Han protestado por el alto costo de la vida, derivado principalmente por el encarecimiento de los combustibles y los alimentos. Foto: La Hora

A días de celebrar su Independencia, guatemaltecos se unieron a un conjunto de movimientos de Latinoamérica y el mundo que han protestado por el alto costo de la vida, derivado principalmente por el encarecimiento de los combustibles y los alimentos.

Entre las consignas de la protesta realizada el lunes 12 de septiembre, dirigida principalmente por autoridades indígenas, se destacó la exigencia al presidente Alejandro Giammattei para que genere las acciones necesarias para atender el incremento de la canasta básica, así como de los materiales esenciales de producción agrícola como el fertilizante, insumo cuyo precio incluso se ha duplicado.

Esta marcha fue convocada por el Consejo Maya Ch’orti, Autoridades Ancestrales de Chuarrancho, alcaldía Indígena de Montúfar, Autoridades Ancestrales de Santa Cruz Chinautla, Comunidades en Resistencia de San Juan Sacatepéquez, así como la alcaldía Indígena de Santa Lucía Sololá, Alcaldía Indígena de Nahualá, el Parlamento Xinka y Autoridad Ancestral Garífuna.

Este malestar social fue previsto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe de julio titulado: Perspectivas de la Economía Mundial (WEO), donde advierte que el aumento de los precios de los bienes y servicios básicos “presenta una amenaza no solo a la estabilidad económica, sino también a la estabilidad social”.

CRECEN PROTESTAS EN LA REGIÓN

Desde mediados de año, las calles de Chile se llenaron de manifestantes para protestar contra el aumento en el precio de los combustibles y pedirle al Gobierno mayor regulación de las plataformas de transporte.

Por otra parte, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, anunció en julio que la petrolera estatal rebajaría sus precios de venta del diésel y de la gasolina, después de que transportistas y camioneros comenzaron un paro indefinido en protesta por el costo de los combustibles.

 

Cuatro semanas consecutivas duraron las protestas en Panamá en el mes de julio, siendo el principal tema de interés de los manifestantes el aumento del precio de los productos energéticos.

Mientras que, en Ecuador el Gobierno de Guillermo Lasso y las autoridades indígenas acordaron ponerles fin a las protestas por el alza en el precio de los combustibles y del costo de la vida a través de un subsidio. Esto después de más de dos semanas de protestas, que dejaron seis fallecidos y unos 500 heridos.

En Perú los gremios de transportistas realizaron un paro general ante la falta de solución para la reducción en el precio del diésel y la regulación de peajes tras la revisión de los contratos con las concesionarias.

En Sudamérica, Argentina no ha sido la excepción, ya que transportistas realizaron manifestaciones y cortes en rutas de diferentes puntos del país debido a la escasez de gasolina, los sobreprecios y la subida de costos, pues su inflación interanual alcanzó el 71% en julio.

En el caso más extremo, cansados del colapso económico que enfrenta su país, los ciudadanos de Sri Lanka protestaron por más tres meses a las afueras de las oficinas presidenciales, pero no fue hasta que el 14 de julio el presidente, Gotabaya Rajapaksa, renunció a su cargo luego de huir a Singapur por los altos niveles de malestar social.

Las movilizaciones más recientes dieron lugar en Alemania, país que retomó los “Las Protestas de los Lunes”, ahora motivadas por los aumentos constantes de precios en todas las áreas de la vida cotidiana.

PRECIO DE LA CANASTA BÁSICA

Actualmente los guatemaltecos se enfrentan a una Canasta Básica Alimentaria (CBA) y a una Canasta Ampliada (CA) 14.7% más costosa que hace un año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), misma entidad que ha sido cuestionada sobre la veracidad de los datos que divulga.

En agosto pasado una familia promedio de 4.7 integrantes necesitó Q3,454.98 para adquirir los 34 productos vitales de la CBA y así llegar al requerimiento energético de 2,262 calorías.

Para otros bienes y servicios como vivienda, salud, educación, transporte y comunicaciones, entre otros, un hogar requirió de Q7,977.33 el mes pasado. Con esto representa un aumento de Q1,021.41 más que la CA de hace un año (Q6,955.92).

LA INFLACIÓN MÁS ALTA DEL AÑO

Por otra parte, el mes pasado el país alcanzó la inflación más alta del año con un 8.87%, esto significa que un guatemalteco que hace un año necesitó Q60 para comprar cinco productos, doce meses después, su presupuesto para adquirir la misma cantidad subió a Q65.32.

De forma segregada por gastos básicos los alimentos aumentaron 13.30% interanualmente, es decir, que una pequeña compra alimentaria que antes costaba Q86.70, ahora está a Q100.

Mientras que aquellos conductores que compraban Q250 de diésel en agosto de 2021, ahora necesitan Q375.00 para adquirir la misma cantidad, pues según el INE, ese carburante aumentó 49.60%.

Además, en algunas regiones del país el nivel inflacionario superó el alza a nivel república (8.87%), tal es el caso de Baja Verapaz y Alta Verapaz departamentos que alcanzaron una inflación del 13.39%, seguida de Huehuetenango y Quetzaltenango con el 11.02%.

CBA SUPERA EL SALARIO MÍNIMO

Al confrontar el costo de la CBA con el salario mínimo del país, se evidencia que para un guatemalteco que devenga el salario mínimo no agrícola, agrícola y maquila comprar los productos básicos para su alimentación y la de su familia se convierte cada día más en un gasto complicado de solventar, pues el incremento salarial no evoluciona en la misma proporción que la inflación.

En agosto, el costo total de adquisición de la CBA llegó a Q3,454.98, para superar por Q495.74 el monto del salario mínimo no agrícola (Q2,959.24), mientras que al salario mínimo agrícola (Q2,872.55) y de exportadora y maquila (Q2,704.35) lo rebasa por Q582.43 y Q 750.63 respectivamente.

Además, la CBA también supera a los salarios mínimos con la bonificación incentiva de Q250.00 incluida.

Al dividir la Canasta Básica entre 30 días al mes, significa que cada hogar cuenta con Q115.17 diarios para alimentos, pero el salario diario no agrícola, el más alto de las tres categorías, es de Q97.29 diarios, según el Ministerio de Trabajo (Mintrab).

FMI: DIFICULTADES, HAMBRUNA Y MALESTAR GENERALIZADOS

De acuerdo con informe WEO del FMI, cuando aumenta el precio de artículos, como los dispositivos electrónicos, los muebles o el entretenimiento, las familias pueden sin más reducir o incluso eliminar esos gastos; Sin embargo, en el caso de los alimentos y los combustibles resulta mucho más difícil.

“La situación actual presenta una amenaza no solo a la estabilidad económica, sino también a la estabilidad social. El malestar ha aumentado desde el final de la fase aguda de la pandemia, conforme a estudios del FMI que indican que el malestar es menor durante las pandemias y que el encarecimiento de los alimentos y la energía es un buen indicador anticipado de malestar”, se lee.

El organismo internacional enfatiza en que, aunque el malestar no se materialice necesariamente, el vínculo entre precios y estabilidad social significa que el surgimiento de nuevas barreras comerciales, o una mala cosecha debida al calor extremo o la escasez de fertilizantes, podrían causar más dificultades, hambrunas o malestar.

Según sus perspectivas, estos riesgos podrían aliviarse si se reducen los obstáculos logísticos provocados por la invasión de Ucrania, incluido el bloqueo en el mar Negro. Además, los gobiernos no deben acaparar alimentos ni la energía, sino más bien procurar levantar las barreras al comercio, como las prohibiciones de exportaciones de alimentos, que se aplican con la intención de evitar escasez interna, pero que en realidad elevan los precios mundiales.

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