José Roberto Alejos Cámbara
Quiero continuar esbozando los temas sobre los cuales escribiré las próximas semanas. Quiero narrar, aunque pausadamente, mi experiencia personal, la experiencia política y especialmente esa experiencia que forzosamente tuve que vivir para llegar hasta donde hoy estoy. Sin duda, empezaré por relatar lo difícil que fue decidir regresar a la política.
Estaba yo comprometido en una sociedad civil con el tema de formación y capacitación, la Asociación de Mujeres KASLEMAL, estuve en el Instituto de Gobernanza; impulsé el proyecto cívico “Niños Diputados Por Un Día” y los programas cívicos del Congreso de la República, incluyendo las visitas guiadas y la promoción del conocimiento de la Constitución Política de la República. Fue entonces cuando, sin imaginarlo ni esperarlo, vino la oferta, esa oferta que había esperado y al mismo tiempo había evadido.
Debo acotar que en tiempos de Oscar Berger traté de regresar al escenario político y no se pudo. Fue durante la campaña de Álvaro Colom cuando mi regreso se materializó. Confieso que me sentí un poco engañado, porque quería ser alcalde de Jutiapa, pero terminé como candidato a diputado por el área metropolitana, donde a la UNE no tenía buenos resultados.
¿Cómo llegué a ser Primer Secretario? ¿Cómo llegué a ser Presidente del Organismo Legislativo? Hay tantas interrogantes que surgen desde esa Presidencia que habré de narrar.
Seguramente, tendré que relatar los problemas con la Primera Dama de ese entonces por no permitirme ser candidato presidencial como represalia por oponerme a su ilegal candidatura. Mi renuncia de la UNE, la creación de un nuevo partido y el fracaso de mi caminar en éste. Ese intento de ser candidato a la Presidencia y por qué no se pudo. Mi retiro ¿cuán bueno o malo fue?
La etapa en la que se aprobaron las leyes de la CICIG para iniciar la lucha contra la corrupción que nos llevó a la Plaza del 2015. Sin duda, tendré que incluir lo que he vivido después de haber abandonado el Congreso y todo partido político. Lo gratificante que fue creer que la lucha contra la corrupción continuaría en el gobierno de Jimmy Morales para luego dar paso a la decepción cuando todos cambiaron a su conveniencia. Tendré que explicar por qué volví al camino de la formación y la capacitación. He visto que algunos temas han salido a luz, pero muchos otros no, y muy probablemente nunca saldrán.
Veo desde mi muralla que quienes un día estuvieron en el poder, ahora son perseguidos por los que ahora ostentan ese poder. Estas columnas serán a futuro los pilares de un libro que incluirá hechos reales con nombres y apellidos, porque la situación no puede seguir siendo la misma. No podemos seguir basándonos en chismes, en dimes y diretes. ¡Alguien tiene que contar la verdad!
Aún no sé cómo amarrar el pasado con el presente y, sobre todo con propuestas o diagnósticos para el futuro. Tengo claro que escritor no soy; soy un político que empezó muy joven y que le ha tocado vivir buenas y malas experiencias. Pero al final, todo será parte de una historia colmada de facetas inéditas de las cuales hay que dejar constancia. Ya será el tiempo quien juzgue.