Sandra Xinico Batz
Guatemala, país pequeño donde cabe toda la injusticia, desigualdad e impunidad. El Estado nos excluye de derechos, pero no de los problemas que la corrupción genera, como efecto de un Estado completamente doblegado a los intereses de los poderosos. Sí, se trata de derecha o izquierda, porque hasta hoy el modelo de Estado ha estado funcionando bajo los principios políticos de una derecha parasitaria antiética, abiertamente descarada y criminal.
La absurdidad no tiene límites en el Estado colonial; hoy se están robando los millones que servirán mañana para pagar las millonarias multas, que harán evadir una verdadera sanción por desfalcar al Estado. Que le crea la madre de Roxana Baldetti (que ya está muerta) a Otto Pérez Molina que ahora se hace la víctima fingiendo que no tiene los 13 millones de quetzales que debe pagar como caución económica para salir de la cárcel. No, la desfachatez no terminó con Baldetti que en 2014 juraba por la vida de su madre muerta que ella no había robado ni un centavo; en 2022 nos encontramos una vez más con Blanca Stalling, magistrada que fuera separada del cargo de la Corte Suprema de Justicia por haber sido vinculada al caso “Bufete de la Impunidad”, que en 2017 trató de huir para evitar ser capturada disfrazándose con una peluca y que el 7 de julio pasado presentó una solicitud para ser reinstalada al cargo como Vocal VII, tras haberse cerrado el proceso penal en su contra luego de que Rafael Curruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad -FECI-, la beneficiara no accionando contra la resolución de sobreseimiento dictada por el juez Víctor Cruz, excusándose con supuestas “falencias” advertidas en el caso.
Frente a nuestros ojos se desmorona toda la infraestructura de la corrupción y del cero mantenimiento que se cobra millonariamente, pero que nunca se hace o al menos no se hace con calidad. Derrumbes, hoyos que no terminan de desmoronarse, puentes destruidos, carreteras intransitables, ríos de desechos, casas y siembras destruidas; aún de la desgracia se puede robar, para esto sí están siempre listos los malos funcionarios, para tomar la oportunidad de hacerse de más dinero, lucrar con la tragedia es su profesión. Un aeropuerto internacional de carga se está construyendo en Escuintla, para esto llevan gastándose Q610 millones en adjudicaciones que han estado en manos del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, uno de los ministerios más corruptos y con más presupuesto. Un panorama gris se vislumbra si continúa el Estado colonial.
Y es que no se puede dejar de estar alertas; no se puede confiar en los criminales. Ni la muerte nos ha salvado de la continuidad del colonialismo, esta es una de sus complejidades; son las viejas estructuras haciéndose “nuevas” para no morir. Es una alianza de chicle, que a veces se ama y otras se odia; no es de ficción lo que se está moviendo en redes sociales sobre la coalición entre la hija del genocida y el junior de Arzú. ¡Qué la memoria nos ampare!