El ritmo de las ventas en los comercios minoristas de Estados Unidos no varió el mes pasado, ya que la tasa persistentemente alta de la inflación y el alza de las tasas de interés obligaron a muchas familias a gastar con más cautela.
Las compras minoristas se mantuvieron estables tras haber aumentado un 0,8% en junio, informó el miércoles el Departamento de Comercio. Los economistas esperaban un ligero aumento de las ventas minoristas en julio. Aun así, el informe del miércoles incluía algunas señales positivas: Excluyendo los automóviles y las partes automotrices, las ventas al por menor aumentaron un 0,4% en julio. Adicionalmente, las compras de suministros de construcción y equipos de jardinería se mantuvieron, al igual que las ventas en las tiendas de electrónica y electrodomésticos.
La disminución de los precios de la gasolina probablemente permitió a algunos compradores aumentar sus compras de otros artículos. Las ventas de gasolina bajaron un 1,8%, pese a la baja en los precios en los surtidores.
«Al bajar los precios de la gasolina, los consumidores tuvieron más dinero en el bolsillo para otros artículos, como muebles y productos electrónicos», comentó Jeffrey Roach, economista jefe de LPL Financial. Al mismo tiempo, los consumidores siguieron siendo cautelosos a la hora de gastar mucho en artículos no esenciales: Las ventas bajaron un 0,5% en los grandes almacenes y un 0,6% en las tiendas de ropa.
El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este martes su Ley para la Reducción de la Inflación, la cual calificó como «una de las más importantes de la historia» de EE.UU. y con la que buscará garantizar «la equidad» entre los ciudadanos #17Ago https://t.co/sk5weC2rTx
— Analítica (@Analitica) August 17, 2022
En comparación con hace 12 meses, las ventas minoristas generales aumentaron un 10,3% en julio. Los consumidores estadounidenses, cuyo gasto representa casi el 70% de la actividad económica nacional, se han mantenido mayormente resistentes, incluso con la tasa interanual de inflación cerca de un máximo de cuatro décadas, la incertidumbre económica en aumento y las tasas de interés de las hipotecas y otros préstamos en alza.
Sin embargo, su gasto general se ha debilitado y se ha desplazado cada vez más hacia productos de primera necesidad, como los comestibles, alejándose de los artículos menos necesarios, como los artículos para el hogar, la ropa informal y los electrónicos.
El informe mensual del gobierno sobre las ventas al por menor cubre alrededor de un tercio de todas las compras de los consumidores y no incluye el gasto en la mayoría de los servicios, que van desde los boletos de avión y los alquileres de apartamentos hasta las entradas de cine y las visitas al médico. En los últimos meses, los estadounidenses han reducido la compra de bienes físicos y han gastado más en servicios, como los viajes, las estancias en hoteles y los viajes en avión.
La inflación sigue suponiendo una grave dificultad para muchas familias. Aunque los precios de la gasolina han bajado desde sus máximos, los alimentos, el alquiler, los coches usados y otros bienes y servicios se han encarecido mucho más que los aumentos salariales que han recibido la mayoría de los trabajadores.