La tragedia de Villa Nueva provoca dolor profundo, pero también entre mucha gente causa ira e indignación sin parangón porque se trata de un descuido criminal cometido por las autoridades. La Municipalidad local, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres y el Ministerio de Comunicaciones e Infraestructura no pueden eludir su gravísima responsabilidad por el nuevo hundimiento que ocurre a corta distancia del que se produjo el 14 de junio, lo que debió obligar a esas autoridades a realizar minuciosos estudios de la condición del suelo y de los otros colectores en el sector.
En el país de los chapuces y la corrupción tiene que ocurrir lo que está pasando ahora con un invierno copioso que literalmente hunde a los guatemaltecos y cobra vidas por las deficiencias en el mantenimiento de la infraestructura del país. Es triste reconocer que las autoridades no realizan en absoluto mantenimiento preventivo y estamos, literalmente hablando, a la mano de Dios porque ellos están muy ocupados en sus bacanales y en llenar maletas con el dinero que se ha convertido en la razón de ser del llamado servicio público.
Alejandro Maldonado, quien dirigió Conred por muchos años, relató cómo se dejó sin efecto la normativa vigente desde el 2010 que obligaba a revisar toda la infraestructura del país calificada de esencial, crítica e importante, lo que incluía escuelas, hospitales, hidroeléctricas, carreteras, colectores y drenajes. Además, dijo, se cambió el enfoque de una institución preventiva, llamada a reducir desastres, por una que mal atiende emergencias sin ninguna función para prevenir, criterio esencial de esa Coordinadora.
En vez de preocuparnos por los efectos del cambio climático y hacer aunque sea modestos aportes frente a ese problema, se piensa mañosamente en crear un megaministerio de ambiente para hacer meganegocios. Los alcaldes no parecen tener ni idea de la obra subterránea hecha por sus antecesores y el personal profesional de las comunas y ministerios es desplazado por los operadores de negocios.
Giammattei prometió, para variar, algo en lo que no hizo absolutamente nada. “Cero baches a nivel nacional en los primeros seis meses” de su gobierno, ofreció, pero la infraestructura nacional nunca había estado tan maltrecha como ahora y decir baches es un piropo para lo que ha generado la indiferencia y descuido de sus funcionarios.
Tristemente hay que reconocer que cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Nuestra indiferencia es el gran aliciente para que el país se siga desmoronando y hundiendo en manos de los sinvergüenzas, porque los ciudadanos no tenemos siquiera un aire con remolino para decir ¡Basta!