Por Jorge Santos
Recientemente el Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica publicó el listado de nombres de las personas que fueron incluidas en la Lista Engel para este año 2022, para Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Esta Lista es un instrumento que pretende evidenciar y sancionar a aquellos actores que han y están participando en acciones que socavan los procesos o instituciones democráticas, en actos de corrupción significativa; y en la obstrucción de las investigaciones sobre dichos actos.
En versiones pasadas, la Lista Engel incluyó a personajes de baja estatura moral y ética, tales como Consuelo Porras Fiscal General y Jefa del Ministerio Público o bien tres actores privados pertenecientes a una estructura servil que se dedican a prestar sus servicios de sicariato judicial tales como Ricardo Méndez Ruiz, Raúl Falla y Moisés Galindo, entre otros. La Lista Engel en su reciente versión, es a mi juicio un tanto más interesante que las versiones pasadas, en la medida que se acerca a sancionar a miembros de la oligarquía guatemalteca y con ello establece el claro e histórico vinculo hacia quienes utilizando el poder económico han corrompido y socavado cualquier esfuerzo democrático en el país.
Entre funcionarios y funcionarias corruptas de diversas instituciones públicas, abogados particulares, jueces y magistrados del Sistema de Justicia, ex rectores de la única universidad pública en el país, aparecen varios empresarios. Entre ellos, Ramón Campollo Codina y Steffan Christian Emanuel Lehnhoff, quienes actualmente son propietarios de la Corporación Energías de Guatemala y quien fuese incluido por serios señalamientos de brindar sobornos a funcionarios de una manera tal que perjudicó los objetivos comerciales y políticos de Estados Unidos de Norteamérica para mejorar la eficiencia energética.
Por lo tanto, la Lista Engel en su versión 2022, da cuenta de secretos a voces que la población guatemalteca ha tenido muy claro desde muchos años atrás. El primero de estos secretos a voces es que, en el país, la oligarquía al construir el Estado a su imagen y semejanza ha instaurado una serie de mecanismos clientelares y corruptos para ejercer su poder e influencia sobre las instituciones que conforman el Estado y con ello beneficiarse de la protección y salvaguarda de sus intereses. Este es un hecho tan claro y diáfano que la inclusión de tan sólo dos personas de esta rancia élite económica, es la punta del iceberg.
El segundo secreto, es que al observar tanto la Lista Engel 2022, como la versión del 2021, se logra identificar con mucha precisión los actores que conforman la Alianza Criminal desde donde se está gestando la consolidación autoritaria en Guatemala. Miembros de los tres poderes del Estado, empresarios, militares en situación de retiro, políticos y personas pertenecientes a estructuras del crimen organizado. La tarea impostergable para la sociedad guatemalteca, es tener claros sus nombres, su participación en el entramado de la corrupción y el enorme daño que producen, así como a que intereses representan para con ello producir las sanciones nacionales que correspondan.