Flaminio Bonilla

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Flaminio Bonilla Valdizón
flamabonilla@gmail.com

En un sistema democrático para lograr mantenerse en pie, debe existir y respetarse la Libertad de expresión y de información para enterar al público de todo cuanto sucede. En esta tarea de todos los días, los actores principales son hombres y mujeres, que llevan a los medios escritos, radiales, televisivos, electrónicos, redes sociales etc. etc., los hechos más sobresalientes del acontecer nacional e internacional, los comentarios, los juicios y las críticas a los más importantes asuntos y problemas de la vida del hombre en sociedad. Chepe Zamora Marroquín, un patriota que está en la cárcel por ser político y un periodista con “huevos”, tiene más de 90 días que está en el Cuartel Mariscal Zavala, porque en Guatemala hay una cleptocracia, con un gobierno que está centrado en el enriquecimiento de sus propios dirigentes. Giammattei es un corrupto, ladrón un tipo indigno; poco hombre cobarde, con su novio Miguel Martínez -Miguelito-, “El Jefe de Jefes” el celador del Presidente, con una Fiscal General, Consuelo Porras Argueta, una mujer cínica, mujer que tiene asco, “una abogada” descarada; que afrenta al derecho, que pisotea la Justicia. Esta Fiscal que ha prostituido el Derecho y la Verdad, con actitudes pueriles que ha desvalorizado la Justicia. Zamora fue aprendido por parte de la Fiscal y con él Fiscales Especial Contra Impunidad (FECI) y este testaferro totalmente corrupto Rafael Curruchiche. Zamora estará en este juicio porque tiene la verdad y por ello al lado de la Justicia porque es inocente; ahora está en prisión, como dijo el bardo chiquimulteco Ismael Cerna, este fragmento, “A Justo Rufino Barrios”: “/ ¡Hiere! Yo tengo en la prisión impía / la honradez de mi nombre por consuelo. / ¿Qué me importa no ver luz del día / si tengo en mi conciencia la del cielo? / ¿Qué importa que entre muros y cerrojos / la luz del sol, la libertad me vedes, / si ven celeste claridad mis ojos / si hay algo en mí que encadenar no puedes? /”

El periodista Zamora es honesto consigo mismo y con los demás, tiene dignidad con conciencia y se con¬duce con la VERDAD, poseer capacidad de análisis y alcanzar la excelencia espiritual en su vida profesional. Zamora es un periodista íntegro, un hombre exacto para informar al gran público con claridad y veracidad, desterrando el apasionamiento en la noticia, privando únicamente en ella, la objetividad. Zamora es un periodista juicioso, analítico y certero en sus comentarios. Un periodista que tiene el deposita de la comunidad, un hombre con confianza en las opiniones de los hombres de prensa y por ello la tarea de los articulistas y comentaristas en los medios de prensa debe dirigirse a consignar sus impresiones, basándose en su mejor criterio y entendimiento, aún y cuando sus análisis y críticas no satisfagan a todos quienes les escuchan y leen. Porque entendemos que un medio de comunicación social no podría triunfar si presentase exclusivamente el material que a sus lectores les agrade y satisfaga, ya se trate de noticias, opiniones, críticas o la misma línea editorial. Pero hace mucho tiempo que la prensa está bajo ataque a periodistas y medios de comunicación, que han agredido y acusados por el Ministerio Público, por jueces, magistrados, diputados, policía nacional, policía municipal y políticos corrompidos perversos.

La línea editorial de “el Periódico” es autónoma, juiciosa, justa y constructiva; por ello su política editorial, es total y com­pletamente independiente de sus anunciantes, sin que el aspecto financiero influya de manera alguna en su libre ac­tuar. Una línea editorial responsable y seria, abierta a todas las corrientes de pensamiento y acción y que propicie la confrontación dialéctica de ideas. Los editoriales de “el Periódico” son concisos, concretos, claros y totalmente denunciables. Decir la verdad desnuda y total, utilizando la absoluta franqueza. Debe utilizarse el esplendor de la verdad, el valor de la Jus­ticia, el uso correcto de la Libertad, la concisión en el análisis y no la verborrea, la confusión y la parcialidad. Medios de comunicación deben ser el reflejo de su comunidad y como tal constituirse en un tes­timonio para la historia, del acontecer de esa colectividad social.

Todas las anteriores virtudes y cualidades de un pe­riodista, de un columnista, de un diario o de un medio de comunicación social, se magnifican y alcanzan mayores es¬taturas, cuando la tarea de ser periodista debe desar­rollarse en un país como el nuestro, en donde por décadas se nos negó la voz y la palabra. Se arremetió, atropelló y asesinó a muchos que con valor, patriotismo y entereza criticaron con energía y veracidad un sistema social y político totalmente discriminatorio, injusto e inhumano. Se persiguió y masacró a quienes no tuvieron miedo a los tiranos, porque en este País la utilización del recurso del miedo, del horror y del terror ha sido la única arma de los genocidas, los dictadores y sus testaferros, para tratar de acallar el pensamiento.

Las anteriores líneas sirven de prefacio para considerar la verticalidad como un genuino medio de expresión, que es Chepe Zamora Marroquín, porque los Marroquines son una Saga, una leyenda real, con una historia de varias generaciones de una familia. Realza y reafirma su trayectoria de honestidad, valentía e independencia como ciudadano y como hombre de pluma, y ratifica su cuna como descendiente del más brillante y combativo periodista que seguramente ha tenido América, don Clemente Marroquín Rojas.

Por ello es atinado cerrar esta columna de reconocimiento a Chepe Zamora, citando a E.W. Scripts, fundador de los diarios Scripps‑Howard: «Un director sin miedo tiene en su Diario un arma más poderosa que cualquier revólver. Si posee valor y una conciencia limpia, puede desafiar sin peligro a cualquier hombre o grupo de hombres . . . «.

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