Siendo tan solo una niña, Aisha Solórzano conoció qué era el deporte del fútbol de primera mano gracias a su papá, desde entonces es una constante en su vida, un deporte que la ha hecho crecer y ha forjado a ser la mujer que es hoy en día.
Aisha narró a LH Nosotras cómo fueron sus inicios, su recorrido en el balompié, las oportunidades que le ha traído, así como los retos a superar.
CALLES DE LA COLONIA
Desde muy pequeña, Aisha estuvo involucrada en el fútbol ya que su papá fue futbolista e inculcó en ella el gusto por practicar este deporte; siempre ha estado en su familia, creció con ello y fue la principal motivación para querer ser también una futbolista.
“Me recuerdo que jugaba en las calles de mi colonia, estaba en campeonatos juveniles y así inicié en el deporte, solo jugando con niños”, mencionó.
A los 12 años se le presentó la oportunidad de realizar pruebas en la selección nacional de fútbol Sub-17, en ese lapso de tiempo fue cuando Aisha escuchó sobre Asociación Pares, un grupo no lucrativo que tiene como primer objetivo el desarrollo del fútbol femenino en Guatemala.
En ese momento, “fue cuando todo empezó a tomar más seriedad”, explicó.
CARRERA FUTBOLÍSTICA
Aisha afirmó: “Mi carrera futbolística empieza cuando voy a la Asociación Pares y empiezo a ver más sobre este mundo (fútbol)”, esto inició a los 13 años, en donde estuvo 2-3 temporadas y la subieron al equipo Unifut Rosal.
Su trayectoria en el deporte también ha pasado por varias categorías de la selección nacional femenina, Aisha ha sido parte de la misma desde los 14 años hasta la fecha.
El fútbol también ha representado una oportunidad de estudios superiores para ella, ya que gracias a ello pudo irse a Southeastern University en Florida, Estados Unidos, terminar sus estudios y seguir compitiendo a un nivel alto, y posteriormente empezar una maestría, también gracias al deporte.
“Cuando tomé el reto de irme a estudiar y jugar a los Estados Unidos, me fui sin saber completamente nada de inglés, y eso fue un reto que me daba miedo, pero que me hizo crecer en todos los aspectos. Me fui sin el idioma, muy lejos de mi familia y el lugar donde crecí, pero muy feliz de haberlo tomado”, recalcó.
TODO SE FUE CONECTANDO
La oportunidad de poder estudiar, jugar y vivir en Florida surgió por un campamento que se realizó en Florida con la selección nacional, del que Aisha fue parte.
“Conocí a un señor que tenía un club de fútbol amateur, él me ofreció jugar con ellos y lo hice después de terminar el bachillerato en Guatemala, y siento que así fue como se fue conectando todo lo que vino después”.
Ya que una amiga de Aisha le habló a su entrenador para ver la oportunidad de que la guatemalteca pudiera estudiar y jugar en EE. UU., este se dio, y la futbolista guatemalteca estuvo cinco años en el país norteamericano.
Quizá el mayor reto que tuvo que afrontar, fue luchar contra una depresión, la cual, en palabras de la propia jugadora, afectó bastante su carrera futbolística y fue un capítulo muy fuerte en su vida que la cambió en muchos aspectos.
PREMIOS
Aisha recibió cuatro veces el premio ‘NAIA All-American’ durante su carrera en Southeastern; otros logros alcanzados por la guatemalteca en Estados Unidos son haber terminado su carrera universitaria con los siguientes récords:
• Empate con la mayor cantidad de asistencias en la historia del programa (52)
• Tercera en goles anotados (52)
• Tercera en puntos conseguidos (157)
• En su última temporada en la universidad de Florida logró marcar 12 goles, dar 10 asistencias y conseguir 34 puntos.
“Mi tiempo de jugar en la universidad ya se terminó, por ello ya no estoy allá, me falta aún terminar un año de maestría y actualmente estoy en Unifut esperando a que salga alguna oportunidad”, comentó Aisha.
Para ella, actualmente el fútbol guatemalteco femenil ha ido en un avance, por el cual se debe seguir para ir en buen camino, aunque aún falta mucho.
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