Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

Los retrocesos en materia de derechos humanos se dan en todos lados, ahora le tocó el turno a los Estados Unidos, donde el Tribunal Supremo dio marcha atrás al precedente de la sentencia “Roe contra Wade”, la cual daba rango federal a la libertad de las mujeres de interrumpir su embarazo. Ahora será cada estado el que podrá decidir sobre tal cuestión, metiendo al país entero en una nueva polémica que se definirá a partir del poder de los ultraconservadores en cada estado.

Esta es solo una muestra de la perseverancia de los ultraconservadores cuando se trata de limitar derechos, desde que se emitió la sentencia hace casi cincuenta años, han tratado de tumbarla, al fin lo han logrado. En Guatemala, el correlato de fuerzas es inverso, ya que los más pétreos conservadores están en puestos de decisión legislativa, de justicia y en el Ejecutivo, acá vamos atrasados y a contracorriente: muestra de ello es pedir a dios por el hoyo de Villa Nueva, así de atrasados estamos.

Falta muy poco para que este tema sea abanderado por candidatas y candidatos que busquen cualquier posición a partir de las elecciones generales del próximo año, ya nos saturarán de discursos atrasados, de odio en contra de quienes luchan por sus derechos y a favor de seguir teniendo las conciencias secuestradas por ideas que no nos dejan avanzar en ningún otro sentido que no sea el del mantenimiento del estatu quo.

Acá, tendrán que pasar los mismos cincuenta años para ver avances en materia de derechos humanos, entonces sabremos si pudimos superar los gobiernos recientes y el actual, los cuales han retrotraído grandes avances en todos los ámbitos de defensa de los derechos de la población y, han hecho avanzar un pensamiento dogmático y subalterno, que solo favorece el abuso, la ineptitud y no digamos, la corrupción y la impunidad.

Como para lo que les conviene no hay injerencia ni agenda globalista, ya saldrán los apologistas gringos a alabar lo sucedido en USA y pedir que acá se redoblen los esfuerzos para aplastar el esfuerzo civilizatorio de avanzar en los derechos de las mujeres y la población en general.

Organizaciones que defienden los derechos de las mujeres en Estados Unidos, tienen un nuevo reto: no abandonarlas, reagruparse y volver a la carga nuevamente. Cincuenta años de avance no se pueden resignar tan fácilmente, Planned Parenthood y otras organizaciones consecuentes con el derecho a decidir de las mujeres, tienen la oportunidad de consolidar su compromiso y renovar sus fuerzas, ideas y alianzas.

En Guatemala y Latinoamérica en general, nos tocará recibir el coletazo de la decisión del Tribunal Supremo en Estados Unidos, y escuchar las letanías triunfantes de los antiderechos de siempre. En cualquier latitud, la lucha por los derechos humanos, especialmente por los de las mujeres, se plantean como constantes, sin triunfalismos y con mucha madurez, de lo contrario, los cavernícolas aprovecharán cualquier grieta para retrotraer lo avanzado. Donde sea. Ánimo.

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