Cada 26 de julio se celebra el Día de los Abuelos. Foto La Hora
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Cada 26 de julio se celebra el Día de los Abuelos, una fecha que busca rendir homenaje a estas figuras de los núcleos familiares que resultan muy importantes, sobre todo en la creación de vínculos con los nietos. Aunque no es una fecha oficial, busca que sea un momento ideal para felicitar a quienes resultan únicos e irremplazables.

Su origen está en el cristianismo, ya que esta fecha se celebra la onomástica de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús, sin embargo, con los años el día se ha popularizado y cientos de personas alrededor de diversos países aprovechan para hacer sentir más especiales a los abuelos.

UN REFUGIO PARA LOS NIÑOS

Gabriela Álvarez, psicoterapeuta de niños, explica que la figura de un abuelo o abuela desempeña un papel muy importante porque son ese adulto cercano y cariñoso que juega, ríe, consiente a los nietos y muchas veces son los cuidadores seguidos de los papás, convirtiéndose en un refugio.

“La importancia de los abuelos en general en la vida de los nietos es fundamental saber que la visión que un niño tiene de este familiar está influida por la forma en que ve que sus padres tratan a sus abuelos”, explica Álvarez.

 

No obstante, también afirma que lastimosamente en muchas situaciones los abuelos terminan siendo los encargados de educar a los nietos, debido a la ausencia de padres o falta de disciplina por parte de ellos. Por lo que recomienda a los abuelos tratar de siempre mantener “el rol de abuelos”.

Ocho lectores compartieron con LH Nosotras cuales son las anécdotas, historias o enseñanzas que más significado tienen para ellos junto a sus abuelos, un recorrido por la memoria.

ESCUCHAR ANÉCDOTAS

Para Marielos ER y su familia, el 26 de julio se trata de celebrar a la única abuela que les queda en la tierra, Abuelita Choy, llevándola a comer lo que ella decida. Por eso uno de los momentos más importantes y que más atesora es cuando en esa fecha se dedican principalmente a escuchar sus anécdotas, ver fotografías y videos del recuerdo.

“De esta forma vuelve a vivir sus días y la convertimos en la protagonista del día”, asegura Marielos.

Cada 26 de julio se trata de celebrar a la única abuela que les queda en la tierra, Abuelita Choy. Foto La Hora/ Cortesía

HÁBITO DE LA LECTURA

En muchas ocasiones quienes somos hoy en día se lo debemos a las personas que nos rodean, este es el caso de Diego Maza, ya que fue su abuela quien le ayudó e inculcó el hábito de la lectura.

“Yo la llamaba y le decía que quería o necesitaba tal libro y ella como la gran abuela consentidora que era llamaba al servicio a domicilio de una librería famosa para pedirme los libros, así lo hizo durante muchos años hasta que falleció”, narra Diego.

Cuando la librería se enteró que su abuela y una de sus mejores clientas, Mónica Welzien, había muerto, llamó a la casa del joven para dar las condolencias. Es así como el joven recalca que le debe el amor de los libros, la lectura e inclusive a la licenciatura en el tema a su abuela quien con amor, convicción y entrega le transmitió ese gusto.

En muchas ocasiones quienes somos hoy en día se lo debemos a las personas que nos rodean. Foto La Hora/ Cortesía

PIJAMADA DE HALLOWEEN

“Lo que yo siempre me acuerdo que hacemos con mis abuelitos es el pijama de Halloween, es un momento muy alegre porque mis abuelitos decoran su casa en la fecha con calabazas, telarañas, peluches con la temática, además compramos una cantidad exagerada de dulces, pedimos pizza y cocinamos postres”, menciona Sofía De León.

Esta fue una tradición que iniciaron con sus dos abuelos, sus primos, y la cual perdura hasta la fecha, aunque ahora solamente la hacen con su abuela. Además de la comida, la noche de Halloween juegan juegos de mesa y antes de dormir ven un especial de la fecha.

Para Sofía las tradiciones de su hogar iniciaron con sus dos abuelos. Foto La Hora/ Cortesía

COMIDA Y AMOR

Uno de los mejores momentos para Luisa García junto a sus abuelos es cuando iban por ella para ir a misa, y posteriormente iban a desayunar a restaurantes de la zona 10, recuerda que lo más divertido es que ella siendo una niña siempre pedía platos de adultos porque le encanta comer y sus abuelitos siempre la consentían con ellos.

“Con los maternos cada vez que íbamos a la casa de mi abuelita para que nos cuidará me encantaba que siempre me preparaba una fila de pan francés con frijoles y queso, y mi abuelito siempre amoroso nos decía que, si queríamos algo de la tienda y pedíamos chips y galletas”, relata sonriente.

Uno de los mejores momentos para Luisa García junto a sus abuelos es cuando iban por ella para ir a misa. Foto La Hora/ Cortesía

ASÍ LO RECUERDO

Esteban Castillo rememora a su abuelo, quien se partió en 2015, a pesar de ello se ha encargado de mantenerlo vivo sosteniendo su recuerdo con todas las historias que escriben juntos.

“Él solía visitar mucho mi casa y siempre en vez de tocar el timbre, buscaba piedritas en el suelo y las lanzaba hacia mi ventana. Nunca supimos porque lo hacía, pero sabíamos que era él, era su manera de anunciarse y de jugar a ser niño de nuevo, de cierta manera eso marcó mi infancia”, narra el joven.

También les gustaba ver fútbol español juntos, a pesar de que eran de equipos distintos, cuando el Real Madrid metía un gol, su abuelo también lo celebraba solo por ver a su nieto contento.

“Mi abuelo era poeta. Así lo recuerdo; con una copa de vino en la mano y declamando un poema a su madre. Lo recuerdo recibiendo un aplauso al unísono por el almuerzo que le cocinó a los suyos y llevándome al museo del niño a mis cursos de pintura. Todo lo que fue y lo hizo marcó mi vida para siempre”, añade Esteban.

Esteban disfrutaba ver el fútbol con su abuelo a pesar de que eran de equipos distintos, cuando el Real Madrid metía un gol, su abuelo también lo celebraba solo por ver a su nieto contento. Foto La Hora/ Cortesía

FOTOGRAFÍAS A MEJOR AMIGO

Lucía Muralles es estudiante de diseño gráfico, para un proyecto le pidieron que tomará fotografías a su mejor amigo y automáticamente pensó en su abuelo.

“Escogí a mi abuelo porque desde pequeña me fui a vivir con él. Entonces el día de las fotos llegué a su casa, lo que yo quería era captar imágenes que lo representarán, entonces tomé varias en su escritorio de trabajo, en sus máquinas de ejercicio y por último en su jardín junto a sus mascotas que son aves”, recuerda.

La estudiante recuerda que durante la sesión su abuelo aportó mucho en ideas, narrando las historias de sus cosechas de frutas y fue un momento muy divertido en el que ni ella ni él quería dejar de fotografiar. Ese día Lucía no solo consiguió diversas fotos, sino que creó una de las memorias más significativas para ella y logró un cien en la tarea.

Lucía escogió a su abuelo porque desde pequeña se fui a vivir con él. Foto La Hora/ Cortesía

GUSTO Y PASIÓN POR EL FÚTBOL

Kike Palm revive su mejor recuerdo junto a su abuelo con mucha emoción, este re remonta al año 2003 cuando vieron juntos por primera vez fútbol, y le enseñó todo sobre el deporte: las reglas, los equipos, las competiciones y se volvió un momento muy especial porque además era una final de Champions League entre dos equipos italianos.

“Yo estaba regresando del colegio y estaba iniciando el segundo tiempo, lo bonito de esa final fue que ambos agarramos una mesa aparte para llevarla a la sala y almorzar mientras veíamos el juego. Mi abuelo tenía como norma que solo se comía en la mesa, pero el partido estaba tan emocionante que hizo una excepción y pude ver la alegría en su cara cuando me transmitió su gusto y pasión por el fútbol”, evoca con mucha emoción el joven.

 

LLAMADAS MECÁNICAS

La anécdota que Sara M. Lira tiene muy presente a su abuelo materno; “él era mecánico, ahora ya está jubilado, pero lo bonito es que siempre que lo llamó, de verdad siempre me pregunta por mi carro, qué cómo está, si ya le he hecho servicio y me explica cosas sobre mecánica”.

Esta conversación se repite una o dos veces por semana que hablan, una llamada que a Sara le produce mucha ternura, ya que a pesar de que ella no entiende del todo sobre la temática y su abuelo ya no se ejerce como tal la labor busca transmitir a su nieta todos sus conocimientos.

María José Aresti
Comunicadora de la Universidad Rafael Landívar. Entusiasta del fútbol y el cine, narro historias y temas de no ficción. Creo en la importancia de generar espacios públicos para compartir contenidos de valor que aporten a la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
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