Nada es más grato que comentar algún suceso positivo, sobre todo cuando pareciera que todo marcha como el cangrejo. Anoche los seleccionados nacionales Sub20 proporcionaron una extraordinaria alegría a todos los guatemaltecos con su sonoro triunfo ante México que les clasificó para la Copa del Mundo de la categoría. Es indiscutible el mérito de esos patojos que pusieron alma, corazón y todo lo que hacía falta para obtener ese triunfo que llegó a pesar del tradicional favoritismo arbitral hacia los mexicanos y que se manifestó en la forma en que se ignoró una dura y artera falta contra Arquímides Ordóñez justamente en la jugada anterior a la que se marcó como falta guatemalteca y que produjo el gol mexicano.
El papel de todos los seleccionados fue impresionante por la entrega, atención y constancia para evitar los ataques mexicanos pero no se puede dejar de destacar la extraordinaria calidad del arquero Jorge Moreno quien fue, sin duda, el héroe de la noche por la forma en que evitó varios goles, atajó un penal que pudo haber terminado el partido en tiempo reglamentario y, posteriormente, por sus brillantes atajadas en la ronda de penales, lo que significó en definitiva el triunfo que proporcionó tremenda alegría a todo un pueblo.
Hay que decir que nuestros jugadores jóvenes tienen serias dificultades para encontrar espacios en los equipos de liga mayor que se decantan por contratar a extranjeros que, sin una calidad impresionante, dejan al margen a talentosos jugadores que se frustran al no poder lograr su sueño. Además hay que decir que mucho del éxito de este equipo se debe al esfuerzo individual de los miembros de la selección y el cuerpo técnico, porque debemos reconocer que no tenemos un programa serio de la federación para mantener verdaderos semilleros donde se formen nuestros atletas.
Todo ello hace más grande el mérito de los patojos seleccionados porque su éxito es fruto de un visible esfuerzo personal que les permitió avanzar en esta serie eliminatoria y la explosión de pura felicidad que hubo en las redes sociales para felicitarlos es reflejo del auténtico orgullo que su gesta significa para una afición ávida de ese tipo de logros.
La dedicación y entrega se vieron compensadas a pesar de la evidente falta de imparcialidad del árbitro hondureño que disfrutó mostrando tarjetas amarillas a los chapines sin siquiera pitar notorias faltas a los mexicanos que ni con esa burda ayuda pudieron con nuestros seleccionados que se convierten en auténticos héroes que suben el ánimo a un pueblo que les manifiesta su orgullo, aprecio y respeto.