El ministro de Finanzas, Jeremy Hunt. Foto: La Hora/AFP

El gobierno británico presentó el jueves medidas para sanear las finanzas públicas, ahorrando 55.000 millones de libras (65.000 millones de dólares) de los cuales casi la mitad procederán de subidas de impuestos y el resto de recortes en el gasto público.

Entre estas medidas, el Reino Unido incrementará su impuesto a los beneficios excepcionales de las empresas energéticas del actual 25% a 35%, anunció ante el parlamento el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt. También confirmó que el país ya entró en recesión y se prevé que su PIB caiga 1,4% en 2023.

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«Nuestras prioridades son la estabilidad, el crecimiento y los servicios públicos», afirmó el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, en la presentación de su «presupuesto de otoño» ante el Parlamento.

«Somos honestos sobre los retos que enfrentamos y justos con nuestras soluciones», aseguró al tiempo que imponía el regreso de la austeridad a un país de 67 millones de habitantes, sexta economía del planeta, sumida en la crisis.

Esta se inscribe en una tendencia global impulsada en los últimos años por la pandemia de covid-19 y la invasión rusa en Ucrania, que dañaron el crecimiento y dispararon los precios de la energía, defendió Hunt.

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 Evitó sin embargo mencionar las consecuencias del Brexit -efectivo desde principios de 2020-, que según responsables del Banco de Inglaterra dañan el comercio exterior británico y dificultan la contratación de una muy necesaria mano de obra.

El ministro confirmó que, según datos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), el Reino Unido ya entró en recesión y se prevé que su PIB caiga 1,4% en 2023. Según el Banco de Inglaterra, esta recesión podría durar hasta mediados de 2024 y ser la más larga de la historia británica.

Entre las subidas de impuestos anunciadas, Londres incrementará del 25% actual a 35% su impuesto a los beneficios excepcionales de las empresas petroleras -impulsados por la disparada de precios en el contexto de la guerra en Ucrania- y lo prolongará tres años hasta 2028. Hunt anunció asimismo «un nuevo impuesto temporal de 45% a los productores de electricidad», renovables incluidas, que se benefician del aumento de tarifas.

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