Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.gt
@ppmp82
El 1 de mayo del 2016, La Prensa de Nicaragua reportaba: “Acceso a la Información pública es cada vez más restringido en Nicaragua” y la nota abría con: “En la década del 2006 al 2016, bajo el régimen del presidente inconstitucional Daniel Ortega, entre muchas otras pérdidas de derechos de la ciudadanía, se encuentra el derecho a acceder a la información pública, cuya ley no se cumple”.
El día de ayer, Prensa Libre publicó que el Ministerio de Gobernación había limitado el acceso a la información, hecho que en La Hora le dimos seguimiento. Luego el ministro de Gobernación Napoleón Barrientos dijo que había un mal uso de la información por parte de algunas entidades, pero que él no había ordenado nada, extremo que despierta dudas porque en las entidades de seguridad hay mandos.
Dicen las autoridades que están trabajando en un sistema más ágil y preciso, pero no deja de preocupar el hecho de que en Guatemala se sigan aplicando medidas de libreto de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
En la pandemia íbamos meses atrás de otros países y el Presidente dijo que eso nos serviría para prepararnos y lo mismo pasa con el tema político y el deseo de perpetuarse en el poder: vamos meses atrás de Nicaragua y eso les permite ir aplicando algunas medidas que a Ortega le han permitido resistir a los “yankees”, controlar todo, restringir libertades y hacer negocios con plena tranquilidad.
Hay quienes creen que advertir que vamos en la ruta de Nicaragua es solo una nueva línea discursiva, pero se equivocan porque es una realidad basada en hechos comprobables. Ortega y Murillo tienen en el Ministerio Público a una “amiga” y la pregunta es si no les suena “familiar” a lo que pasa en Guatemala.
Hay que recordar que actores de peso en Nicaragua han aceptado que el haber pactado con Ortega les representó un costoso error. Fingir que podían minar la democracia mientras los negocios “rindieran” fue una gravísima decisión que ahora hace a algunos pagar con cárcel y exilios masivos.
Y la pregunta obligada es ¿se han dado cuenta que los apoyos que se han dado y/o pedido para Giammattei (en quien Miguel Martínez ejerce pleno control) han sido usados por el Presidente para imponer sus deseos, sus pretensiones y preparar sus planes para que VAMOS y aliados se queden en el poder a cualquier costo?
Muchos de esos que empoderaron a Giammattei han puesto sus huevos en las canastas de otros candidatos porque “no van con los planes electorales del oficialismo”, pero resulta que esos candidatos ahora están en riesgo de no participar porque no han alcanzado acuerdos con el Centro de Gobierno.
Si en el 2015 decían que fuera como fuera teníamos que ir a las elecciones previo a componer el sistema, ¿qué reacciones tendrá que las elecciones se estén perfilando como las más manoseadas de la historia?
El Presidente y el Centro de Gobierno han entendido que en el manual de Ortega dio resultado el limitar la participación de candidatos y a eso le están apostando. Tienen al Tribunal Supremo Electoral (TSE), a la Contraloría General de Cuentas (CGC) y a la Corte de Constitucionalidad (CC), elemento que tuvieron Ortega y Murillo para amañar las elecciones a su antojo.
A los guatemaltecos les queda “dejarse de babosadas” con aquello que no alcanzamos acuerdos por miles de razones, porque de no existir capacidad para reencauzar el país y que las urnas expresen la voluntad de los electores, la película está cantada y en Guatemala tendremos la realidad en la versión Ortega y Murillo, solo que con esteroides.