se necesitan fisioterapeutas y psicólogos, quienes ayudarán a recuperar las funciones motoras y psicoemocionales del niño, para que, al menos, pueda funcionar adecuadamente y desarrollar medianamente sus capacidades cognitivas y motoras.
Para ello se requiere de un esfuerzo de largo plazo, donde un estadista, a diferencia del actual gobernante y de sus antecesores, gobierne pensando en el bienestar de la población que lo eligió y no en sus financistas. O en mantenerse en el poder, porque cuatro años, pandemia incluida, se le hicieron demasiado cortos luego de décadas de intentos fallidos para acceder a la presidencia.