Juan Antonio Mazariegos G.
La noche de ayer del domingo 4 de septiembre, el pueblo chileno acabó de concluir una jornada electoral histórica, más de 13 millones de chilenos salieron a votar y en este momento, cuando se conocen los resultados del 100% de las mesas computadas, el Servicio Electoral de Chile (Servel), ha indicado que más del 62% de los electores que participaron, votaron por el rechazo del proyecto constitucional que proponía la Convención Constituyente, instaurada para presentar este proyecto de Constitución.
Durante las últimas dos semanas, en Chile se prohibió la realización de encuestas y la publicación de las mismas, para permitir que los chilenos pudieran reflexionar sobre el texto propuesto, el Presidente de Chile, Gabriel Boric se involucró de lleno en favor del apruebo al texto propuesto y en Santiago, al momento de los cierres de campaña, fue noticia, el manifiesto contraste, entre el multitudinario cierre del apruebo que reunió, según varias estimaciones, a más de medio millón de personas, en contraposición al modesto cierre del rechazo que se realizó en un teatro de la misma capital chilena, con no más de 800 personas.
La mayoría de los partidos políticos, de manera institucional y especialmente los que están involucrados en la coalición de gobierno, hicieron campaña por el apruebo, mientras que la campaña de rechazo quedo huérfana de líderes y fue cedida a la ciudadanía, aunque contó con el apoyo de distintas personalidades, incluidos políticos en lo individual que se distanciaron de la posición institucional de sus respectivos partidos, para mostrar su desagrado por un texto constitucional con el que simplemente el pueblo chileno no se identificó.
La plurinacionalidad, la justicia transversal, el derecho al aborto y una serie de cambios que proponía el texto, así como una campaña basada, por parte de los partidarios del apruebo, en que el rechazo reviviría a la dictadura de Pinochet, no fueron suficientes para inclinar la balanza en favor del texto propuesto y ahora corresponderá realizar unas nuevas elecciones para elegir nuevos miembros de la Convención o bien que el Congreso inicie una reforma, aun no hay claridad al respecto. Lo que si es claro y cierto, es que quienes vayan a redactar los cambios o la nueva Constitución, deberán de escuchar lo que hoy dijo la mayoría silenciosa de chilenos que salió a votar por el rechazo y derrotó a la clase política en las urnas.
La Constitución actual debe ser cambiada, eso no está en discusión, ya votó el pueblo chileno anteriormente por esa opción, la Convención Constituyente actual no pudo interpretar el sentir de la población y corresponderá que otros los substituyan, para que estos conformen un nuevo cuerpo normativo constitucional que traiga la unidad y tenga sentido para los chilenos. Ayer 4 de septiembre, se impuso la democracia y el sentido común, dijeron que no todo cambio es bueno, ni todo hay que tirarlo por la borda, se puede buscar el cambio paulatino, sin que para ello se deban de perder las cosas buenas que sin duda existen en Chile y que lo han llevado a ser el país que hoy es. Felicidades pueblo de Chile.