Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Si algo tienen los mafiosos en todo el mundo es que saben las ligas en que están jugando y por eso es la clase de borrachera con la que ayer llegó Javier Hernández, del partido FCN que se llena la boca hablando de principios y valores, es una clara muestra de los niveles de desfachatez que estamos alcanzando.

En una sociedad consciente, que en el mismo día aprueban el presupuesto más grande de la historia, que servirá para los robos más grandes y llega un diputado de la mafia y aliado al oficialismo con la peor borrachera de la historia del Congreso, serviría como un catalizador de las diferentes corrientes ciudadanas para articular un ¡ya basta! y las rutas de salida en relación a un sistema que apesta.

Felipe Alejos entendió que la gracia de Hernández pone en riesgo el modelo, porque en países en los que la sociedad tiene capacidad de incidir, la “reata” de charamilero que tenía el hombre de confianza de Jimmy Morales no es poca cosa, pero en Guatemala “todo se vale”.

Los poderosos van perdiendo las formas. Claro que eso los hace cometer errores y cuando eso pasa no actúan desde el pleno poder sino desde el miedo de saber que ya no pueden parar y que solo queda meter sexta para seguir adelante.

Hablando de perder las formas, el diputado de VAMOS que está siendo persona de interés en la muerte de una joven en la noche de Halloween, recibe millones del presupuesto gracias a una ONG que controla. No es que nadie dijo, “muchá a aquel mejor ahora quítenle la asignación porque eso nos traerá problemas”, sino que siguen con los pactos porque al fin y al cabo le apuestan que nada pasará.

En estos días he pensado mucho en la situación de Consuelo Porras. Tiró su vida a la borda por satisfacer los intereses de políticos mañosos que andan metidos jugando con los millones del presupuesto. Porras ha hecho cruzadas de impunidad para beneficiar a terceros y a su círculo más cercano, pero la pregunta es si creerá que tanto ha valido la pena.

Hay actores como ella y otros que han servido a Alejandro Giammattei que se preguntan cuándo será el día que los dejan vendidos. A la Fiscal General ya la habían dejado fuera de la lista de los 6 y solo porque Silvia Patricia Valdés hizo maniobra y media, logró entrar, pero para ello tuvo que “torcer” la mano del Presidente con todos los casos que le ha “tapado”.

Y he pensado en esto porque gracias a Porras, que les da tanto Consuelo, es que las mafias de este país se han desbocado y han emprendido una ruta en la que contemplan hasta robarse las eleciones y se sienten en la plena libertad de llegar al pleno con una borrachera de “bolito de tienda” porque saben que el Consuelo es total para tener impunidad vitalicia.

No debemos olvidar que todo esto termina pasando simplemente porque, como ciudadanía, hemos tolerado tanto, hemos sido incapaces de articular, de proponer y de estructurar el país que deseamos, trazando el rol que debemos jugar si en realidad deseamos materializar que Guatemala sea el verdadero país de la eterna primavera para la gente honrada.

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