Flaminio Bonilla Valdizón
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Casi terminada la parte VIII, sigo las narrativas y descripciones de personas y cosas con detalles. Estas anécdotas no son fábulas, son reales y vividas con mi padre y yo. Esta agudeza del escritor español Ramón Gómez de la Serna, dijo: “El gato hace vida de jubilado desde que nace”. Esto fue lo que me pasó como una aventura, pareciera una proeza con familiares o amigos de vida. Estos sucesos no es mi ego o esnobismo, lo que fue es mi senda, con crónicas vigorosas y perennes.
a) Como dice el dicho: “tiene más de siete vidas que un gato”, para este refrán, debo acotar que ya hablé el año pasado y esta desviación que me acaeció el 31 de octubre de 1981, fue un pasaje que marcó mi vida. Estaba regresando en mi vehículo en Tapachula, México, en compañía de un compañero de trabajo cuando pasamos al municipio de El Tumbador, San Marcos, de repente -hombres y mujeres- guerrilleros de la ORPA me tuvieron como prisionero y retenido a la fuerza; esa vez los lugareños me contaron que los guerrilleros estaban buscando al Comisionado Militar para matarlo, esa vez tuve mucho pánico y miedo tremendo porque me encontraron una credencial del Ejército seguramente le ajusticiarían. Por ello les platiqué en el episodio anterior VII. Y por ello fui otro gato vivo.
b) Otra anécdota en el año de 2002 me pasó en la 12 avenida y 19 calle zona 1, enfrente de la Panadería “La Doce” cuando me “puyaron” con puñal –verduguillo– fui herido en el hígado, por dos “chavos” jóvenes de 17 o 18 años, eran ladroncitos para quitarme la “mariconera” y el celular; entonces malherido fui con mi vehículo a la Emergencia del Hospital San Juan de Dios, estaban varios galenos, estudiantes y enfermeras, entonces vi a un amigo, el Dr. Arístides Sologaistoa, y todos me curaron la herida. O sea, fui un minino.
c) Y también “fui otro gato con siete vidas”, y por ello fui otra vez al Hospital porque me operaron de la vesícula estuve muy grave del colédoco y por ello “casi me pelo”, por ello era otro micifuz. Me operó mi amigo Dr. Erick Estrada Dubón.
d) Esto me pasó el sábado de 2 de abril de 2011, fui a una boda en un Hotel de la zona 10 y me tragué un pedazo de carne con verduras y tuve proceso de asfixia y me dio paro respiratorio total. Y esa vez estuve en otro Hospital y con el Dr. Roberto Pierri amigo del Liceo Guatemala. Fui otro gatuno.
e) La última reprise y el más “jodido”, lo que debo recordarme siempre, el 14 de julio de 2015, tuve un accidente cerebrovascular que provocó un derrame en el hemisferio cerebral izquierdo que controla el habla, lo que ocasionó la AFASIA; por ello no puedo hablar mucho, ya tengo algo neurológico, pero no soy discapacitado, lo que tengo es una limitación en él habla. También tuve paro renal, infarto cardiaco, arritmias, pero respiratorio y fue parte de la diabetes. Estuve en el “Hospital Maranatha”, muy grave. Estaba con varios doctores: Erick Estrada Dubón, Arturo Gramajo Mondal, dos amigos del Liceo Guatemala; luego los Galenos Manuel Cordón, Óscar Vinicio Velásquez Arriola, Dr. Edgar Javier Salguero G., Dr. Guillermo Rosales, Oftalmólogo, Licda. Sandra Bustamante de Pereira, Terapista; Dr. Javier Chang Fisioterapista; la Psicóloga Aline Monsón, Nutricionista Licda. Lucky Barillas de Bonilla, enfermeras y enfermeros, era una “gran batería” de facultativos. Lo que me pasó fue un milagro; estoy vivo gracias a Dios, mi mujer Diana, mis 4 hijos, mi nieta Marcela, la familia y ahora con mi nuevo nieto Tadeo, los amigos de verdad y nuestra perrita –Shitzu– “la Munchies”. Por ello, fui otro gato de mil vidas y es parte de las ironías que me han pasado en mi supervivencia y con vigor y vibrante, porque muchas personas han salvado mi vida; parezco un felino con siete años de vida. Me pasó como una ocurrencia y perspicacia, pero real y como hombre y columnista, todos tenemos historias y esta sagacidad, parece a ese refrán: “Tienes más vidas que un gato” tengo referencia de una persona como yo, que tengo habilidad para salir de las situaciones más complicadas.
f) Y de último, quienes o alguien o algunos quería eliminarme, nunca les hablé de esto; ahora debo decirlo obligatorio e insoslayable, que me platicó un gran amigo revolucionario, hombre de izquierda, Luis Raúl Robles Bercían, “mi cuate”, los dos fuimos compañeros en la Escuela de Derecho. Raúl no se hizo abogado pero sí sociólogo de la USAC. El 27 de julio de 2022, otro amigo del Liceo Guatemala y colega togado, Tono Mosquera Aguilar, me dio un correo y dijo que Luis Raúl falleció hace dos años, antes de la pandemia.
Yo desde joven fui beligerante, combativo, muy controvertido y argumentativo. Por ello recordé que hace nueve años mi “pana” Luis Raúl, me dio una misiva que dice así: Estimado Flaminio, gracias por decir que lo que muchos quisieron decir y hacer en su momento o ahora, vos siempre fuiste claro, directo, rebelde y confrontativo, lo soltabas todo sin tapujos y sin acomodamientos. Te recordás cómo te aconsejabas que tuvieras cuidado, pero vos eras tan auténtico que todo te valía madre. Afortunadamente no te asesinaron. Hemos comentado tu libro con los compañeros de antaño y te reiteramos nuestra gratitud por recordar a muchos de los amigos y camaradas caídos en la insurgencia y a nuestros pensadores. No soy diseñador gráfico, pero esta plaquita la obtuve conjugando posteados de tu Facebook. Un solidario abrazo en nombre de todos lo que te queremos y como decía el Chino, “hasta la victoria siempre.” Luis Raúl. Guatemala, diciembre 2013. “En memoria de Luis Raúl Robles Bercían”. Continuará.