Por: Mynor Carrera Mejía1

Corría 1997 y en ese año se planificaban actividades culturales porque en Jalapa se les había encendido la antorcha del saber. No era para menos. Uno de sus hijos predilectos, Clemente Marroquín Rojas, arribaría a 100 años de haber nacido. Marroquín Rojas llenó de orgullo a varias generaciones de su época y otras más jóvenes que recibían las noticias de sus maestros. Entre ellas la notable maestra Leticia Marroquín, de agradables recuerdos, sobrina de Marroquín Rojas y muy orgullosa de llevar en sus venas la sangre del egregio hijo de Jalapa.

Siendo historiador, me convocaron a reuniones, pues yo me había establecido en Jalapa en 1991 y siendo mi familia de dicho departamento, con mayor razón me fui identificando con el lugar y con su población. Así que, fui uno de los conferenciantes en el centenario del gran polémico de los periodistas nacionales. Clemente no era solo el individuo protagonista, era también la época que le tocó vivir, luchando por cambios que su generación, la llamada Generación de 1920 (bautizada así por los connotados universitarios Miguel Ángel Asturias y Epaminondas Quintana, autores, entre tantas obras, del canto universitario La Chalana) llevó a cabo, tanto en sus años de diversificado como, principalmente, dentro de la Universidad Nacional (así le nombraban a la Universidad de San Carlos de Guatemala).2

En Jalapa, para poder referirme al abogado pero primordialmente periodista Marroquín Rojas, realicé una investigación documental.3 Era imposible leer los cientos de artículos que publicó nuestro personaje. A pesar de ello, con lo que fuimos considerando esencial, logramos formar una panorámica de quien dejara el más claro ejemplo del periodismo nacional. Las opiniones sin duda, son subjetivas; no obstante, en su prolífica producción está la respuesta. Él siempre supo para dónde iba y cómo iba a llegar. Argentina Díaz Lozano, (1909-1999) escritora hondureña-guatemalteca, tomó valor y escribió mientras Marroquín Rojas vivía, su obra Aquí viene un hombre, 1930, México: Costa Amic. Personalmente, también escribí un libro, no sé si me hubiese atrevido a redactar la obra con el personaje vivo. Dicho libro fue el primero que publiqué en mi vida de escritor-investigador, éste se titula: El Ideario Polémico de Clemente Marroquín Rojas, Armar, 1998.

 

Mientras tanto, en Jalapa se tomó en serio el centenario del personaje. En esa oportunidad conté con el apoyo del periodista Óscar Clemente Marroquín Milla, hijo de Clemente. Él me permitió leer en la biblioteca de La Hora, así como me proporcionó interesantes fotografías, mismas que fueron de utilidad para el libro, para la revista cultural y para la exposición fotográfica que montamos en una de sus propiedades, cerca de la catedral de la ciudad de Jalapa. Recuerdo cómo el gigantesco corredor sirvió de galería, en esa hermosa casa antañona, localizada a una cuadra del parque central de Jalapa. La Morena Climatológica Jalapa, tierra de remicheros que fue el orgullo de Marroquín Rojas, la que defendió a capa y espada. Sus memorias llevan el nombre de su tierra, Memorias de Jalapa o Recuerdos de un Remichero, 1977, Guatemala: Editorial del Ejército.

Ahora que abro los ojos me doy cuenta que el tiempo voló. ¡Ya son 125 años! En ese cuarto de siglo han pasado tantos eventos políticos nacionales e internacionales que han marcado el cambio vertiginoso bajo el manto del internet y de las redes sociales, así

como por la pandemia y otras enfermedades que son la zozobra del mundo. La maestra Letty Marroquín también falleció hace años, la Escuela El Porvenir donde expuse sobre Marroquín Rojas y donde trabajaba la maestra mencionada, sigue en pie en esa tierra de amplios valles y que, luego de los terremotos de Santa Marta que destruyeron Santiago de Guatemala, estuvo a punto de ser traslada la capital del área centroamericana. En lo que a mi concierne, Jalapa constituye un bello recuerdo, pues ahora me desenvuelvo en el Centro Histórico de la Nueva Guatemala de la Asunción.

No quería que este cuarto de siglo pasara inadvertido. Ahora más que nunca, necesitamos periodistas como Marroquín Rojas, un hombre luchador que le dio el valor al periodismo nacional y fue como su lema, Tribuna, no mostrador. Con Marroquín Rojas el periodismo en papel alcanzó un gran apogeo, muchos periódicos a nivel nacional y muchos periodistas escribiendo, incluso las primeras mujeres nacionales que trabajaron con él en el semanario La Semana, 1927.4 El periodista sabía el valor de su noticia, de su editorial, de su fotografía, de su columna, de lo que estaba aseverando. No quiero decir que ahora no lo sea, también hay mujeres y hombres connotados en las letras, quienes alzan su voz en este mundo convulso, veloz y atroz. Pero ahora, en la ultra modernidad, sus artículos ya no tienen el eco que en épocas pasadas sonaron a conspicuas e inolvidables plumas. ¿Quiénes leen a los columnistas de hoy? ¿Quién los persigue? ¿Quién los amenaza? ¿Quién les paga para escribir esto o lo otro?

Los tiempos cambian para no volver, tal como ha sido el devenir histórico de los pueblos. En el caso de Marroquín Rojas, no solo cuenta como escritor polémico, con quien primero escribía y luego asumía consecuencias; cuenta porque con su pluma y su carácter, fue protagonista de la historia nacional para movimientos específicos y de transformaciones sociales. Él mismo es fuente para la historia. En la mayoría de los casos

escribió sus vivencias, no solo en sus memorias, sino en libros específicos y en los miles de artículos periodísticos en muchos periódicos y revistas nacionales, así como extranjeras cuando estuvo en el exilio, producto de la persecución de Jorge Ubico Castañeda, gobernante que fue electa en su 3ra. Participación, 1931-1044. Clemente había realizado una campaña periodística en su contra, la que concienció a varios votantes y Ubico no fue electo, sino don Lázaro Chacón. Eso nunca se lo perdonó el candidato que había sido derrotado.5

Datos del nacimiento de Clemente Marroquín Rojas

Clemente Marroquín y Marroquín nació en la aldea Los Achiotes, en las faldas del volcán inactivo Jumay, cercano a la ciudad de Jalapa. Vio la luz el 12 de agosto de 1897, para el día de Santa Clara, por eso fue bautizado en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen como Clara Clemente Marroquín Marroquín. Fue hijo de don Jesús Marroquín y de doña Dominga Marroquín Bonilla.6 Creció en su propia finca, jugando con sus semovientes favoritos, entre riachuelos, ríos, valles, montañas y el trabajo agrícola. En esa época se esperaba que el hijo emulara a su padre, la hija a su madre. No obstante, los padres de Clemente lo apoyaron para que fuera un joven ilustrado, que no se quedara en la aldea como agricultor y ganadero, aunque se debe indicar que también fue agricultor y que esa era una de sus fortalezas, se defendía en el campo y en la ciudad. La faena para que estudiara fue ardua. Fue muy difícil por el comportamiento de Clemente. Sin embargo, entre todos lo lograron. Infortunadamente, los padres fallecieron y ya no testimoniaron hasta dónde llegó su hijo.

Su terruño siempre vivió en sus recuerdos, Jalapa siempre estuvo en su mente y en sus sueños. Sus padres fueron su fortaleza, su ejemplo, su amor y su tristeza cuando ambos fallecieron. Por ello, cuando llegó a ser vicepresidente de Guatemala (1966-1970), se le llenaron los ojos de lágrimas, pues recordó a sus padres y los esfuerzos que realizaron para que él se educara. Lo apoyaron siempre a pesar que fue expulsado varias veces de los centros educativos, pues era muy aguerrido y no se dejaba de nadie. Él hubiera querido tener a sus padres para que lo vieran en el gobierno, para que sus ojos también se llenaran de lágrimas, pues aquellos sacrificios a principios del siglo XX, no habían sido en vano.

El estudiante reacio y contestatario

Un hombre de carácter fuerte pero que su historia de vida lo convirtió en una pluma polémica, criticada y esperada.

Marroquín Rojas siempre fue un hombre de carácter fuerte, un hombre de armas tomar. Era bueno para la pluma, así como para los puños, para la discusión, para la polémica. No se dejaba de nadie. De hecho, él mismo cambió sus apellidos por una causa de repudio. Su tío, el abogado Tránsito Rojas, fue un prominente abogado, enemigo político de Manuel Estrada Cabrera. En 1906, Tránsito, exiliado en El Salvador, ingresó con tropas a Guatemala, con el propósito de derrocar la dictadura cabrerista. Fue apresado y fusilado en Jutiapa. No hubo perdón ni para él, ni para su hijo adolescente que lo acompañaba.

De coraje, Clemente Marroquín y Marroquín, decide adoptar el Marroquín Rojas, para que el mismo Estrada Cabrera se diera cuenta de qué estaba hecho. Las dictaduras no lo amedrentaron, aunque su vida corriera peligro.7 Marroquín Rojas ingresa al Movimiento Unionista que derrocó la dictadura de Estrada Cabrera. Es de los universitarios más activos y decididos, que incluso visitó a otros estudiantes en sus países

centroamericanos para invitarlos a unirse a Centro América. Marroquín Rojas es de los pocos estudiantes que arriesgaron su vida por despojar a Guatemala de ese largo gobierno de los 22 años.

 

Principales eventos históricos donde Marroquín Rojas intervino

Marroquín Rojas se benefició de algunas becas para sus estudios en la capital, las mismas fueron gestionadas por su tío, el gramático jalapaneco José María Bonilla Ruano.8 Estrada Cabrera le concedió las mismas. Aun así, Marroquín Rojas fue crítico del gobernante de turno, luchador en el momento de crisis política y que, además, escribió 2 libros sobre los atentados que sufrió el presidente. Estos libros, muy poco conocidos, son fuente de los hechos señalados, donde pocos se atrevían a escribir por las represalias políticas que los podía llevar al encierro, al destierro o al entierro, a las manos, a balas o fierros. De allí que Marroquín Rojas los publicara cuando la dictadura cabrerista ya había caído.

Marroquín Rojas no solo fue un estudiante universitario, sino que, luchó por varios gobiernos, contra varios de ellos, ocupó cargos públicos y más que ejercer la abogacía y el notariado, ejerció el periodismo, pues empleó su pluma para criticar, para denunciar, para polemizar, como nunca nadie lo hizo. Hubo varios periodistas destacados, es cierto, pero Clemente dejó escuela. De todos los periódicos donde laboró e incluso que fundó, le sobrevive Diario La Hora. A lo mejor sería impensable para el padre de los Marroquín Milla, contar con un diario digital, pero los tiempos lo llevaron a ello. Los asiduos de La Hora, añoramos aun verlo vespertinamente en papel.

Podría decirse que Marroquín Rojas estuvo presente no solo opinando contra Estrada Cabrera, Carlos Herrera Luna y José María Orellana. También estuvo en contra de Jorge Ubico Castañeda, por lo que, los 13 años de la presidencia ubiquista, significaron el

destierro largo del abogado jalapaneco, quien, había ganado las elecciones para alcalde de Jalapa pero que, por salvar su vida, hubo de realizar su romería de exilio por Centro América, Puerto Rico y México. Regresó para la Revolución de Octubre de 1944 y fue diputado a la Asamblea Nacional Constituyente que promulgó la 1ª. constitución en tiempos democráticos.9 Fue testigo también por tanto, del gobierno arevalista, de la caída de Árbenz y de la llegada de la guerra civil. Precisamente, gobernó como vicepresidente en esta época. Sus últimos años los vivió con la llegada de gobiernos militares al poder. En este artículo destacaremos al menos, su papel durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera, gobernante de 1898-1920.

Marroquín Rojas en contra del cabrerismo

Clemente completó sus estudios en la época de Estrada Cabrera. Él vivió la dictadura, no solo en la capital, en el Instituto Central de Varones, sino también en el Instituto de Varones de Chiquimula. Luego ingresó a la Universidad Nacional (Universidad de San Carlos). Fue allí cuando complementó su carácter con el deseo de cambiar la situación política que vivían. La represión, el temor, la persecución era la constante de la época. Él ingresa al Movimiento Unionista, que no solo pretendía unir a Centro América, sino derrocar a Estrada Cabrera. Clemente fue un joven líder de los universitarios. No solo alzaba su voz sino que sus acciones decían más. Con él se aprovechaba su intelectualidad y su valentía para enfrentarse en combate de ser necesario. En pocas palabras, Clemente fue protagonista de la época de Estrada Cabrera. Aprovechó su pluma para dejar estampados varios hechos.

Marroquín Rojas escribió 3 libros que analizan eventos históricos de la época de Estrada Cabrera, éstos son los siguientes: Historia del Movimiento Unionista. (1929). Barcelona, España: Talleres Gráficos R. Llauger. También escribió, La Bomba. Historia del primer atentado contra Estrada Cabrera. Guatemala: Imprenta Muñoz Plaza. Finalmente, Los Cadetes. Historia del segundo atentado contra Estrada Cabrera. (1930) Guatemala:

Tipografía Nacional. La difusión de la obra no ha sido profusa, por lo que ahora se podría aprovechar el internet para darla a conocer.

Historia del Movimiento Unionista

Es un libro pequeño, de 95 páginas. Originalmente Clemente quería abarcar más espacio histórico. Hubiese querido iniciar desde los incidentes de 1919, el movimiento unionista, el que analizó, así como la llegada y muerte de José María Orellana y el gobierno de Lázaro Chacón.(Clemente Marroquín Rojas, Historia del Movimiento Unionista, 1929, 5) No obstante, llegó a Barcelona como Embajador de Guatemala y no contó con el tiempo necesario para abarcar toda esa época. Algo interesante fue que, en 1927, Clemente viajó por barco a Nueva York y se encontró con el famoso monseñor José Piñol y Batres,10 quien realizó algunos comentarios sobre la época, a bien que las delineara en su libro. (Mynor Carrera, El Ideario Polémico de Clemente Marroquín Rojas, 1998, 106)

La Bomba. Historia del primer atentado contra Estrada Cabrera.

Este atentado ocurrió el 29 de abril de 1907. Fue un magnicidio contra Estrada Cabrera. Los intelectuales del atentado convencieron al cochero Patrocinio Monterroso, de parar en determinado lugar, le aseguraron a él no le pasaría nada. En el coche viajaba Estrada Cabrera, un hijo y su mano derecha José María Orellana (quien luego llega a ser presidente de Guatemala). Quienes organizaron el atentado fueron los profesionales Enrique y Jorge Ávila Echeverría, Julio Valdés Blanco y Baltasar Rodil. El 20 de mayo los intelectuales fueron acorralados. Antes de entregarse se suicidaron. El atentado mató al cochero y los demás resultaron ilesos.

Marroquín Rojas como era comprensible, no pudo publicar este libro durante la dictadura de Estrada Cabrera. Lo hizo hasta 1930; consta de 211 páginas. Algo interesante es que el autor se basa en documentos originales sobre el proceso del

atentando. No obstante, el autor informa que muchos de estos documentos fueron mutilados. El mismo merece una nueva edición para el conocimiento de las generaciones actuales.

Los Cadetes. Historia del segundo atentado contra Estrada Cabrera.

Este fue el segundo atentado que sufrió Estrada Cabrera, casi un año después del primero. Este sucedió el 20 de abril de 1908. Fue en un acto oficial que el cadete Víctor Manuel Vega, le disparó. Lo tuvo tan cerca y no acertó. El incidente provocó el fusilamiento de varios cadetes, así como el cierre y destrucción del edificio de la Escuela Politécnica. El hecho provocó una mayor represión y control de la población. Estos atentados ponían de manifiesto el malestar acerca del gobierno de Estrada Cabrera; a pesar de ello, ningún atentado tuvo éxito, solo el golpe que lo derrocó el 15 de abril de 1920. Esto demuestra que una sociedad por muy reprimida que se encuentra, busca la manera de deshacerse de su principal verdugo.

El libro de Clemente sobre este atentado logró al menos 3 ediciones. Aparte de la Tipografía Nacional, la obra también la editó la imprenta Sánchez & De Guise, luego lo publicó La Hora Dominical. Para estos tiempos también valdría la pena otra edición. La primera publicación consta de 208 páginas. A Clemente no le molestó la crítica que aducía no tenía dotes literarios, a él le interesaba la verdad histórica. (Clemente Marroquín Rojas, Los Cadetes, 1930, 11)

 

Conclusiones a 125 años de su nacimiento

Por motivos de delimitación, solo se analizó el papel de Clemente Marroquín Rojas durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera. En esta época nuestro personaje se preparó académicamente, ya dentro de la universidad se desarrolló de mejor manera, pues contaba con compañeros consecuentes y también activistas. Los profesionales universitarios no se entendían únicamente como intelectuales aislados de los problemas sociales. Los estudiantes estaban convencidos que eran unos privilegiados al estarse formando en las aulas de la Universidad Nacional. De esta manera, bajo la influencia de

filósofos latinoamericanos, como José Vasconcelos (1882-1959).11 Los estudiantes universitarios se prepararon y lucharon por cambios políticos para alcanzar un beneficio social.

Es así como se comprende el papel de Marroquín Rojas. Dentro de su generación, la llamada Generación de 1920, hubo grandes plumas, siendo la más destacada la de su compañero universitario, Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura de 1967, quien también se enfocó en la época de Estrada Cabrera, con su novela El Señor Presidente. Marroquín Rojas también dejó su vasto testimonio escrito. Los periódicos se nutrieron con sus aportes, las bibliotecas de la misma manera. Pocos trabajaron temas históricos, muchos compañeros universitarios cultivaron la ficción. Ahora, a 125 del nacimiento de este periodista de grandes quilates, lo recordamos. Es de los personajes que pueden ser criticados porque dejó una enorme obra, la misma hemeroteca nacional que enriqueció con su trabajo, lleva su nombre. Por el respeto a la libertad de prensa, un homenaje a un hombre que no se dejó atemorizar por dictadores, aunque tuviera que exiliarse, desde la distancia se siguió pronunciando.

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