Fue tan extraordinario el gesto que hasta se montó el show en el programa dominical que Giammattei mantiene para dar las “buenas noticias” que genera su gobierno. Nada más y nada menos que el mandatario se sintió tan generoso que le regaló una computadora a la señorita Elva García, residente en la aldea Quebrada Seca de Jutiapa, para ayudarla a continuar sus estudios superiores. En el programa, al que invitó a quien se hizo merecedora del regalo, Giammattei le dijo que como resultado de ello espera verla graduarse profesionalmente y que él está dispuesto a ser su padrino de graduación.
Quien blasona de ser profundamente religioso y que por ello ha sido condenado por la CIDH, comisión que no le perdona ser pro vida según repitió hasta el cansancio en Estados Unidos de la manera más torpe que se pueda exponer, no entiende aquello de que cuando se hace alguna buena obra hay que tratar de que la mano izquierda no sepa lo que hizo la derecha. Él, en cambio, anuncia con bombos y platillos que donó una computadora que seguramente fue pagada con fondos de aquella SAAS a la que tanto criticó por servir para atender los gustos de los gobernantes.
Es tan torpe la propaganda oficial que no se acordaron que el año pasado otro presidente centroamericano, Bukele de El Salvador, dispuso que su gobierno dotara de computadoras a todos los alumnos del sistema educativo nacional de ese país, inversión que sin duda se traducirá en una mayor cobertura y eficiencia de los planes educativos que allá no están sujetos a los caprichos de un líder sindical como el que maneja en realidad el Ministerio en Guatemala.
Si dedicaran una ínfima parte de lo que desvían para su propio beneficio para comprar computadoras para todos los que asisten a los centros de educación pública, a todo nivel, sin duda que valdría la pena un programa de televisión para explicar la transparencia de la medida. Pero hacerlo porque un presidente que es uno de los mejores pagados del mundo monte un show porque regaló una computadora a una joven que recibió una beca para estudios superiores es realmente una pobreza de criterio inaudita.
Estamos fritos si esas son las “buenas noticias” que ofrece el consultorio del doctor Giammattei. Por cierto el primer consultorio que ha tenido a lo largo de su ya larga vida como “médico” en la que su otro logro está en haber usado su formación profesional para poner unas cuantas inyecciones con vacuna a pacientes que le permitieron figurar en los medios nacionales.
Nuestras escuelas se encuentran en un nivel físico de deterioro que bien ameritaría que el gobernarte hiciera algo para poner en cintura a los que derrochan el pisto de mantenimiento dentro de ese intenso juego de corrupción. Aquí los alumnos perdieron el tiempo durante la pandemia por la incapacidad para realizar clases virtuales. Pero todo eso no es relevante ni ocupa la atención presidencial de quien, para rellenar su “consultorio” de buenas noticias, no se le ocurrió otra maravilla que la de regalar una pinche computadora mientras su vecino Bukele dio una a todos y cada uno de los alumnos del sector público.