Marco Trejo
Aunque la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), se mantiene, en el Ranking Web de Universidades, como la mejor casa de estudios superiores de Centroamérica y en el puesto 216 del continente americano, pero su trabajo académico se ve empañado por la pugna de poderes para controlar la cuota de poder que tiene dicha casa de estudios en el sistema jurídico nacional.
Es lamentable que nuestra Alma Mater pierda, cada día que pasa, su clasificación en el ranking mundial, el cual ha caído en los últimos cinco meses que tienen de estar suspendidas las actividades estudiantiles docentes y administrativas. Todo por una actitud prepotente de los grupos que quieren manejar el poder dentro de universidad estatal.
Esta lucha político-estudiantil lo único que ha provocado es que más de 200 mil estudiantes, de las 13 facultades y 9 extensiones, que funcionan en la estructura administrativa, se vean afectados y por ende su formación profesional, que perjudica en todo sentido el mercado laboral nacional. A nivel mundial la USAC se posiciona en el puesto 3,138 de 4,558 universidades de 104 naciones.
La Universidad de Harvard, EE. UU es la más prestigiosa, seguida muy de cerca por la Universidad de Stanford, EE. UU; en la tercera casilla está el Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE. UU.; en el cuarto puesto se posesiona la Universidad de Oxford, Reino Unido; mientras que en la quinta casilla está la Universidad de California, Berkeley, EE. UU.
La casa de estudios que se encuentra en la sexta posición es la Universidad de Michigan, EE. UU., mientras que el séptimo puesto está la Universidad de Washington, EE. UU.; la octava casilla le corresponde a la Universidad de Cornell, EE. UU.; en la novena posición esta la Universidad de Columbia, Nueva York, EE. UU.; para cerrar la lista del “top 10” está la Universidad Jhon Hopkins, EE. UU.
La organización que se encarga de evaluar el desempeño de la educación superior, toma en cuenta la reputación académica, el impacto en la sociedad, la calidad de los contenidos, el prestigio internacional, el rendimiento académico, la utilidad de servicios, presencia en el dominio web y la excelencia de los trabajos académicos publicados en revistas internacionales de alto nivel, según lo resalta el Observatorio Virtual de Transferencia de Tecnología (OVTT). Algo que se pone cuesta arriba con la situación que se vive en la carolingia.
Con la evaluación de estos aspectos, los académicos, escogen a las mejores universidades del mundo, situación que provoca que la USAC descienda en su calificación que la tiene, en una tira y encoje, para hacerse de la rectoría de la universidad estatal de 346 años de fundación y que es muy criticada por la forma que es utilizada políticamente para influir en más de 70 cargos públicos.
La USAC debería de estar preocupada por sacar tanques de pensamiento y profesionales capacitados para “nadar” el competitivo mercado laboral nacional y porque no decirlo internacional, porque muchas empresas buscan “gerentes” de alto nivel académico, pero que en este momento se agotan las oportunidades por tener una universidad estatal paralizada, sin rumbo y sin puerto que tocar. Todo está a la deriva y las casas de estudio privadas ganan el terreno que la carolingia deja por los enfrentamientos políticos que la aquejan.
Otro de los problemas que tiene la USAC es que los Rectores contratan al personal docente por horas de trabajo y no por oposición, lo cual les permite presionar para que los catedráticos hagan lo que les piden, porque en dado contrario los amenazan con quitarles las cátedras y éstos por temor a quedarse sin sus ingresos prefieren plegarse a los intereses de los que los “extorsionan”.
Es necesario que los decanos tomen cartas en el asunto y se inmiscuyan en un problema que nos atañe a todos como sociedad, pero sobre todo a ellos que forman parte de la casa de estudios, deben tomar su rol político y actuar para evitar que siga esta problemática que afecta a miles de jóvenes, quienes en unos años van a decir que hasta “los santos lloran el tiempo perdido”. Se tiene que actuar y los decanos tienen la solución en sus manos para cambiar el rumbo que ha tomado la carolingia.
Los jóvenes que tomaron el Campus Central, zona 12 y que desconocen la elección del rector Walter Mazariegos Biolis, quien se ha empecinado en mantenerse en el puesto, tienen su mérito y tienen que dejar un precedente, pero también se deben poner a pensar que toda la población estudiantil es perjudicada y muchos pierden la oportunidad de desarrollarse académicamente.
Mazariegos después de 160 días de que se produjo la toma de la universidad, realizó un llamado al diálogo y asegura que todo se puede solucionar con la negociación, situación que se ve muy lejana de realizarse y los únicos perdedores realmente son los estudiantes que ven cómo se esfuman sus esfuerzos para convertirse en profesionales que estén a la altura de las necesidades del mercado laboral.