El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, firmó el martes una orden ejecutiva que prohíbe las armas de fuego y otras armas letales en los espacios de recreación de la ciudad —en interiores y al aire libre—, entre ellos parques, canchas de basquetbol y piscinas.
La orden es el intento más reciente de las autoridades locales para regular las armas dentro de lis límites de la ciudad, algo que se ha visto entorpecido por las leyes en Pensilvania que prohíben que las municipalidades promulguen o implementen regulaciones más estrictas para el control de armas.
Los abogados de la ciudad dijeron que la orden ejecutiva debe contemplarse como una municipalidad administrando sus instalaciones como dueña de la propiedad, lo que la diferencia de legislaciones aprobadas previamente por el concejo municipal y anuladas por las cortes.
La promulgación de la ley ocurre además un día después de que Kenney habló en el funeral de Tiffany Fletcher, de 41 años y madre de tres hijos, que murió este mes en un fuego cruzado en las afueras del centro recreativo donde trabajaba. Un joven de 14 años que disparaba contra otros adolescentes fue imputado de cargos por la muerte de Fletcher.
«Vi ayer (a trabajadores de parques y centros recreativos) hacer fila en la Avenida Lehigh como lo hacen los policías al rendir homenaje a uno de los suyos… Vi lo que usualmente veo cuando un policía o un bombero muere en cumplimiento de su deber. Estaban todos allí, en fila, como si estuvieran en la línea del frente y lo están», afirmó Kenney, apenas conteniendo su emoción.
«Si esto (la nueva ley) les da alguna protección, alguna paz mental, alguna capacidad para llamar a las autoridades cuando algún cabeza hueca decide que quiere llevar un arma a un centro de recreación, ellos lo ven. Eso es parte de lo que trata esta ley».
La columnista Carroll demandó a Trump en 2019, alegando que la violó a mediados de la década de 1990. Aquí detalles del caso ⬇️ #LHInternacional https://t.co/4QfSHLZ2sq
— Diario La Hora (@lahoragt) September 27, 2022
La orden ejecutiva dice que los trabajadores de parques pueden llamar a la policía si creen que alguien tratando de entrar a uno de los sitios lleva un arma de fuego. La policía puede entonces ordenarle a esa persona que se vaya y presentar cargos de violación de propiedad si se niega.